Alianza Lima - Melgar: Entre la lógica y el corazón
Alonso Cantuarias | @alonso_cantu Columnista editorial |
El 3-3 ante Melgar reflejó lo que es este Alianza Lima versión 2018: un equipo con carencias defensivas -cuatro errores puntuales permitieron los tres goles que logró su rival- que a su vez es capaz de sobreponerse ante un mal resultado y superar a cualquier rival del Descentralizado. Y esto no se trata de sindicar como “garra” o “mucho corazón”. Alianza es John McClane en Duro de Matar. Usted elija si en el Nakatomi Plaza o en el Aeropuerto Internacional Dulles.
El cuadro íntimo tiene resiliencia y sabe que en ataque cuenta con jugadores en estado de gracia con el gol, como Mauricio Affonso, Kevin Quevedo o Alejandro Hohberg. Aun jugando un mal partido y estando abajo en el marcador, el descuento es una posibilidad latente que luego trae consigo un segundo aire para todo el equipo. Asimismo, tiene en Luis Ramírez, Rinaldo Cruzado u Óscar Vílchez a jugadores con experiencia a los que 10 minutos en su máximo nivel les alcanzan para abrir o sentenciar un partido.
De igual modo, Alianza tiene en el banquillo a un técnico como Pablo Bengoechea quien, como ha señalado DeChalaca, ha sabido explotar al máximo su conocimiento sobre el sistema de campeonato. Incluso cuando estuvo abajo en el marcador por tres goles, el técnico uruguayo no renunció al arco contrario y buscó acortar distancias. El cambiar su 4-3-3 a un 3-línea-3 cuando hizo ingresar a Óscar Vílchez por Hansell Riojas demostró una apuesta por morir de pie y buscar una hazaña en lugar de “cuidar” a sus jugadores con la mente en Arequipa.
Ahora, dejando de lado lo emotivo y el factor anímico que deja el 3-3 en favor de Alianza, está Melgar y un empate que en la parte racional lo deja bien parado de cara a la vuelta. El cuadro rojinegro mostró que con espacios es un equipo efectivo que no necesita de muchas ocasiones para desnivelar el marcador. Así lo demostró cuando a los 25’ Joel Sánchez aprovechó la primera aproximación que tuvo su equipo. También lo evidenció a los 32’ y 65’, cuando tanto Christofer Gonzales como Nilson Loyola no desaprovecharon las licencias que les otorgaron sus rivales.
Con un plantel más amplio en nombres y en variantes que Alianza, Melgar afronta la vuelta en Arequipa con la ventaja de terminar la semifinal junto a su gente. Y este factor no pasa desapercibido si se cae en cuenta de lo que hizo el hincha en Matute, donde nunca dejó de alentar. Pero para que el público arequipeño en verdad sume y sea un contrapeso contra el ímpetu que seguramente Alianza mostrará, es necesario que ese respaldo sea sostenido.
A los dirigidos por Hernán Torres les costó hallarse en Matute cuando su rival fue con todo por el empate y no lograron un adecuado manejo de ritmo y tiempos. Más que concentración, es necesario que se analice -desde el plantel y desde los hinchas rojinegros- que este escenario puede volver a presentarse por las características de su rival.
De esta forma, lejos de sentir alivio por la localía, en calle Consuelo se necesita trabajar en cómo hacer frente al favoritismo de las circunstancias y ante el síndrome de ‘David’ de Alianza, que llega con un importante envión anímico al demostrar que es duro de matar. En una llave más que abierta y en la que la historia y el presente ya demostraron que todo puede pasar, ambos equipos requieren mesura. Y es que el que asuma que ganará la serie por ser local o porque ha sido capaz de remontar resultados, ya habrá entrado confiado en la cancha en momentos en que no habrá márgenes adicionales de maniobra.
Fotos: Pedro Monteverde / DeChalaca.com
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La ficha del Alianza Lima 3 - Melgar 3