Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.comUno de los días más felices en el fútbol peruano ocurrió hace 35 años en el Parc des Princes, donde la selección peruana derrotó 0-1 a la Francia de Platiní. Esta victoria colocó la valla alta para la selección; ¿pero cuán tácticamente deslumbrante fue el partido que hizo Perú en París?
Jair Villanueva | @Jair_Villanueva
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Los tacos de César Cueto, la 'cuchara' de Julio César Uribe, el gol de Juan Carlos Oblitas, el taco de Germán Leguía para dejar pasar a Michel Platiní, las paredes con Eduardo Malásquez y otras imágenes se repiten en distintas generaciones de peruanos desde el 28 de abril de 1982. Sea en un compacto para resumir aquella jornada o por separadas, automáticamente conducen a cualquier peruano futbolero a la noche en que la blanquirroja alumbró París con una victoria por 0-1.

Tras aquella noche, el autoestima de la selección y el hincha se puso al tope. La confianza y el sentido de pertenencia que necesitó el fútbol peruano con un equipo y un modo de jugar nunca estuvieron mejor reflejados por un partido. Si bien estuvo dirigida por Elba de Pádua Lima, 'Tim', la selección se autogestionó sobre el césped del Parc des Princes para sobreponerse a sus defectos y sostenerse en su mayor virtud: el juego de posesión.

Quiebres en el once

Perú llegó a París tras jugar en Argel, capital de Argelia, un encuentro ante el combinado local que acabó 1-1 (se disputó el 25 de abril con goles convertidos por Rabah Madjer y Cueto) y dejó varios golpeados en la blanquirroja. El árbitro argelino Belai Lakar fue poco riguroso con la selección de su país y ello trajo una baja importante en la gira internacional -que había empezado el 18 de abril con una victoria 1-2 ante Hungría en Budapest-: la de Roberto 'Cucurucho' Rojas, lateral izquierdo titular, que sufrió una fractura de la tibia de su pierna derecha. Además, Ramón Quiroga llegó con una lesión en el tobillo izquierdo.

La selección peruana llegó al duelo ante Francia con la baja de 'Cucurucho' Rojas. (Recorte: revista Ovación) 

Quiroga logró recuperarse de la molestia y alineó aquel día frente a Francia, dirigida por Michel Hidalgo. El cuadro galo había disputado dos amistosos en París antes de medirse frente a la selección peruana, y fue ganador en ambos: el 23 de febrero ante Italia (2-0) y el 24 de marzo ante Irlanda del Norte (4-0), ambas selecciones clasificadas al Mundial de España. Ganador y sin goles en contra, Francia no recibió a Perú con el once estelar que meses después alcanzó las semifinales, pues solo Marcio Amoros, Máxime Bossis, Jean Tigana, Bernard Genghini, Michel Platiní y Dominique Rochetau (no fue titular en los primeros partidos en España) tuvieron minutos en el Parc des Princes.

La alineación de Perú, en cambio, sí era la estelar, salvo por la inclusión de Miguel 'Mudo' Gutiérrez (lateral de Sporting Cristal) en lugar de Roberto Rojas. Así, pues, la selección peruana alineó con Quiroga en el arco; una línea de cuatro defensores con Jaime Duarte en la banda derecha y Gutiérrez en la izquierda -pese a ser diestro-, y con Rubén Toribio Díaz y Jorge Olaechea en la zaga central, ubicados con perfiles cambiados; en la volante, Leguía y Oblitas tomaron los lados de un rombo que cerraron José Velásquez en la punta defensiva y Cueto en la ofensiva; y en ataque, Guillermo La Rosa y Uribe quedaron sueltos, con el 'Tanque' más ocupado en la banda derecha y el 'Diamante' con libertad de movimiento en toda la línea ofensiva.

En Francia, Hidalgo ubicó un esquema más definido que el peruano (4-2-3-1) con Dominique Baratelli en el arco; Amoros, Léonard Specht, Dominique Bathenay y Bossis en la defensa, ubicados de derecha a izquierda, respectivamente; en la volante, fueron en primera línea Jean Francois Larios en el lado derecho y Bernard Genghini en el izquierdo; metros más adelante, se ubicaron Alain Couriol (derecha) y Bruno Bellone (izquierda) por los flancos; finalmente, Platiní flotó en la zona interior de toda la volante, mientras que Rochetau fue el '9'.

Cara y sello

Michael Platini y Julio César Uribe, técnica de sobra en ambos aunque con propuestas distintas en el amistoso de 1982. (Recorte: L'Equipe) 

Las propuestas de Francia y Perú fueron antagónicas en el Parc des Princes. El local sostuvo sus ataques sobre todo por las bandas, con Amoros y Couriol en constante rotación como extremos por la derecha, de modo de permitir que el segundo pudiera sumarse como un segundo delantero. Por izquierda, en cambio, la función de Bellone estaba definida como la de un extremo bastante adelantado, que atacó el área solo cuando la acción provino desde la banda opuesta. Rochetau, pese a su constante movimiento, no salía de la zona de los centrales peruanos; Platiní, en todo este esquema y junto a Genghini, fue quien más libertad de movimiento tuvo para romper líneas hacia adelante o atrás.

Para recuperar el balón, Francia trató de mantener la misma dinámica con un hostigamiento constante a la salida peruana; Bellone y Couriol tomaron a los laterales blanquirrojos Duarte y Gutiérrez. Rochetau hizo lo mismo con los centrales, mientras que el resto del equipo local acompañó con marcas ajustadas. Esta estrategia dejó a Perú sin una opción de salida clave: la de Duarte por derecha, por lo que dejó la de Cueto y Velásquez como la principal.

