Foto: ConmebolEcuador se consagró campeón del Sudamericano Sub-20 de Chile tras un demoledor 0-3 sobre Venezuela, refrendado por el resultado entre Argentina y Brasil. De la mano de la solidez defensiva lograda por Jorge Célico y los goles de Leonardo Campana, el cuadro tricolor sorprende al continente y mira con optimismo el futuro.

Víctor Trejo | @victoraul80
Redactor

El Capo: Con goles hay paraíso

Leonardo Campana se convirtió en una pesadilla para Ignacio Anzola y Christian Makoun. Los dos centrales venezolanos nunca pudieron contra la movilidad e instinto goleador del 'Pájaro'; pero aunque el ‘9‘ fue letal en el área, incluso cuando dejó su hábitat no desentonó y se animó por el toque fino con sus volantes. Además, con los dos tantos ante la 'Vinotinto', el atacante del Barcelona de Guayaquil conquistó el título de goleador del Sudamericano Sub-20 con seis goles.

La Pizarra: El cielo y el infierno

Rafael Dudamel mandó al gramado de El Teniente de Rancagua un 4-3-3, con la intención de abrir el campo con sus extremos Carlos Ramos y Samuel Sosa, aunque el primero no rindió como esperaba el DT. De hecho, Ramos acabó de pieza de recambio al ser sustituido a los 36‘ por Bryan Palmezano, quien sí rindió frutos.

En tanto, Jorge Célico utilizó un 4-2-3-1 para ordenar a sus dirigidos. Los volantes ofensivos Gonzalo Plata, Jordan Rezabala y Alexander Alvarado fueron otra vez determinantes con sus constantes triangulaciones; además, siempre tuvieron el apoyo de los laterales Richard Mina y Diego Palacios. Pero quien se llevó todos los flashes fue el centrodelantero Leonardo Campana, gracias a su despliegue y técnica goleadora.    

La Clave: Constancia

Junior Paredes no fue capaz de levantar a Venezuela en el momento complicado. (Foto: Conmebol) 

El once inicial de Célico durante los nueve cotejos que disputó en Chile se conoce ya de memoria, al igual que su esquema: 4-2-3-1. Esa constancia dio como resultado cohesión entre las líneas ecuatorianas: un conjunto compacto y con movimientos sincronizados en salida y en ataque. Además, la condición física superlativa de los futbolistas norteños y su forma vertical de sentir el fútbol fueron las virtudes del campeón juvenil.        

El Duelo: Uno para todos, todos para uno

El dominio del mediocampo fue decisivo para que la selección ecuatoriana dominara el cotejo, y otra vez más  el trío de mosqueteros conformado por Plata, Rezabala y Alvarado llevó el peso ofensivo norteño. Los mencionados mostraron amplitud por las bandas, toques en primera que confundieron a los zagueros llaneros y picardía para ridiculizar a sus oponentes. Mientras que los ecuatorianos gozaron de plenitud física y técnica, los llaneros acusaron la seguidilla de cotejos y escasez de variantes que llegaran desde el banco.      

La Joyita: Un artista

El segundo gol de Ecuador tuvo el sello y firma de Campana. Después de un desborde y posterior centro de Gustavo Vallecilla, el ‘9‘ tricolor controló en un toque el balón y lo mantuvo elevado; después burló la marca del capitán venezolano Makoun y, echado en el gramado, mandó el esférico de forma mágica a las redes llaneras. Para el top one del torneo.

El Cambiazo: Dio esperanza

Leonardo Campana y la alegría del gol y la clasificación al Mundial. (Foto: Conmebol) 

Con dos goles en contra y con la necesidad imperiosa de conseguir la victoria, Dudamel autorizó el ingreso de Palmezano en vez de Carlos Ramos. El extremo del Huachipato chileno fue el líder de la reacción de la 'Vinotinto': se ubicó en el borde la medialuna del área chica norteña y desde allí, sobre la base de enganches y cambios de ritmo, se constituyó en la luz de -fútil- esperanza de sus colores.  

La del VAR: Hubo lío

A los 78', el ingresado Palmezano incursionó en el área chica norteña de forma relampagueante y, cuando se perfilaba para rematar, Vallecilla lo trabó y se hizo del balón. La acción fue reclamada como penal por todos los jugadores venezolanos y hasta por el propio Rafael Dudamel, quien a punta de gritos pedía la pena máxima. El DT, al darse cuenta del exabrupto exhibido, se disculpó de inmediato con el árbitro Arnaldo Samaniego.

Kazuki Ito: Determinante

Precisamente el juez paraguayo adquirió protagonismo en acciones puntuales. A los 68‘ expulsó por doble tarjeta amarilla a Sergio Quintero sin quejas posteriores, y 10 minutos llegó el comentado choque entre Vallecilla y Palmezano: Samaniego optó por el "siga, siga".  Fuera de ambas acciones, el colegiado no pasó apuros.

Los Goles

Fotos: Conmebol


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La ficha del Venezuela 0 - Ecuador 3

 

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