Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.comPasaron 17 años y 25 días de aquel 23 de noviembre de 2002, día en que Barcelona y Real Madrid, también en el Camp Nou, empataron 0-0 por última vez: fue el clásico del cochinillo contra Figo. Esta vez, con protestas por otros motivos, volvieron a empatar en un equilibrio entre ambos equipos poco usual.

    Diego Rodríguez | @diroda86
    Redactor

Han pasado muchas historias por los vestuarios blaugrana y merengue. Por 2002 a los catalanes los dirigía Louis van Gaal, quien no llegó a acabar la temporada, pues fue una de las más nefastas para los de la Ciudad Condal: terminaron sextos en la Liga. Después llegó su compatriota holandés Frank Rijkaard, previo corto paso de Radomir Antic.

Era un Barcelona comandado dirigencialmente por un Joan Gaspart más polémico que triunfador, y con un aún quinceañero Lionel Messi que en el Cadete daba clases de efectividad goleadora; Ronaldinho aún estaba en el PSG, pero quizá ya coqueteando con Joan Laporta, el siguiente presidente blaugrana. En el campo, anularon un gol a Patrick Kluivert que quizá el VAR si habría validado. Roberto Bonano en el arco, Juan Román Riquelme en el mediocampo, Javier Saviola entrando desde la banca daban la cuota sudamericana.

Fue el famoso clásico del cochinillo. Luis Figo volvía a Barcelona vestido de blanco por segunda vez y los boixos nois le tildaban de pesetero y le tiraban celulares, bolsas de golf, cuchillos y hasta, en efecto, un cochinillo. Hoy las protestas son más políticas: el euro es la moneda ibérica y el gol se relaciona con otro jugador blanco. En ese entonces se suspendió cerca de 15 minutos, esta vez la seguridad catalana solo tuvo que cambiar de salida para el público por protestas sin mayor impacto.

 

 

Era el Madrid de los galácticos, de Vicente Del Bosque como entrenador y Zinedine Zidane en el plantel, pero no en el campo; también estuvo ausente Ronaldo: el brasileño, claro está, pues el portugués debutaba esa temporada profesionalmente con el Sporting de Lisboa. Era la época de los Zidanes y Pavones: gran partido del central español y otro exentrenador merengue que sí estuvo en cancha, Santiago Solari, quien junto a Esteban Cambiasso era embajador argentino en esa oncena. Los blancos terminaron ganando la Liga en 2003 y habían campeonado la Champions League una temporada antes.

Ambos habían pasado fase de grupos en Champions League; ambos serían eliminados el siguiente año por la Juventus, subcampeón de aquella edición tras perder por penales contra el Milán. En suma, fue un clásico clave para el devenir de ambos equipos; pasaron 50 choques entre ambos hasta este último, con 23 victorias blaugranas y solo 15 merengues. Los catalanes entrarían en una época gloriosa y los merengues empezaban a vivir los estragos de sequía posgalácticos. Era, en suma, una época de transición, tanto que el Valencia ganó la anterior y ganaría la siguiente Liga.

Hoy, ambos están un poco más igualados y no solo en lo más alto de la tabla. En el que probablemente sea el último año de Ernesto Valverde pero con un Barça dependiente de Lionel Messi que no termina de convencer, estuvo enfrente un Real Madrid con Zinedine Zidane que empieza a generar un mejor juego en cancha, pero aún luce falto de efectividad. Europa aún los respalda, pero el cansancio no es solo físico por las exigentes pretemporadas y la seguidilla de partidos, sino también producto de la poca regeneración de jugadores claves. Es, sin duda, aún una incertidumbre de los proyectos que se busca renovar en Chamartín.

El gol anulado a Bale, la opción más cercana que tuvo el clásico español de romper el cero. (Foto: diario Marca) 

Diecisiete años después, en Barcelona sigue habiendo protestas; los motivos cambian, pero por ahora lo deportivo no es lo central. Las polémicas arbitrales continúan: con VAR o sin él, las defensas pesan más, como que Sergio Ramos y Gerard Piqué lo demuestran salvando una clara ocasión de gol en cada arco. Lo importante es que el mejor clásico se jugó sin hechos que lamentar: Europa sigue importando jugadores y dando clases a Sudamérica.

Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com
Foto: diario Marca


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