Alonso Cantuarias | @alonso_cantu
    Columnista editorial

"Ruidíaz demostró no ser el 9 que necesita Perú"; "Trauco no tiene un suplente, Loyola carece del nivel para estar en la selección y no debe ser convocado"; "Peña no apareció ante Estados Unidos y su lugar debería ser ocupado por otro"; "Es increíble que recién convoquen a Callens, quien es titular en su club en Estados Unidos"; "Gareca debe buscar y probar nuevos jugadores, ya que muchos suplentes no están para jugar en la selección"; "Ante Estados Unidos, Perú mostró su peor versión en la era Gareca"; "Perú no puede jugar con muchos suplentes, no está para regalar nada"...

Los partidos ante Chile y Estados Unidos trajeron consigo diversos comentarios categóricos, de los más variopintos calibres, bajo el argumento que 180 minutos eran tiempo suficiente para sacar conclusiones. Y la repercusión que se viene teniendo adquiere ribetes de una "alerta roja" cuando el contexto no lo amerita.

Lejos de querer caer en el cliché de "Ricardo Gareca es el técnico y hay que respetar sus decisiones" o de ir contracorriente deslegitimando todas las afirmaciones señaladas, lo que, se plantea es un ejercicio diferente. Tomar cada uno de estos planteamientos y bajarles unos decibelios para concentrarse en los problemas o situaciones que los originan y verlos de una manera más fría y analítica.

Perú dejó satisfecho con la goleada sobre Chile. (Foto: Prensa FPF) 

Para empezar, es oportuno señalar que Perú pudo aprovechar las cuatro fechas FIFA y jugó con selecciones de nivel. En este punto ya no encontramos los antiguos reparos en jugar con rivales de Centroamérica o con el País Vasco (con el respeto que ellos se merecen). Véase aquí una primera evolución. Un segundo punto por considerar es que de los tres cotejos solo uno -el último- fue disputado con un mix entre titulares y suplentes, un hecho poco habitual en el proceso Gareca. Aquí vale preguntarse: si se jugaban todos los partidos con los titulares, ¿cuándo se iba a observar a futbolistas con pocos minutos?

De esta forma, encender las alarmas solo por un partido disputado con suplentes no debe hacer perder de vista que este es era el momento para dar cabida a nuevas alternativas sin desnaturalizar la idea de juego del equipo; esa que, más allá de la ejecución final, es plenamente identificable, con un esquema fijo incluido. Y si se considera el primer punto, es mejor haber exhibido falencias ante rivales de nivel que con equipos de menor jerarquía.

De igual modo, fue oportuno que los amistosos hayan servido para corroborar las impresiones previas de los puntos débiles que Perú venía arrastrando de las Eliminatorias y el Mundial. Por ejemplo, que no se cuenta con muchas opciones de ataque, principalmente en lo concerniente al centrodelantero, en el lateral izquierdo e incluso en la posición de volante mixto. No obstante, es prematuro desestimar a los jugadores que conforman parte del grupo actual en la selección. No solo porque recién gozan de minutos, sino que se pierde de vista el tiempo de trabajo que ya poseen con el comando técnico. Y esto es un aspecto notorio, por citar un caso, con Alexander Callens, quien solo esta vez pudo adecuarse a un modo de jugar a pensar de contar con las condiciones necesarias para sobresalir.

Ante Estados Unidos era necesario probar nuevos jugadores. (Foto: Prensa FPF) 

Al tener un plantel ya conformado y un equipo que tiene una estrategia clara, la rápida adaptación de nuevos jugadores no es fácil. Por ello, es necesario tener paciencia y seguir apoyando el desarrollo de los hombres que sean convocados. Ya lo demostró Andy Polo, futbolista resistido durante el proceso hacia Rusia 2018 y que pudo demostrar ante Estados Unidos que, con confianza y minutos, es capaz de explotar mejor sus recursos.

Las críticas formuladas en torno del rendimiento del equipo son válidas y tienen fundamento. Pero se están sobredimensionando y ello obedece a la naturaleza de una sociedad que tiende a ser extremista y polarizada. Todo o nada, bueno o malo, justo o injusto, verdad o mentira... Los próximos partidos ante Ecuador y Honduras no tienen que verse como una prueba final, sino como parte de un proceso de evaluación y cambio en el que se está ganando tiempo para probar jugadores. Y es que ya no se vive en los tiempos en que un entrenador probaba opciones para encontrar el once titular en medio de la Eliminatoria. El momento para equivocarse y dar oportunidades es ahora.

Que las ganas de querer seguir ganando y mostrando un buen juego no quiten la perspectiva de cómo se fortalece un equipo. Es necesario contar con un grupo más homogéneo en términos de nivel, y en ese sentido lo pertinente es respaldar el desarrollo de la mayor cantidad de jugadores seleccionables que sea posible.

Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com
Fotos: Prensa FPF


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