Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.comCon tres goles panameños -el más agónico de ellos, de Luis Tejada a su amado club- Universitario y Aurich empataron 2-2 en un partido preso de las realidades de cada plantel. Los dos últimos del Grupo B demuestran que pese a los amagues de mejora tienen mucho por mejorar y deben pensar primero en el acumulado que en otras metas.
    Diego Rodríguez | @diroda86
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Pedro Troglio hizo maravillas para poder formar una alineación lo más decente posible en su regreso al Monumental. Su mayor preocupación era la cantidad de lesionados que tiene: Juan Vargas, Alberto Rodríguez, Arquímedes Figuera, Raúl Fernández, Juan Diego Gutiérrez y probablemente Diego Guastavino no volverán al equipo hasta el Apertura. Incluso el último es incompatible como titular, pues ya está relegado como cuarta opción extranjera ante los mejores momentos de los panameños Alberto Quintero y Luis Tejada, así como del argentino Diego Manicero.

Con esta realidad dada, Troglio lanzó un 4-3-3 con mucha juventud en la medular, y pocos automatismos. Ante la expulsión de Ángel Romero (26) en el Cusco, Giordano Mendoza (23) fue el indicado para relevarlo; junto a él estuvieron Emanuel Páucar (20) y César Huamantica (20), y a los costados el buen momento de Quintero y los dilemas de Edwuin Gómez constituían la mejor arma ofensiva colocable, para dejar a Hernán Rengifo en punta en procura de que reciba algún pelotazo.

Las limitaciones y el desorden total fueron tan constantes que entre compañeros se chocaban. El volumen ofensivo era nulo ante la poca participación de laterales, y olvídense de que Gómez iba a hacer el uno-dos con Jersson Vásquez por izquierda: el juego individual de la 'Hiena' solo tiene un protagonista, y ello provocaba la falta de sorpresa frente al arco de Jesús Cisneros.

Rossel por los aires. A ras de piso, llegó a inquietar el arco crema, aunque Schüler le sacó una muy clara. (Foto: Ovación Digital) 

Troglio entendió que con ese sistema debía meter presión a su novel volante. Y es que Juan Aurich, consciente de sus limitaciones y ahogado por una ligera presión, buscaba replegarse y mandar a Víctor Rossel a buscar arriba las que pudiera, e inquietaba con pelotas paradas. Lo máximo que consiguió Universitario fue dos disparos de media distancia de Páucar y Huamantica. Gómez seguía con su unipersonal, y por beneficios de su técnica casi le sale un gol olímpico. Con poco más que eso se llegó al descanso, y ya los nervios empezaban a sonar en la tibia noche limeña.

Así llegó el segundo tiempo, y a la 'Hiena' se le ocurrió asistir. Apareció Quintero para marcar su cuarto gol con la crema en el pecho; los cuatro con Troglio, ganándole más a Rengifo en el salto que a la nula zaga chiclayana. Con la ventaja en el marcador y la hinchada menos crítica, la presión era para Wilmar Valencia, y en tal escenario sí se gestaban los contragolpes necesarios para Gómez.

Atrás, la zaga crema, viuda de Alberto Rodríguez, trataba de disminuir carencias con Werner Schüler y Horacio Benincasa: uno salvándole la vida al otro, y ambos con poca presión para la marca pero sobre todo el primero atento para la reacción, como la corrida de media cancha para quitarle a Rossel la misma pelota que él perdió. Típica jugada que levanta al público. 

Archimbaud y sobre todo Buitrago marcaron la pauta en la volante aurichista, ante un Universitario algo hipotecado a los chispazos de Gómez. (Foto: Ovación Digital)

Valencia, dentro de sus muchas carencias que lo tienen como último de su grupo, fue arriesgado en lo táctico y obtuvo resultados. Sobre todo a partir de la multiplicidad de Ricardo Buitrago, de lo poco rescatable de este año para el 'Ciclón', y el atrevimiento ofensivo de Jean Pierre Archimbaud. Si el panameño Quintero marcaba la pauta para los cremas, su compatriota lo hacía para el 'Ciclón'. El 'Halconcito' se autogeneró una absurda falta de Gómez al borde del área, y él mismo se encargó de empatar el partido a balón parado ante un Carlos Cáceda que regaló su palo.

Troglio cambió a una táctica que debió ser la inicial: un 4-2-3-1 con Diego Manicero de enganche y Tejada de '9', más fuera del área para también asistir pese al ritmo cansino que no le deja mostrar su mejor nivel. Pese a ello, y con el riesgo inherente de buscar el partido, la 'U' dejó espacios atrás, sobre todo por derecha, banda en la que Aldo Corzo fungía como un volante más. Las salidas de Páucar y Huamantica trastocaron la confianza que había generado esa volante incipiente. Y presa del riesgo, llegó la confianza de Élsar Rodas para mirar el espacio que con los ojos dejó Schüler, y de zurda fusilar a un Cáceda que nuevamente regaló su primer palo.

Troglio iba a caer derrotado de nuevo. Pero ya sin libreto, y con el pelotazo como idea principal, se combinaron la presión y la poca mesura chiclayana para llenarse de amarillas y generar pérdidas de tiempo que les impidieron aguantar tres puntos que habrían dejado los a cremas de coleros. En el último respiro del partido, Tejada, el ídolo máximo de Aurich, decretó el empate; no celebró por obvias razones, y el Monumental empezó a apagar sus luces. Y también las del Torneo de Verano, que hace rato busca ser un recuerdo olvidable en Ate.

Fotos: cortesía Ovación Digital

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La ficha del Universitario 2 - Aurich 2

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