Lanús en Lima 1938: El primer granito
Roberto Castro | @rcastrolizarbe Director General |
La Lima de hace ocho décadas, esa del tranvía y los titulares periodísticos más ocupados de advertir los peligros globales del III Reich que de los militarismos locales. Esa ciudad de población todavía de seis cifras, preterremoto, que gozaba de una distracción sana para acompañar los calurosos domingos de verano: las temporadas internacionales de fútbol que se organizaban en el Stadium Nacional.
A diferencia de estos tiempos de inmediatez cada vez más breve, por entonces la costumbre era recibir a un equipo visitante durante varias semanas en el país. Las travesías por barco aún predominaban y era necesario programar viajes largos. Por eso, coincidían en la capital peruana diversos clubes para enfrentar a los créditos locales.
Por supuesto, el carácter históricamente mediático del fútbol argentino hacía especialmente codiciada la presencia de sus representantes. En aquel verano de 1938 primero llegó Vélez Sarsfield, para hacer frente a Alianza Lima, Universitario y el recién consagrado bicampeón Sport Boys. El 'Fortín' gozó de un privilegio: llegó al Perú por avión, vía Panagra, procedente de Santiago de Chile luego de haber tomado hacia allí el Tren Trasandino que unía la capital mapochina con la ciudad argentina de Mendoza.
Al borde del año nuevo, sin embargo, se produjo el arribo de dos delegaciones más: Gimnasia y Esgrima La Plata y Atlético Lanús, que habían llegado a Santiago en el mismo tren que Vélez, pero cuyos presupuestos los obligaban a movilizarse por mar. El vapor Santa Lucía vio a triperos y granates desembarcar en el Callao el 28 de diciembre. "En cuanto al Lanús, es un conjunto de esos que juegan con "todo". Es equipo de garra y que en Lima gustará mucho ya que viene convenientemente reforzado", juzgaba el diario La Crónica a modo de presentar al menos conocido de los tres clubes para la afición peruana, que venía de ubicarse decimotercero en la última temporada de la Primera División argentina.
Huerequeque de bienvenida
El propósito de tener a Lanús y Gimnasia en Lima era que intervinieran en un torneo pentagonal amistoso que en sí resultaba inédito, pues nunca en canchas peruanas se había jugado un campeonato que contara con más de un participante extranjero. Así, se medirían en principio a Alianza Lima y Universitario, los dos clubes limeños más populares, y a un equipo provinciano que ya era reconocido como poderoso: el Alfonso Ugarte de Chiclín. Lo más curioso es que la organización del certamen corría a cargo de un club que no intervendría en él: el decano Ciclista Lima.
La delegación de Lanús llegó comandada por su entonces presidente Antonio Rotili, célebre dirigente granate que hoy da nombre al microestadio del club para otros deportes. La integraron dieciocho jugadores, dirigidos por el entrenador y masajista Juan González. De esos futbolistas, como había explicado La Crónica, cuatro eran refuerzos de otros clubes: el zaguero José Salomón -años luego tricampeón de América con Argentina-, quien procedía de Talleres de Remedios de Escalada; el también defensa Máximo Rodríguez, de Racing Club; el mediocampista Juan Zava, de Chacarita Juniors; y el delantero Alberto Lorenzo, también de Talleres de Remedios de Escalada.
Así, Lanús debía ser el primer equipo en entrar en competencia el domingo 2 de enero de 1938, como preliminarista del clásico entre Alianza Lima y Universitario. Pero hubo un cambio en el horizonte: su rival ya no sería Alfonso Ugarte de Chiclín, sino la Selección de Chiclayo, que había causado sensación días antes en el Campeonato Nacional que se disputaba en la época (entre representativos de ciudades o departamentos) al empatarle contra todo pronóstico al seleccionado del Callao. Como correspondía, los chiclayanos también se reforzaron: incorporaron a Salaverría, Alva y López, del Ugarte de Chiclín.
En medio de la incógnita de ver a un club poco o nada conocido en Lima, hubo otro cambio sobre la hora: el Chiclayo - Lanús ya no sería el preliminar, sino el estelar después de la disputa del clásico, que Universitario acabó ganándole 2-1 a Alianza. Así, al caer la tarde, huerequeques y granates saltaron al césped del viejo Nacional de madera bajo el arbitraje del polifacético Juan Bulnes, exdelantero aliancista. Según las crónicas de la época, el trámite fue muy parejo, con llegadas a ambos arcos pero con una diferencia marcada por la solvencia de la línea media de Lanús, formada por Pedro Basterra, Pascual Severino y Juan Sulpicio.
El primer gol llegó a los 22', cuando Daniel Pícaro lanzó un pase largo para que, a la carrera, el goleador granate Ángel Alfonso se anticipara a la salida del meta Gustavo Tarrillo con un disparo cruzado. Los chiclayanos, aprovechando que las normas del torneo lo permitían, reaccionaron rápido y ejecutaron un cambio: retiraron a Limo para que ingresara como piloto de área González. La apuesta rindió frutos, pues a los 40' el ingresante ariete, luego de una atropellada, se llevó casi por delante al golero José Pérez para sellar el empate.
