Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com¿Cuán válido es que una liga permita que un equipo pague para quedarse en Primera División a pesar de haber descendido en la cancha? En México es moneda corriente con una medida que alienta la informalidad en la planificación y que posterga todo en nombre del dinero.

Adrián Cabrejo | @adriancabp
Director periodístico

El pasado sábado 13 de abril el estadio Hidalgo fue testigo de una goleada de proporciones colosales. El local Pachuca aplastó por 9-2 a Veracruz. El resultado no pasaría de una simple anécdota si no fuera por un detalle que es único y que constituye un punto flaco que debería ser reformulado por la Liga MX.

Veracruz llegó descendido a este partido por la fecha 14 del Torneo Clausura. El equipo entonces dirigido por el uruguayo Robert Siboldi cumple una pésima campaña que llevó a solo sumen 4 puntos en el segundo torneo de la temporada. En una liga normal el equipo escualo estaría por disputar sus últimos partidos antes de pasar a la Segunda División. Pero no, hablamos de México.

En México existe una regla que permite al equipo descendido pagar 120 millones de pesos (aproximadamente 6 millones de dólares) para permanecer en la máxima categoría siempre que el campeón del Ascenso MX no cumpla con una serie de requisitos. El asunto ya se dio la temporada pasada cuando Lobos BUAP le pagó esa indemnización a los Cafetaleros de Tapachula.

Que un equipo descendido en la cancha tenga la posibilidad de pagar para no perder la categoría le resta seriedad a cualquier torneo. Pero lejos de ser una posibilidad aislada, esto es algo que ocurre de tanto en tanto y que se suma a desapariciones de clubes, compras de categoría, mudanzas, entre otras cosas.

Por si fuera poco, la Liga MX, por pedido de la FIFA, acaba de despojar a Veracruz de la totalidad de sus puntos en el Torneo Clausura. No se especificaron los motivos, pero la prensa mexicana señala que es por una deuda que el club mantiene con Montevideo Wanderers por el jugador Matías Santos. Hay que recordar que a inicios de año también se generó un problema con Iván Santillán y Real Garcilaso. El club cusqueño denunció una falta de pago que finalmente se solucionó, pero en este caso se trata de un club con una enorme cantidad de problemas económicos y dirigenciales.

Que un equipo así tenga la posibilidad de pagar para quedarse en Primera División dice mucho de lo que en verdad les interesa a los que comandan la liga: el dinero por encima del deporte. Veracruz jugó todo el Torneo Clausura virtualmente descendido, y no se hizo problemas porque existía la posibilidad de hacer el pago. ¿Qué sentido competitivo tiene que un equipo o una serie de equipos (porque el descenso en México se decide por promedios) jueguen sin hacerse problemas porque saben que probablemente no desciendan y que todo se resolverá si tienen una billetera lo suficientemente gruesa?

Por cosas como esas es que a muchos todavía les cuesta tomar en serio a un torneo como el mexicano, que probablemente se ubique solo por debajo del brasileño y el argentino, pero que tiene cosas excesivamente ridículas que atentan contra la imagen de su producto.

Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com


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