Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.comSe cumplen 60 años del histórico título que Centro Iqueño conquistó tras derrotar a Universitario, pero cuyo paso principal dio luego de golear a Alianza Lima.

 

Mariano Elías | @marianoeliasfut
Redactor

Tras su vuelta a la Primera División en 1949 y una temporada turbulenta -terminó último en dicho torneo pero se resolvió que no habría descenso- Centro Iqueño inició la década de los 50 de manera diferente: dejó de pelear los puestos más bajos y comenzó a tener temporadas cada vez mejores, primero en la mitad de la tabla y posteriormente más arriba.

La parte de adelante

Todo esto nos lleva a 1957, año en el que el uruguayo Roberto Scarone asumió la dirección técnica del equipo albo y en el que el plantel se había conformado por grandes jugadores –cuyos nombres se mencionarán a lo largo del artículo. Luego de un turbulento inicio y una gran racha posterior, los de la Calle Monzón llegaron a los primeros lugares del torneo y, pese a su pérdida de puntos clave en las fechas venideras, habían sumado un importante colchón que permitía mantenerse entre los principales contendientes al título.

Fue así que llegaba una serie de partidos clave, en los que se enfrentaban todos los llamados ‘grandes’ y a los que se había sumado Centro Iqueño en la parte alta de la tabla para definir el campeonato. El primero de ellos fue una victoria 2-1 ante Atlético Chalaco -recordado por el histórico gol de penal indirecto de Antonio Palomino-, pero lo mejor aún estaba por venir.

Una bomba

 

El partido que catapultó a los albos a conseguir el título fue, sin duda, el disputado el 22 de diciembre de 1957 ante Alianza Lima. Aquel día formó con Fernando Cárpena en el arco; José Allen, Adolfo Donayre y José Castro en la defensa; el paraguayo Carlos Arce y el capitán Augusto del Valle como volantes defensivos; y finalmente Enrique Montenegro, el argentino Carlos Linazza, Fernando Olaechea, Palomino y Ricardo Quiñónez comandando el ataque.

Dijo el diario La Crónica que aquel día Iqueño “dejó su exagerado sistema defensivo para jugar más suelto” y que eso le permitió derrotar con categoría a los blanquiazules. Fue un 4-1 inobjetable que se abrió a los 22’ con el primer gol del argentino Linazza, pese a que el empate de Alianza llegó cerca de finalizar el primer tiempo gracias a Barbadillo. Los albos, tras volver del descanso, superaron ampliamente a su rival y se pusieron en amplia ventaja con tantos de Palomino, Oleachea y finalmente otro de Linazza, aunque esta vez de penal.

El triunfo dejó al equipo de la Calle Monzón como segundo, apenas a un punto de Alianza Lima y Universitario. La diferencia era que los merengues tenían sólo un partido restante (precisamente ante Iqueño), mientras que los blanquiazules debían jugar contra Chalaco y Cristal. El equipo íntimo, que era absoluto favorito para alzarse con el título de 1957, tenía aún la primera opción para llevárselo de todos modos, pero los albos acechaban. Finalmente, una victoria ante los rimenses posicionó a Centro Iqueño en la primera posición con 25 puntos, uno más que los ‘compadres’.

Victoria y soledad

 

El 5 de enero de 1958, Alianza Lima fue sorprendido y cayó derrotado 2-3 ante Sporting Cristal, lo que dejaba el camino libre a Centro Iqueño para, apenas sumando un empate, coronarse campeón de la Primera División. El rival a vencer era Universitario, que ya había quedado prácticamente sin chances, en un Estadio Nacional que -probablemente descrito de manera exagerada por la prensa de la época- tenía una afluencia de 50 mil personas. Scarone mandó al campo al mismo once que había goleado a los íntimos, y le respondió de la misma manera también. 

A los 29’ del primer tiempo, Enrique Montenegro desbordó por la izquierda y recibió una falta. El tiro libre sancionado fue ejecutado por él mismo y su remate colgó al arquero merengue Dimas Zegarra para decretar el primer tanto del partido y uno de los pasos más importantes hacia la consecución del título. A los 42’, poco antes de que culmine la primera mitad, Antonio Palomino marcó el segundo que prácticamente definía todo. Alberto ‘Toto’ Terry descontó a los 83’, pero el 2-1 final fue suficiente para que los de la calle Monzón pudieran consagrarse por primera y única vez en su historia.

Centro Iqueño consiguió, entonces, un campeonato cuyo valor se explicaba no sólo por haber terminado en la parte más alta de la tabla con 27 puntos, sino por superar y derrotar en duelos directos a los equipos más tradicionales e importantes del país en ese momento: Atlético Chalaco, Sporting Cristal, Universitario y Alianza Lima.

Centro Iqueño da la vuelta olímpica tras vencer a Universitario. ¿Y Roberto Scarone? Pues, de inmediato asumió las riendas de Alianza Lima. (Recorte: diario La Crónica) 

Lo peculiar es que, luego de la consecución de aquel histórico e inédito título, el técnico Roberto Scarone no dejó de trabajar ni un día, aunque no lo hizo precisamente para los albos: el siete de enero de 1958 ya dirigía su primera práctica con Alianza, club que lo contrató, seguramente, por el gran impacto que significó haberlo dejado sin el título del año anterior. Porque, como diría una frase que explica muchos movimientos a lo largo de la historia del fútbol: si no puedes derrotarlo, contrátalo.

Ese fue el destino final del técnico uruguayo, quien luego fue campeón nacional, continental y hasta intercontinental con Peñarol, pero que dejó grabada una huella fundamental en Centro Iqueño, un club que logró la hazaña y derrotó a los tradicionales para dejar su nombre en la lista de los campeones de la Primera División del Perú.

Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com
Recortes: diario La Crónica


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