Abrazados a una duda
¿Cuál es la verdadera cara de Alianza? Hoy sumó su tercer partido sin ganar en casa. El triunfo en Sullana parece haber sido un mero accidente, un paréntesis a la impotencia. Ante Melgar, retomó la desazón; si Montaño no brilla, el equipo se nubla. El 0-0 fue un merecido premio al orden ofrecido por el once de Bobadilla. Ni la fatiga se lo bajó.
Fotos: ANDINA, Martín Velásquez / DeChalaca.com
La tribuna rechiflaba. Volaban botellas de gaseosa vacía; los menos avezados lanzaban una que otra chapita. Los jugadores de Alianza se retiraban ojeando el pasto. No podían levantar la mirada. La noche les caía encima.
EL DIEZ NO LLEGÓ A CINCO
A alguno le parecerá una sentencia dramática, pero es lo que es: Esta noche ofreció la peor versión de Johnnier Montaño que se haya visto en el Perú. Con muñequera en las manos, sin talento en los pies. Hasta se le extrañaron los kilos de más que exhibía sin pudor el año anterior: lució desgarbado, casi inerte.
Más favorables no pudieron presentársele las cosas: su marca principal, Jean Ferrari, fue tempranamente amonestado y este condicionamiento no pudo capitalizarlo. Es cierto que Zeballos y Coaguila notable actuación- se multiplicaron para anularlo, pero el genio del colombiano ya ha demostrado que puede sortear circunstancias más complejas. Por eso no alcanza ni los cinco puntos de nota.
Las ganas de jóvenes como Hurtado -se comió un gol al inicio, tras gran combinación con Faiffer- y Mori no alcanzan. Su inyección juvenil termina diluyéndose prontamente ante los desatinos de Benavides o Serna, según quien juegue. Sobre este último, habrá que decir que al ingresar mostró ligera mejoría -marcó más, no anduvo tan invisible-, pero si sus progresos van a ser tan lentos, habrá que esperar a Fiestas Patrias para que llegue su primer gol.
Las oportunidades que desperdiciaron Manco y Arakaki en el segundo tiempo hicieron justicia. Alianza no mereció más que el empate. El que hoy -como en casi todas las fechas anteriores- su figura haya sido el arquero Bologna, lo explica todo.
LA TRAVESÍA DE MELGAR
El equipo de Bobadilla va por buen
camino, aunque suene a broma. Hace unas fechas casi se accidenta el bus
en que regresaba de Huancayo; hoy estuvo a pocas horas, por no decir
minutos, de perder el vuelo que lo trajera a Lima. Y aún con el trauma
y la angustia consecuentes, el once arequipeño supo sumar en sendas
visitas. Si sostiene esa tendencia, aunada a un rendimiento de local
que hasta ahora es óptimo, puede dar más de una sorpresa.
El cansancio no hizo que los mistianos cayeran en el facilismo de colgarse de los palos. Es cierto, sobre el final todos sus jugadores caían misteriosamente tendidos en el campo. Pero también es cierto que Matute palideció con cada arranque del ecuatoriano Mercado.
En suma, supo maniobrar sus tiempos. Melgar atacó como pudo y defendió como quiso. Y demostró estar mejor trabajado que su rival de turno. Lo suficiente, al menos, para que Alianza no caiga en excusas ya manoseadas (se tiraron atrás, etc.). Con argumentos así, hacen fiesta las pesadillas.
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Desde el palco: Tres de tribuna
¿Ya le había arbitrado Alejandro Villanueva a Alianza?
