Bienvenidos al showgol
Siete goles adornaron la mejor tarde de fútbol que regaló hasta ahora el Torneo Apertura. Y aunque Sporting Cristal la ganaba, no le alcanzó; el equipo alterno de la Universidad San Martín corrió, exigió y presionó cada pelota sobre la base de un pulido oficio que marcó el ritmo de un 3-4 rampante que lo afianza en los primeros puestos del certamen.
Capturas: CMD
De entrada el respeto entre Sporting Cristal y la San Martín fue mutuo. Incluso los dirigidos por Víctor 'Chino' Rivera parecían esperar aun más de lo que podrían haber hecho Roberto Palacios, Carlos Lobatón y Renzo Sheput para asistir a sus delanteros. Sin embargo, todo esto se traslucía simplemente en inefectivos pelotazos que en los primeros minutos jamás pudieron encontrar el oportunismo del uruguayo Miguel Ximénez o las tan promocionadas -y aun no conocidas- gambetas a velocidad del delantero brasilero Wesley Brasilia, que solo figuró por encontrarse en más de una ocasión en offside.
RUIDOS MOLESTOS
Hasta la altura de los primeros 30' los de Oblitas tenían una leve supremacía sobre el equipo santo. El centro de gravedad formado por Carlos Lobatón y Franco Razotti no permitía despertar el juego del rival. Pero a ambos equipos les faltaba profundidad en dosis similares. Entonces, antes de que culminara el primer tiempo, ingresó en el cuadro celeste Paul Cominges con la finalidad de ofrecer esa cuota que Brasilia aun sigue debiendo; en la San Martín, mientras, le dieron paso al talento de Ronald Quinteros sobre la fuerza de Aurelio Saco-Vértiz.
Y así llegó el gol. Pocos se dieron cuenta, incluso los mismos jugadores santos, pero ya ganaban los de Santa Anita por 0-1 con una jugada armada por Ryan Salazar y Roberto Silva y que culminó con un simple toque de derecha del recién ingresado Quinteros. Algún barrista del mismo Sporting Cristal quiso confundir al elenco visitante dando un silbatazo, pero la perjudicada terminó siendo la última línea rimense quien no entendió lo que sucedía y abandonó la marca creyendo que había un fuera de lugar. George Buckley validó el gol, y más de uno en el Rímac solo se tuvo que lamentar; al final ese tanto haría la diferencia.
Pero
la respuesta no tardó mucho. Palacios ya no corre como hace 10 años, pero todavía
da pases de gol. Habilitó desde la derecha a Villalta, quien con un cabezazo
habilitó a otro de un vivísimo Miguel Ximénez que le ganó a todos y devolvió
provisionalmente el aire al banco rimense.
PUNTOS DE QUIEBRE
El volante argentino Franco Razzotti es un gran aliado para Carlos Lobatón, armador y líder de juego de Sporting Cristal. Es su banco de oxígeno, y no solo quita y corre, también sabe con el balón. Y en el comienzo del complemento, Ximénez logró escaparse en una de las tantas bolas largas de la tarde y fue derribado en el área el defensor santo Atilio Muente, quien se terminó yendo expulsado. Esa acción se tradujo en un gol de penal de Lobatón: supremacía numérica y planes para un tercer tanto.
Lamentablemente
para los intereses rimenses, en el minuto 62 llegaría la segunda amonestación
para Razotti, y con ella su expulsión. El castillo de naipes caería en
instantes. Es cierto que las conquistas no siempre caen por su propio peso,
pero casi al instante Quinteros se sacó al rival de encima y lanzó un certero
centro desde la derecha para que Silva se impusiera sobre Ramos y decretara el
empate y el vamos por más que somos 10 contra 10. Habían transcurrido solo cinco
minutos después de la expulsión de Razzotti.
Hasta ese momento, el novel arquero rimense Julio Aliaga, a pesar de su poca experiencia, venía realizando una buena labor, pero ni él ni su defensa soportaron los minutos siguientes. A los 71 Wally Sánchez halló el espacio y con un potente remate esquinado consiguió el tercero. Solo 2 más tarde, con un tiro libre correctamente ejecutado desde la izquierda, Ryan Salazar y su zurda consiguieron el cuarto.
Pintaba para goleada, pero no; la San Martín exigió a un Cristal que nunca bajó los brazos. Esto se vio en el potente zurdazo de Luis Hernández para ajustar el marcador a un 3-4 en contra. Y hasta en uno de los últimos suspiros del partido, en un cabezazo en ataque del defensor celeste Miguel Villalta, que a pesar que se cobró falta, muchos vieron el empate cerca. Solo cerca, pues a pesar que Cristal dio todo, el equipo alterno de San Martín fue más.
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