Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com15 años después del triunfo de Alianza Lima sobre Olimpia en Paraguay, recordamos el paso por el Perú del ‘Loco’ Nicolás Tagliani, anotador de un tanto histórico aquella noche, pero que no duró más de medio año en el club.

Mariano Elías | @marianoeliasfut
Redactor

Nicolás Martin Tagliani Barri (La Plata, Argentina, 30 de enero de 1975) fue un delantero argentino que arribó al país a inicios de 2003. Se formó en Estudiantes de la Plata, club en el que dio inicio a su carrera y en el que, sin embargo, no se quedó por la escasez de oportunidades. Fue a Quilmes y luego partió a Europa para jugar en el Delémont de Suiza, equipo en el que, al igual que en los dos anteriores, tampoco duró más de un año.

Cruzó la Cordillera y fue a Chile, en donde vistió tres camisetas: primero la del Palestino, en donde tuvo una aceptable racha goleadora (13 tantos en 25 partidos). Sus números lo llevaron a Cobreloa, de donde fue echado por tirar la camiseta del equipo al suelo en pleno partido. Colo Colo lo contrató para la temporada siguiente y también se fue de manera polémica, ya que fue detenido por manejar en estado de ebriedad y, tras no aceptar una reducción de sueldo, culminó su vínculo con la institución.

Con todos estos antecedentes, el ‘Loco’ -cuyo apodo estaba relativamente justificado- llegó al Perú para jugar por Alianza Lima, equipo que era dirigido por José ‘Chepe’ Torres y que buscaba un delantero, luego de que se cayera el fichaje del liberiano (y además primo de George Weah) Christofer Wreh apenas unos días antes.

El camino entero

Tagliani llegó a Alianza para objetivo mayores al torneo local. (Foto: diario La Nación) 

En 2003, el equipo íntimo comenzó con pie derecho en el torneo local; peleaba los primeros lugares de la tabla y ganaba con relativa autoridad. Se mantuvo invicto hasta la décima fecha y fue líder del Torneo Apertura por un largo tramo. En ese entonces, la famosa generación de 1984 daba sus primeros pasos a nivel profesional. Fue el año de la explosión de Jefferson Farfán, de la consolidación de Wilmer Aguirre y del surgimiento de otros nuevos como Rinaldo Cruzado, Junior Viza, Carlos Fernández y Alexander Sánchez.  

El reto para el equipo del ‘Chepe’ era, sin embargo, la Copa Libertadores. En 2002, los blanquiazules hicieron una floja campaña y sumaron apenas un punto en toda la competición. Cayeron, además, goleados tanto en la ida como en la vuelta en los partidos contra São Caetano y Cobreloa. La idea era, por lo tanto, conseguir al menos algún triunfo.

Fue por su actuación en la Libertadores del 2003 precisamente por la que Tagliani será recordado por muchos hinchas aliancistas. Luego de haber igualado con Olimpia en Lima y tras ser goleado ante Gimnasia en La Plata, una nueva derrota en Matute -esta vez 2-3 ante Cobreloa- puso al técnico colombiano al borde de la salida. El ‘Loco’, sin embargo, consiguió anotar los dos goles del equipo en ese partido.

Días distintos

Tagliani celebra el épico gol ante Olimpia en Asunción. (Foto: diario La Nación) 

Llegó, sin embargo, el partido ante Olimpia en el Defensores del Chaco. El equipo que dirigía Nery Pumpido era el campeón vigente del torneo y llegaba invicto a ese partido, aunque sumando a punta de empates.

En un duelo muy sufrido, Alianza Lima consiguió ganar en la última jugada del partido. Un tiro libre cobrado casi en el borde del área al minuto 93’ fue muy bien ejecutado por Tagliani, quien de zurda venció a Tavarelli para el 0-1 definitivo, el primer triunfo íntimo en la Copa y además para desatar una completa celebración. El argentino se quitó la camiseta, corrió hasta el banco de suplentes para abrazar al ‘Chepe’ y luego fue aplastado por todos sus compañeros, en un desborde de alegría impresionante.

No fue para menos: el equipo había derrotado al campeón del continente, en su propio estadio y sobre la hora. La prensa se ilusionaba y afirmaba que Alianza aún tenía vida en la Copa y que era un triunfo que le daba tranquilidad al ‘Chepe’ para trabajar. Fue además el episodio por el que más se le recordará a Tagliani en tienda blanquiazul, y quizás haya sido también el gol más importante que marcó en su carrera.

No se puede vivir de un gol

Aunque no duró mucho en el Perú, Tagliani dejó un poco de su huella. (Foto: Twitter) 

Apenas unas semanas después de aquella victoria, el técnico colombiano dejó el club tras perder 4-0 con Cobreloa. Con la llegada de Gustavo Costas, el equipo mantuvo su funcionamiento en el torneo local, y Tagliani se mantuvo como el delantero que alternaba. La dupla ofensiva en aquel Apertura estuvo compuesta usualmente por Farfán y Waldir Sáenz, ambos de buen rendimiento aquel año, mientras el argentino era la tercera opción en ofensiva.

El ‘Loco’, sin embargo, consiguió marcar algunos goles más: uno nada menos que en un clásico, cuando anotó el 2-4 definitivo con el que los íntimos derrotaron a Universitario en el Nacional. El último pasó algo más desapercibido: fue el tanto del descuento en la derrota 2-1 ante Atlético Universidad en Arequipa. En total, dejó un saldo de 5 goles en 1236’, y registró un promedio de un gol casi cada tres partidos.   

Tuyo siempre

Tagliani entrena con Deportes Temuco, uno de sus últimos clubes como profesional. (Foto: El Mercurio de Calama)Pese a que llegó a marcar goles importantes, Tagliani dejó el club tras el vencimiento de su contrato a finales de junio de aquel año y volvió a su país con la modelo Angie Jibaja, a quien curiosamente había conocido en una discoteca. ‘Cuchi’ Souza Ferreyra, presidente aliancista, declaró que no le renovarían porque su producción no fue la que se esperaba. Para el Clausura, su partida pudo permitir que Wilmer Aguirre tuviera más minutos.

En las temporadas posteriores, su trayectoria fue muy similar a cómo era antes de 2003: duró media temporada en Jorge Wilstermann de Bolivia, en Atlético Maracaibo de Venezuela, Real Cartagena de Colombia, Aris Salónica de Grecia, Latina Calcio y Vado de Italia, y también en Deportes Temuco, equipo dirigido por el fallecido Eduardo Bonvallet y que, en 2007, descendió por primera vez en su historia a la Tercera División con Tagliani en el plantel. Para el final de su carrera, jugó en el Estudiantes Unidos de Bariloche, equipo con el que se retiró el 2009.  

A Nicolás Tagliani, aquel argentino tatuado con apodo de loco, se le recordará por sus goles importantes –sobre todo el de aquella noche en Asunción- pero lo cierto es que si nunca logró sumar una buena cantidad de minutos, fue porque no tuvo regularidad. Las comparaciones son en ocasiones odiosas, pero a veces sirven para tener ideas como referencias: su caso es relativamente similar al de Gabriel Leyes, quien quince años después de Tagliani, pasa por la misma situación. A la larga, los hinchas íntimos preferirán quedarse con los goles inolvidables. Y ese recuerdo, sin duda, durará más de seis meses.

Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com
Fotos: diario La Nación, El Mercurio de Calama, Twitter


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