Foto: ConmebolEl primer cotejo de la Copa Libertadores se caracterizó por una diferencia física abismal que condujo a Delfín a aplastar a Nacional de Asunción por 3-0. El desequilibrio individual de Roberto Ordóñez en el ataque cetáceo instigó una goleada que pudo ser más abultada.

Víctor Trejo | @victoraul80
Redactor

El Capo: Toro de lidia

Debe ser una de las noches más destacadas en la trayectoria del atacante de 33 años Roberto Ordóñez. Ante los paraguayos el ‘9‘ oriundo de Guayaquil no solo se desempeñó como punta; también hizo la faceta de armador de juego y extremo punzante. Todo le salió perfecto: su accionar dejó en ridículo a toda la zaga visitante -sin excepción-. Ante la corpulencia del atacante, los zagueros de Nacional de Asunción parecían púgiles minimosca ante un peso pesado.

La Pizarra: Suertes distintas  

El DT local Fabián Bustos armó un 4-trapecio-2, ccon una zaga en la que los laterales se sumaron con continuidad al ataque y la volante resaltó por sus dos volantes abiertos: Juan Rojas por derecha y el argentino Sergio López por izquierda. En la zona de ataque, el demoledor Ordóñez fue acompañado con eficacia por el capitán Carlos Garcés.  Los once futbolistas locales –más los ingresados- rindieron más allá de lo esperado.

Por otro lado, la visita llegaba con varios partidos de práctica. También el técnico Fernando Gamboa -aquel exzaguero del Newell's Old Boys de Marcelo Bielsa- optó por el 4-trapecio-2. Pero en este caso, los laterales no tenían mayor presencia ofensiva y sus volantes abiertos Marcos Riveros -por derecha- y Marco Fretes -por izquierda- se preocuparon más en controlar a sus colegas anfitriones. El punto más destacable del once decano fue el mediocentro Juan Ignacio Vieyra: el volante de nacionalidad argentina luchó hasta donde pudo con los fornidos ecuatorianos.

La Clave: El arranque  

 

Los primeros minutos de iniciado el cotejo significaron un acecho contra el área decana. Rojas y López desbordaron sin misericordia a los laterales rivales Víctor Dávalos y Eric Cristaldo, respectivamente, por lo que su centros y diagonales fueron un bocado para el ‘Tuca‘ Ordóñez. Y a este trío dinamita también se le sumó el segundo punta Garcés. Debe notarse que pese a que el cuadro cetáceo llegó al primer duelo de Libertadores solo con un cotejo de práctica (ante el mexicano FC Armadillos) no se le notó falta alguna de ritmo.

El Cambiazo: Gran negocio

Con la pérdida de sus volantes más destacados del 2018 -como Andrés Chicaiza, reciente fichaje de LDU de Quito-, Fabián Bustos enfocó sus energías en renovar su volante. La contratación de los dos atacantes por los lados respondió con creces: López llegó desde Gimnasia y Esgrima de Mendoza de la Primera B Nacional argentina, Rojas fue fichado al Guayaquil City FC. Ambos fueron pedidos explícitos del técnico, y a la luz de lo visto ante Nacional, los fichajes significaron un cambio celestial para la escuadra de Manta.

El Tapadón: Sálvese quien pueda

Cuando el partido moría, Garcés aún no bajaba los brazos en busca su tanto -el cual llegó minutos  después-. A los 82‘ el capitán local recibió un pase mágico del central Williams Riveros –quien también añoraba su tanto- que lo dejó solo frente al guardavallas visitante Santiago Rojas. El delantero lanzó un misil, sin espacio para alguna reacción del arquero. Pero Rojas no hizo caso a las intenciones del ariete cetáceo, puso las manos juntas y, sin tambalearse, logró rechazar el balón.  

La Cancha: Lo que se perdieron

 

Delfín, fundado en 1989, jugaba su segunda Copa Libertadores de su historia. La expectativa se suponía alta, pero las tribunas semivacías del coloso Jocay de Manta -con capacidad aproximada para 16 mil espectadores, y sin estar aún construida la tribuna Oriente- mostraron otro panorama. El recibimiento para los locales no fue fastuoso, aunque a medida de que pasaron los minutos fue subiendo la euforia.   

El Duelo: El náufrago

Está dicho que Juan Ignacio Vieyra luchó durante todo el partido en la volante central contra los mediocentros cetáceos David Noboa y Edison Caicedo. El argentino no encontró respaldo en su compatriota Cristian  Erbes, por lo que su desventaja numérica y física fue vital para el dominio de Delfín. Los aleros de Nacional no retrocedían a tiempo tampoco; el esquema de Gamboa exigía como base una medular sólida, pero en las condiciones descritas Vieyra agotó sus energías rápidamente y el Nacional querido perdió a su único respaldo defensivo. 

Kazuki Ito: Práctico

El arranque del juego mostró a dos escuadras vertiginosas, y el ímpetu propio del debut hizo que se cometieran faltas constantes -no arteras-. El juez chileno Julio Bascuñán hizo las cosas de manera práctica: utilizó su cartón amarillo -mostró cuatro en total- y disipó la violencia. Por otro lado, el réferi nunca perdió el ritmo de juego, y estuvo cerca de cada jugada. Eso es algo para rescatar, si se tiene en cuenta la potencia física de los jugadores locales.

Los Goles

Fotos: Prensa Delfín SC


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La ficha del Delfín 3 - Nacional de Asunción 0

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