Pasó de largo por el puerto
Cuando Boys era por primera vez favorito a algo en el Apertura, apareció 'Bolo' para revertir el curso de los hechos en pleno partido. El cuadro escarlata arrasó en el Callao y el 1-3 final ratificó que fuera de Tacna es -cuanto menos localmente- un equipo temible. La Misilera, en cambio, recibió un recordaris de que el ímpetu saca adelante partidos, pero no campeonatos.
Fotos: Abelardo Delgado / DeChalaca.com
Tras haber sido goleado sin atenuantes por Minero en la primera fecha, Boys hizo vivir a sus hinchas emociones extremas durante las últimas semanas. Le ganó en el último minuto al copero Cienciano y luego robó un punto en Matute, una cancha que históricamente le ha sido difícil. Casi como quien pasa de la mendicidad a la riqueza, dejó de ser el potencial patito feo del Apertura y pasó a ser leído como un potencial animador en solo cuatro días.
Por eso no
sorprendió que llegara gente al Miguel Grau. Los de siempre, con la salsa y la
verborrea dura, y también los de casi nunca, los que reclaman promociones y 2x1
para dejar un sol en la taquilla. Al frente estaba Bolo, un rival que el
miércoles había asomado recuperación frente a Alianza. Tarde propicia para
nuevos vaivenes emotivos.
EL FÚTBOL SEGÚN JACINTO
El técnico rosado es ídolo de su tribuna. Y aunque esto no otorgue licencia de acción plena -recordar la campaña de Claudio Adao en 1997-, sí le otorga carta blanca para hacer ciertos experimentos. Fijo Libman en el arco -tanto por el aceptable nivel demostrado últimamente como por falta de otras opciones-, léase cómo opera el Boys de Jacinto Rodríguez en sus otras líneas.
Defensa. Como hiciera Julio César Uribe con
la selección peruana en la
Copa América, el paraguayo propone un bloque de cinco. Montalva
como líbero, Lugo y Lozada como stoppers y
Espinoza y Vildoso como carrileros. En Matute, cuando la proyección de los carrileros
era breve, los cerrojos anduvieron bien. Este domingo, requería cierto
desdoblamiento y por ello, posiblemente, reemplazó a Cabada por Vildoso, quien en
Total Clean jugaba a veces como volante adelantado. Hubo espacios que quedaron
en blanco y por ese lado, el izquierdo, se gestaron los tres tantos
bolognesianos.
Volante. Son tres que quieren fungir de todoterrenos: La Rosa por derecha, Ruiz al medio y Montenegro en la izquierda. Intenciones y gotas de sudor no faltan; lo que escasea es aire. Los dos últimos se terminaron yendo por eso a vestuarios pese a estar haciendo un buen partido, y sus antecedentes con otras camisetas -¿cuántos partidos completos ha jugado Montenegro en los 10 clubes por los que pasó antes de llegar a Boys?- no permiten esperar que ese panorama cambie mucho. El preparador físico es Ricardo Unocc, no Daniele Tognaccini del Milan.
Delantera. Uno va por fuera y otro por dentro.
Uno es rápido y el otro peleador. Uno jala la marca y el otro la rehúye. Juan
Quiñónez y el paraguayo Carlos Alberto Pérez parecen complementos ideales, pero
no todo en la vida es tan simétrico. El primero desborda bien, pero se
atolondra y un defensa sereno como el mexicano Cortés puede obnubilarlo. El
guaraní, a su vez, va bien por alto pese a no tener mucha talla, como lo
demostró en el gol rosado. Pero autogenera poco, y cuando el balón no le llega
limpio también pasa desapercibido.
HÉROE POR MINUTOS
Así, a Bolognesi le bastó algo de su consabido libreto eficiente para sacar los tres puntos. Nada de desesperación, pases seguros, búsqueda de claros: centros para el único punta, en este caso Gonzales Vigil, y goles cuando la defensa rival es frágil. El Lobo la metió en el primer tiempo luego de un par de rebotes, y a mediados del complemento, cuando estaba a punto de ser sustituido por Mostto, aprovechó que un mal cabezazo de Johan Vásquez -la figura del campo- terminó quedándole como un excelente pivoteo para voltear el marcador.
Reynoso
vino a la metrópoli con algunas jaquecas y terminó yéndose con seis puntos en
el haber, nada despreciables luego de haber estado varias semanas sin triunfos.
Que ello sirva para levantar cabeza en la Copa no es necesariamente inferible, pero al DT
de los tacneños sí podrían quedarle algunas conclusiones luego de los pasos por
Matute y el Callao.
Para empezar, el Cabezón debe haberse percatado de que el mexicano Cortés es bolo puesto en el carril izquierdo, por experiencia y proyección. Luego, que como las paraonias de Junior Ross le impiden explotar sus cualidades frente al arco rival en partidos con más de mil espectadores, puede resultar más útil arrancando unos metros más atrás, como tercer volante. Y sobre todo, que Johan Vásquez rinde el doble en la línea ofensiva del mediocampo y no en la defensiva; no en vano le salió un golazo de contragolpe que selló el 1-3 en el Miguel Grau y puso al puerto con las barbas en remojo.
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La frontera no es lo suyo: Bolognesi es otro fuera de Tacna
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