Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.comHace exactamente veinte años, en noviembre de 1998, Alianza Lima formó una dupla ofensiva inédita. No solo porque dos jugadores de raza blanca pilotaban el ataque íntimo, sino porque ambos basaban su juego en la potencia antes que en la habilidad. Roberto Silva y Claudio Pizarro respondieron con creces: marcaron ocho goles en solo 48 horas.
Daniel Reátegui | @danielreateguiw
Redactor

La temporada 1998 avanzó en Alianza Lima sin que se extinguieran los festejos en La Victoria por el título logrado en la temporada anterior, que quebró la nefasta racha de 19 años sin vueltas olímpicas. En el ataque íntimo, luego de la partida de Waldir Sáenz al Colorado Rapids estadounidense y la posterior marcha de David Chévez al Aris de Grecia -y en el medio de la transición en el banquillo de Jorge Luis Pinto a Édgard Ospina-, las titularidades no habían quedado definidas: peleaban por un puesto el colombiano Miguel Asprilla, el argentino Facundo Gareca, Aldo Cavero y los más jóvenes arietes del plantel: Claudio Pizarro y Roberto Silva.

Desde su llegada a Alianza, Pizarro había tenido que lidiar con una rebelde pubalgia que lo mantuvo varios meses fuera de competencia. Su producción hasta el final del mes de octubre de 1998 había sido pobre, pues apenas había marcado dos goles en todo el año: en la fecha 6 de Apertura ante Sporting Cristal y en la fecha 13 ante Unión Minas. Por su parte Silva, quien sí había sido parte del plantel campeón del año anterior, tampoco había contado con oportunidades para mostrarse: aunque se estrenó en las redes en la fecha 19 del Apertura en la derrota de Alianza Lima por 2-1 en el clásico ante Universitario, no había podido volver a anotar sino hasta el triunfo sobre Sport Boys por 3-1 en la jornada 15 del Clausura, cuando había conformado dupla ofensiva con Asprilla.

La historia de ambos se cruzaría de manera decisiva la noche del 12 de noviembre. Ese día, Alianza Lima -ya eliminado de la competición- terminaba su participación en la Copa Merconorte, en un intrascendente partido ante The Strongest. Pizarro y Silva, el primero como sorpresivo titular y el último ingresando desde el banco a los 39', se encontraron en la cancha y por primera vez formaron dupla de ataque. Fue la primera noche de los 'Tanques Blancos'.

La ley de los más fuertes

Roberto Silva en el encuentro que Alianza venció a The Strongest. (Foto: revista Don Balón Perú) 

Acaso porque el cuadro atigrado conservaba una remota chance de clasificación, el partido se jugó con los ánimos caldeados desde el pitazo inicial. A los 27’ el conjunto boliviano ya se había quedado con dos hombres menos, pues el ábitro ecuatoriano Byron Tenorio mostró cartulina roja tanto a Luis Suárez como a Demetrio Angola por reclamos airados. Para ese momento, Alianza ya ganaba 1-0 con gol de Pizarro, quien ante un centro del volante brasileño Marcelo Ribeiro -homónimo del recordado Bujica- se anticipó a Rolando Rea y conectó de cabeza para vencer al golero Marcelo Barrero.

Luego de las expulsiones de los dos delanteros visitantes, Alianza jugó mucho más suelto. Los defensas íntimos, como Frank Ruiz, se descolgaron permanentemente hacia el arco boliviano. Con esa licencia, a los 39’ Ospina decidió retirar a su lateral izquierdo Martín Hernández y darle minutos a Roberto Silva, para que acompañara a Pizarro en su lucha con la zaga paceña.

La apuesta rindió frutos en el complemento. Cuando corrían 52', la dupla de ‘Tanques Blancos’ empezó a hacer de las suyas: un desborde de Silva acabó con un centro rasante al centro del área, por donde merodeaba Pizarro, quien no encontró resistencia en Barrero para mandarla a la red. Solo 13 minutos después, Alianza se quedó con diez hombres por roja a Sandro Baylón; sin embargo, el trámite del partido no varió y así a los 79’ Pizarro le devolvió la cortesía del segundo gol a Silva. Con un centro preciso, le puso el balón en la cabeza para que, gracias a su capacidad física y espectacular impulso, el exvoleibolista veniera al sacrificado Barrero.  

