Foto: ConmebolVenezuela es la primera clasificada al hexagonal final del Sudamericano Sub-20. El caótico clima político que vive el país llanero sirvió de impulso para sus futbolistas, y en especial para sus extremos Vargas y Palmezano, artífices del 0-1 que superó a una combativa Bolivia.

 

Víctor Trejo | @victoraul80
Redactor

El Capo: Volcánico

Jesús Vargas, extremo de Estudiantes de Mérida, fue el actor principal del cotejo. Tuvo a mal traer al lateral derecho verdolaga Joel Fernández con sus regates endiablados. Siendo un extremo derecho con perfil invertido, su jugada más usada fue la incursión por el centro y el posterior remate al arco, o la variante de servir un pase encortado. A pocos minutos del arranque del juego nos regaló uno de los mejores goles del torneo.

La Pizarra: Situaciones extremas

Bolivia llegaba al duelo ante la 'Vinotinto' con chances remotas de una clasificación. Por eso el DT Sixto Vizuete puso lo mejor de su galería de jugadores. El 4-2-3-1 sobresalía por la calidad técnica de sus volantes Adalid Terrazas, Ramiro Vaca y Erick Cano, quienes formaban la segunda línea. Los del Altiplano crearon situaciones de riesgo, pero al buscar el gol ratificaron su condición de último equipo de Sudamérica en toda categoría.

Por otro lado, Venezuela llevaba el rótulo de animador del torneo. Los dirigidos por Rafael Dudamel formaron con un 4-3-3 basado sobre laterales que subían de forma eficaz, como Pablo Bonilla por la derecha. Pero si la balanza se inclinó a favor de Venezuela fue por la gran actuación de sus extremos Jesús Vargas y Brayan Palmezano.

La joyita: Directo al top one

Miguel Navarro logró controlar los desbordes de César Menacho. (Foto: Conmebol) 

Al mencionado Vargas solo le bastaron 20 minutos para mostrar sus credenciales. Estacionado por el extremo izquierdo de la cancha, el atacante de 19 años amagó a tres defensas rivales en una fracción de segundos con un movimiento de cintura al estilo Michael Jackson; después, avanzó un metro en dirección diagonal al arco y  mandó el balón a guardar en el fondo de la red de forma majestuosa. La estirada del golero Jairo Cuéllar hizo más hermoso aún el gol.   

La clave: Corazón valiente

La unión de los jugadores llaneros para afrontar la dramática situación política que vive su país es admirable. Este temperamento propio de jugadores veteranos es obra del liderazgo de Rafael Dudamel. El entrenador no deja ni un solo instante de alentar a sus pupilos desde su banquillo: las loas a sus futbolistas, su trato paternal y la rectitud castrense son las causantes de la consolidación vinotinto.

El cambiazo: Forzado

Después de la infantil expulsión de Jan Hurtado, Dudamel se vio obligado a replantear su esquema, autorizó el ingreso de Enrique Peña -volante de contención- por Palmezano. Además, renovó su ataque con el ingreso de Santiago Herrera por Cristian Cásseres, y terminó su serie de cambios con la incursión de otro mediocentro destructor: Luis Chiquillo.

El tapadón: Doble o nada

En medio de un día complicado para el país, Venezuela celebra el gol de Jesús Vargas y el boleto al hexagonal final. (Foto: Conmebol) 

Después de un remate de Roller Perrufino que mandó al gramado al golero Carlos Olses, el balón cayó en los pies del atacante de Boca Juniors Sebastián Melgar: el delantero disparó con el arquero en el suelo, pero Olses se levantó rápidamente y sacó el balón, para sorpresa de todos.

La calamidad: Malos ejemplos

Las actuaciones previas de Jan Carlos Hurtado lo ponían como la máxima figura ofensiva y del equipo llanero, pero ante los bolivianos mostró su lado negativo. En una disputa de balón contra el zaguero verdolaga Jairo Quinteros, pisó de forma violenta el tobillo derecho del defensa; el juez Carlos Orbe lo advirtió y la tarjeta colorada llegó de inmediato. Además, cuando se dirigía a las duchas, Hurtado pateó una botella de agua de forma violenta, y así extendió su mala conducta.

Kazuki Ito: Se la llevó fácil

Sin conatos de bronca o actitudes antideportivas -salvo la expulsión de Hurtado-, el ecuatoriano Orbe no tuvo mayores problemas para dirigir. Las tres tarjetas amarillas solo cayeron sobre jugadores bolivianos por acciones aisladas en el primer tiempo. Para el complemento, los del Altiplano entendieron el mensaje de conducta que dio el referí y no volvieron a ser amonestados. En la expulsión del atacante llanero Hurtado, la decisión fue fácil de tomar. Nadie reclamó; ni siquiera el mismo infractor.

El Gol

Fotos: Conmebol


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La ficha del Bolivia 0 - Venezuela 1

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