Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.comAyacucho se olvidó por una noche de su conspicuo rol de comparsa y se dedicó a hacerle la vida imposible a Melgar en su propia casa. Con entrega y amor propio, los zorros se pusieron dos goles arriba del 'Dominó' y dieron un matiz inesperado al 2-2 que definió al segundo finalista del Torneo de Verano.
    Roberto Castro | @rcastrolizarbe
    Director General

La escena de Mario Villasantti salido del arco y parado casi a la altura del banco de suplentes que suele ocupar Juan Reynoso en el Monumental Virgen de Chapi UNSA define lo que ocurrió una noche de mayo, valga la redundancia, definitoria. Tercer minuto adicional y Ayacucho, el equipo que nada se jugaba en un partido postergado encima, iba al frente en procura del tercer tanto que le terminara de amargar la noche a un Melgar enredado y confundido, y a ratos hasta asustado.

Así, con la visita pisando el área de un complicado Diego Campos con frecuente susto, con Jairsinho Gonzales volcado como delantero y con Carlos Orejuela ensagrentado con los cambios agotados, acabó un partido del que se esperaban menos bríos y más tibieza. Si la Champions League definió finalistas con cierto aroma a trámite, en el Torneo de Verano ocurrió lo contrario, con sendos 2-2: Aurich se lo peleó a ultranza a UTC en Guadalupe el sábado 6 y esta vez Ayacucho fue más que una piedra, un zorro en el zapato para los de rojo y negro.

Había Melgar afrontado la adversidad como siempre de modo inicial: sin desesperación ante el gol encajado temprano. Ayacucho, que asustó desde el inicio con un tiro a boca de jarro de Orejuela, logró la ventaja en una gran acción individual de Marcos Pirchio, el argentino que sacó lustre a una nueva chance de ir desde el vamos que le dio Francisco Melgar a través de un disparo estilo karateca que se incrustó en el pórtico de Campos. El 'Dominó', en línea con su libreto tradicional, siguió rotando el balón en circuitos pequeños hasta llevarlo al área, y así mantuvo una posesión de balón escandalosamente superior a la del visitante.

Ayacucho sorprendió en Arequipa durante el primer tiempo. En Huaraz había la esperanza de llegar a la fecha final del Torneo de Verano con posibilidades de acceder a la final. (Foto: Agencia Click) 

Sin embargo, ese control del esférico no se tradujo en un empate rápido pues el tridente ofensivo no estuvo fino. Daniel Chávez tuvo una clara pero prefirió, antes que resolverla él, endilgársela a Emanuel Herrera, a quien el pase de cabeza le quedó corto y disparó a la malla externa del arco ayacuchano. Así, el argentino dio rienda a una serie de lamentos producto de acciones en las que, como siempre, le sobraron ímpetu y entrega que contagian a la tribuna, pero en las cuales también le faltó serenidad para enviarla adentro.

Fue ese libreto el que generó, por ejemplo, el penal cobrado por doble mano de Jesús Arismendi, que el propio Herrera mandó afuera en la recta final del primer tiempo. Y que, por la confusión que produjo, catpultó el segundo tanto visitante, obra conjunta de Arismendi y Orejuela, quien acabó rozándola con el pecho antes de que ingresara al pórtico rojinegro. La estupefacción y el asombro, entonces sí, invadieron la UNSA y forzaron una reacción furiosa en el segundo tiempo.

En realidad, el 'Dominó' fue, entonces sí, un equipo más deseperado y que buscó reducir distancias a como diera lugar. Ya jugando con cuatro delanteros y toda la carne en el asador de Reynoso, Herrera siguió buscándola a la loca, pero el que logró empujarla adentro fue el eterno Ysrael Zúñiga. 'Cachete', una vez más, fue fundamental para meter al cuadro rojinegro en una final: ahora quizá fue el único que sin caer en enredos aunque sí promoviendo la urgencia, tuvo claridad para sacar adelante la circunstancia difícil.

Emanuel Herrera le dio el empate de penal a Melgar y el pase a la final del Torneo de Verano. (Foto: Miguel Zavala / Diario El Pueblo de Arequipa) 

Quizá Melgar esperaba que Ayacucho bajara la guardia o las revoluciones, pero no fue así. Ni siquiera el penal salvador pateado con rabia y sed de revancha por Herrera -no deja el modus operandi peleador ni para los doce pasos- le quitó cuerda a un visitante incómodo y tan osado que en la jugada inmediatamente posterior al 2-2 pudo silenciar a una UNSA que ya había -pese al marco no muy bueno de público- empezado a jugar su partido. Gonzales remató al pie de Campos y, con los nervios al tope, Melgar terminó de salvar así el punto necesario para confirmar matemáticamente su concurso en una nueva final. Una que lo recibe con mayores obligaciones que otras veces, por abolengo futbolístico y por presente. Y que -sobre todo por comenzar a jugarse en paralelo con el cierre de su campaña copera- lo necesita más concentrado y menos atolondrado que esta noche en que sometió a Arequipa a una infructuosa caza del zorro.

Los Goles

Fotos: Miguel Zavala / Diario El Pueblo de Arequipa, Agencia Click

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La ficha del Melgar 2 - Ayacucho 2

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