Cuando desarrolló esa fase, Perú en la transición a la elaboración de su ataque juntó a Uribe, Leguía y Oblitas en espacios reducidos; también lo hizo con la suma de Duarte por derecha, aunque no tan pegado a una línea, pues La Rosa empezó sus recorridos desde un extremo. Y en esa zona, la selección peruana tuvo sus mejores momentos en todo el duelo. La calidad individual y cantidad de jugadores produjeron un Perú dominante cuando logró sostenerse entre Ghenghini y Larios.

Oblitas formó parte de la línea de cuatro volantes en Perú. (Recorte: revista Ovación) 

En defensa, Perú esperó en su campo; Uribe y La Rosa se ubicaron cerca a los volantes de primera línea, mientras que Leguía, Velásquez, Cueto y Oblitas hicieron una línea de cuatro en la volante. Este repliegue defensivo y líneas muy juntas, sin embargo, no aseguraron una buena recuperación peruana, aunque sí una defensa del área positiva, pues el 'Patrón' supo resguardarla junto a Olaechea y Díaz, dos bastiones defensivos importantes delante de Quiroga.

Quedó en azul

El primer tiempo fue un dominio casi indiscutido de Francia; Perú solo asomó en tres ocasiones y en dos de ellas de contraataque, cuando Cueto empaló un balón hacia Uribe que primero atrapó Baratelli; un remate del 'Diamante' que pasó cerca del arco francés; y el gol mal anulado a Guillermo La Rosa. Los dirigidos por Hidalgo, en cambio, registaron llegadas que fueron claras en su generación y desordenadas al finalizarse. Amoros y Bellone fueron fundamentales para abrir espacios y pases al cuadro local, mientras que Platiní le dio un salto de calidad importante a Francia en el pase en el tercer cuarto de cancha, mucho más que en la organización.

Sin embargo, la ansiedad de Couriol y el muy buen control de Rochetau hecho por la zaga central peruana decretaron que el marcador para los locales terminara en cero tras el primer tiempo. Una defensa aprobada por sus centrales, una volante irregular debido a la poca participación de Cueto en zonas donde podía ser más determinante y un ataque dependiente del desequilibrio de Julio César Uribe constituyeron el saldo que dejó Perú, con pocas cuotas de juego asociativo, en los primeros 45'.

Se puso rojo

Con los cambios en la etapa complementaria, Duarte tuvo mayores posibilidades de atacar. (Recorte: revista Ovación) 

El segundo tiempo tuvo dos modificaciones claves a favor de Perú: la tarea más esforzada de Leguía para liberar a Cueto y acercarlo a Uribe. Además, la salida de Bellone despreocupó a Duarte, quien se pudo sumar mejor en labores de elaboración. Con estos dos detalles, Francia mantuvo la posesión del balón -pero con menos daño- sobre campo peruano, aunque con la amenaza de contener a Cueto y Uribe cerca de Tigana y Genghini.

Sobre los 62', llegó el primer cambio peruano: Malásquez por Leguía, quien había entrado en bastante contacto con el esférico e incluso liderado con Cueto la construcción peruana. Sin embargo, Perú necesitó más movilidad y resistencia. Otra razón de este cambio obedeció al ingreso de Jean Tigana por Larios: el entonces futbolista del Girondins de Bordeaux tenía total libertad para organizar y ello ocasionó algunas llegadas peligrosas de Francia hacia la zaga peruana.

Con Malásquez en el campo, Perú se asentó mejor ante un Francia más impreciso y con un Platiní poco participativo. Las paredes interiores y los pases cortos para fijar la marca de rivales, y luego romper con un pase entre líneas, aparecieron con mayor frecuencia; el líder de estas pequeñas estructuras fue Cueto, y quien las rompía para cambiar el ritmo, Uribe. Alrededor de ambos, Velásquez, Oblitas, Malásquez, Duarte y el mismo La Rosa se unieron en los mejores momentos peruanos.

Cambió de pauta

Perú le ganó 0-1 a Francia. Un resultado que quedará en la historia del fútbol nacional. (Recorte: L'Equipe) 

El gol de Oblitas terminó por romper el trámite del encuentro. Sobre los 80', un balón forzado y recuperado por Velásquez empezó con el 'Flaco' Malásquez pasando el balón a César Cueto y moviéndose de izquierda a derecha. El 'Poeta', de espaldas y frente a dos adversarios, dejó en jaque a ambos con un taco que encontró a Uribe, quien devolvió el balón a Malásquez. El '18' peruano apenas rozó la pelota con la cara externa de su derecha, y la dejó en una ubicación ideal para que Cueto dibuje un pase perfecto con su zurda hacia Oblitas. El 'Ciego' le ganó el duelo a Amoros y anotó el 0-1.

El marcador no se movió más por una sencilla razón: Perú hizo suyo el duelo y enterró en un pozo el juego francés. Cueto y Uribe impusieron el ritmo del juego y metieron a sus bolsillos a los volantes franceses, mientras que Oblitas y La Rosa participaron con más actividad. En esos últimos 10', los peruanos sacaron de paseo a los franceses en su propio parque; pero, eso sí, retomando confianza a partir de sus virtudes y de encontrarse en paredes, de crear lazos a partir de un pase y fortalecerse con ello.

La figura paternalista más representativa para el jugador peruano, fuera de nombres puntuales, siempre será una pared. En esta acción se regocijó Perú para construir una victoria histórica que se debe seguir recordando en las jugadas de Cueto, Uribe y una gran compañía.

Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com
Recortes: revista Ovación y L'Equipe

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