La sociedad entre Pizarro y Silva funcionó, aunque luego tomarían rumbos relativamente distintos. (Recorte: revista Don Balón Perú)A los 87' los atigrados se quedaron con ocho hombres por roja a Rolando Rea. Tal fue el desconcierto en la visita que, apenas un minuto después, Pizarro ingresó al área con convicción y asistió a Silva, quien venció nuevamente a Barrero. Los apenas 123 epectadores que asistieron a Matute se fueron contentos por la gran demostración brindada por el cuadro íntimo, pero sobre todo porque habían sido testigos del nacimiento de una dupla ofensiva que los hacía soñar con atropellar en el Clausura.

El vendaval blanquiazul

Con la gente aún comentando la gran victoria de Alianza y la gran performance de Pizarro y Silva, el conjunto íntimo debía proseguir su derrotero en el certamen local y, apenas dos días después, el 14 de noviembre, recibir a Alianza Atlético Sullana por la fecha 18 del Clausura. Para ese cotejo, Ospina dispuso el regreso de los habituales titulares, pero en la ofensiva no vaciló en mantener a Pizarro y le otorgó total confianza a Silva para ir como titular. Pero las cosas no resultaron tan fáciles como se imaginaron los casi 4 mil espectadores que asistieron a Matute aquel sábado por la noche, pues apenas a los 9’ apareció Rubén 'Panaderito' Díaz para conectar de cabeza en el área un centro desde la derecha y vencer a Christhian del Mar.

El gol tempranero hizo que los sullanenses cedieran el control de la pelota y se agruparan en su propio campo, con lo que dejaron libre el medio sector. Eso fue aprovechado por Henry Quinteros -una apuesta de Ospina desde la primera fecha del Clausura-: el ‘Pato’ contó con libertad para organizar los ataques íntimos junto a Juan Saavedra. Así cuando se jugaban 17’, Silva ingresó al área por el sector izquierdo, ante pase de 'Peluquita', y de zurda cedió a Pizarro, quien ingresaba por el centro a toda velocidad. Ante la marca de ‘Panaderito’ Díaz y la salida desesperada del golero Miguel Ego Aguirre, el incipiente 'Bombardero' remató de izquierda para hacer pasar el balón por entre las piernas del meta churre y colocar el empate.

Lo sucedido insufló de confianza e ímpetu al ariete, quien a los 32’ marcó el segundo gol con espectacular tiro libre, una vía por la que en Matute ya había anotado el año anterior con camiseta de Pesquero. Y a los 43’ se produjo otra jugada espectacular de la dupla. La empezó Silva, quien se avivó ante Aguirre, al robarle el balón y con acrobática media vuelta sacar un disparo que se estrelló en el travesaño, picando en el césped, sin traspasar la línea de gol; eso fue aprovechado por Pizarro para marcar el tercero.

Claudio Pizarro apareció con un doblete ante Alianza Atlético, al igual que Silva. (Foto: revista Don Balón Perú) 

Al final del primer tiempo, los hinchas aliancistas no dejaban de aplaudir por la demostración ofensiva de su equipo, que ratificó la performance ante The Strongest con una variante a la que históricamente Alianza no había apelado demasiado: la potencia física de sus delanteros, antes que el dribbling y la gambeta. Para la segunda mitad, ambos arietes continuaron creando ocasiones de gol, aunque no pudieron vencer a Aguirre. Hubo que esperar hasta el minuto 81’ para que apareciera Silva y sellara la goleada. Ya sobre el final, Víctor Hugo Colchado decoró el 4-2 definitivo con el segundo descuento de Alianza Atlético.

Ospina encontró la dupla ofensiva ideal en apenas 48 horas y la mantuvo hasta el final del Clausura. En la siguiente jornada Silva marcó un gol, en la subsiguiente otro y en la última fecha Pizarro lo hizo con dos goles para vencer por 2-1 a Juan Aurich y forzar un partido extra ante Sporting Cristal. Ese encuentro lo perdió Alianza aunque quedó para siempre la pregunta de qué habría ocurrido si la dupla de modo lo disputaba en su integridad, pues aquella noche Silva salió lesionado apenas a los 9’. DeChalaca ya ha ensayado una respuesta ucrónica en su sección Virtual Replay; pero la realidad señala que para 1999 Silva fichó por Cristal y acabó para siempre la historia de los 'Tanques Blancos', quienes jamás volvieron a alinear juntos.

Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com
Recortes: revista Don Balón Perú


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