Para el complemento, Lanús decidió hacer ingresar a Lorenzo, su centrodelantero refuerzo, en reemplazo de Sebastián Geijo. La apuesta llamó la atención, puesto que el ingresante había estado enfermo en los días previos al encuentro. Pero aun así respondió y permitió, primero, que a los 70' llegara el desnivel al ceder un pase al goleador Alfonso, para que este anotara su doblete. Y finalmente, a los 85', el propio Lorenzo selló el 1-3 que dejó claras las cifras.
De aquí y de allá
"¡Qué va, che! Hemos jugado mal. Ese no es nuestro standard de juego". Pese a la victoria, Sulpicio era autocrítico respecto del rendimiento de Lanús, y optimista de que los siguientes encuentros en Lima serían mejores para su cuadro. Al 'Grana' le tocó descansar en la segunda jornada del pentagonal, en la que Universitario fue derrotado 1-2 por Gimnasia y Alianza Lima venció 2-0 a la Selección de Chiclayo.
Así, la tercera jornada puso frente a frente el 16 de enero a Lanús con Universitario. A primera hora, Gimnasia venció 1-2 a Alianza, por lo que el resultado era decisivo para evitar que los triperos se escaparan (se otorgaba un punto al ganador, dos por empate y uno por derrota). Y el granate pegó temprano con ese propósito: apenas a los 5', el puntero Julio Roca fugó por derecha y lanzó un tiro fuerte pero controlable por el meta crema Juan Honores, quien sin embargo dejó que el esférico se le escurriera.
Pero la 'U' reaccionó y a los 20' igualó de penal, luego de que Carlos Tovar capitalizara un cobro hecho por falta de Lorenzo -en posición defensiva- a César Socarraz. El partido se hizo parejo y no se quebró sino hasta el borde del final del primer tiempo, con una jugada de antología con un protagonista ineludible: Teodoro 'Lolo' Fernández. El 'Cañonero', a centro de Mario Pacheco, marcó uno de los goles más vistosos de su carrera: con una palomita espectacular que dejó sin chance a Pérez. Pero en el complemento, su hermano Arturo hizo lo contrario: en una confusión con Honores, marcó autogol a los 70'. Sin embargo, Alfredo Alegre se encargó de sellar el 3-2 para la crema con violento disparo desde fuera del área.
En la siguiente jornada, el domingo 23 de enero, el torneo comenzó a accidentarse. Universitario debía jugar con Chiclayo, pero los cremas desistieron de presentarse y fueron súbitamente reemplazados por Deportivo Municipal, que fue derrotado 4-2 por el cuadro norteño. Así, el estelar quedó a cargo de los dos clubes argentinos, que disputaron el primer choque entre dos clubes extranjeros del que se tenga registro en canchas peruanas. En él, Gimnasia demostró tener un conjunto más afiatado y de los pies de Isidoro Orleáns, importante goleador, se puso en ventaja a los 5', score que Adolfo Juárez incrementó a los 10' apenas con una peineta a la carrera. El propio Juárez, bien colocado, puso el tercero de cabeza a los 25, y solo un descuento de Alfonso vía penal a los 40' salvó el honor granate en la primera mitad.
Apenas iniciado el complemento, Lanús sufrió una gran baja pues Salomón se luxó el hombro y debió ser reemplazado por Héctor Vidal. Eso, sin embargo, no amilanó al 'Granate', que se fue al frente y a través de Antonio Núñez forzó un nuevo descuento a los 66'. Según las crónicas de la época, los minutos que siguieron mostraron un juego de poder a poder, con llegadas en ambos arcos y explícito apoyo de las tribunas limeñas al cuadro granate. Alfonso estuvo incluso muy cerca del empate, con un disparo al travesaño; pero sobre la hora, a los 86', fue Manuel Fidel quien puso cifras definitivas con el 4-2 luego de un veloz contragolpe.
Lo inconcluso
A Lanús le quedaba así un solo partido por disputar: el domingo 30 de enero ante Alianza Lima. Pero los problemas arreciaron, pues la Selección de Chiclayo se rehusó a seguir jugando si no le ponían al frente a alguno de los clubes originalmente programados, debido a que la FPF pretendía hacerla jugar con el ascendido Telmo Carbajo ya que entendía que su partido con Gimnasia no revestiría interés para el público, por el desnivel de fuerzas.
Así, en medio de la rebeldía de los norteños que inclusó forzó al ente rector a publicar un comunicado en el que inhabilitaba a perpetuidad a los futbolistas chiclayanos, se decidió cancelar el pentagonal y programar en su lugar un amistoso entre Gimnasia y Sport Boys, que como campeón vigente se entendía era el club en mejores condiciones de hacer frente a los triperos. Al final el 'Lobo' goleó 1-5, pero esa es otra historia: lo concreto es que el primer periplo de Lanús por el Perú terminó de manera abrupta, y no podría hacer frente al cuadro íntimo sino hasta casi sesenta años después, en dos amistosos de verano jugados en 1994 y 1996, el último de estos con estruendosa goleada a favor.
Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com
Recortes: diario La Crónica