Foto: Álex Melgarejo / DeChalaca.comMunicipal recuperó sus virtudes futbolísticas y volvió a sumar de a tres tras derrotar 3-1 a la San Martín. Con orden y trabajo colectivo, los ediles recortan distancias en sus aspiraciones a las semifinales.

Kenny Nagahama | @Kenny_Nagahama
Redactor

¿En qué medida cambió el juego de Municipal respecto de sus dos anteriores presentaciones en el Miguel Grau?

Bajo el mismo viento que lo vio caer derrotado las últimas veces que sopló sobre el Miguel Grau, Deportivo Municipal volvió a la victoria a partir de algo que lo ha caracterizado en triunfos importantes este año: el orden y la efectividad. Los hinchas y nombres jamás se fueron: solo faltaba el retorno de aquellas virtudes de un equipo al cual es complicado hacerle un gol. Esta vez recibió uno, sí, pero le generaron menos ocasiones que en otros cuyo arco quedó en cero.

El partido prometía por las expectativas de la Universidad San Martín en el Clausura, además de las posibilidades que tiene el 'Muni' por acceder a las semifinales a través de la tabla acumulada. Sumado a esto es generalmente agradable para el espectador ver el juego de los santos. El protagonismo de Koffi Dakoi y de Jesús Pretell en el medio durante los primeros minutos era un buen presagio. No obstante, el trámite se quedaba en el medio campo, y se podía olfatear un trámite trabado que se hizo familiar en los últimos partidos ediles en el Callao.

En medio de la disputa, se armó una jugada en la cual el balón cruzó los tres sectores del campo de la San Martín para romper el cero: en su primera aproximación, Daniel Cabrera echó la sal fuera del basurero y, con mucha calma, definió ante Erick Delgado. El local mejoró a partir del gol, y no tardó en certificar su efectividad plena a través de un cabezazo de Yordi Vílchez. Tras el segundo tanto, el Miguel Grau se vistió con la franja en todo sentido.

Iván Bulos estuvo participativo frente a Jefferson Portales. (Foto: Álex Melgarejo / DeChalaca.com) 

El descuento de la San Martín fue inesperado, al igual que la jugada armada entre Jairo Concha, Jesús Chávez y Cristian Ortiz, la cual desencadenó en la falta para el golazo de tiro libre del argentino. Jordan Guivin era intrascendente, y minutos antes, Carlos Bustos no tuvo reparos en hacer ingresar a Yamir Oliva ante la molestia del '28'. Esta variante ofreció a los santos mayor claridad y además les confirió la posesión del balón. Comenzaron a surgir algunas triangulaciones en el medio, con lo que creció Ortiz; y la expectativa por ver buen fútbol, también.

Sin embargo, tal idea se quedó en deseo, pues no hubo un solo ataque profundo sobre el arco de Steven Rivadeneyra. Armando Alfageme se comió la cancha, y los centrales ediles sacaron sin problema varios balones. A los ingresos de Ítalo Regalado y José Carlos Fernández tras algunos minutos de mero trámite los siguió un par de situaciones muy claras para el local, que 'Zlatan' erró increíblemente.

A pesar de lo anterior, no hubo mucha angustia ni esa sensación de que el 2-1 era el típico resultado peligroso. La potencia de Ricardo Buitrago en la última jugada del partido decoró el marcador. Podrían decir algunos que la diferencia de un gol era más acorde con un juego de pocas ocasiones, pero puede verse también como un premio al equipo que se mantuvo más ordenado y no se vio superado por un rival que tuvo la posesión, pero que sintió visiblemente las ausencias de Gary Correa y de su goleador Aké Loba.

Fotos: Álex Melgarejo / DeChalaca.com


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La ficha del Municipal 3 - San Martín 1

 

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