Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.comMás allá de que las decisiones arbitrales del húngaro Viktor Kassai lo terminaron favoreciendo, Real Madrid sacó a relucir su casta e instaló su nombre en las semifinales: se impuso a 4-2 en el alargue a un Bayern Munich al que le costó recomponerse tras la expulsión de Arturo Vidal.

    Kenny Romero | @kenny_romero
    Director Periodístico

En el fútbol, el casi no existe. O se gana o se pierde. Por esa razón Real Madrid, con la ventaja del duelo de ida de por medio, jamás salió a encarar de modo estratégico su duelo ante Bayern Munich, más si lo hacía en el Santiago Bernabéu. Bajo ese concepto, la única manera de cerrar la serie era concretando -y llegando- la mayor cantidad de veces posibles al pórtico de Manuel Neuer. Ello hizo posible que, de plano, resaltaran dos figuras que terminaron resultando decisivas en el global, y también en el espectáculo: Marcelo y Cristiano.

Desde que comenzó el partido, el lateral izquierdo brasileño se puso el overol y transitó el campo con una lucidez y sapiencia que le ha otorgado el paso de los años. No tuvo obstáculos para saltar al área contraria y poner en aprietos a sus marcadores. Eso sí: si bien lo suyo solo quedó en insinuaciones durante el primer tiempo. En el complemento, su registro tuvo recompensa directa en los goles de Real Madrid. Al mejor estilo de un 'CR7' que liquidó la llave con su presencia goleadora y un hat trick de por medio.

Pero así como el Madrid decidió arremeter desde el arranque a su adversario, lo del Bayern sí se asoció más bien con lo estratégico. Y para que ello se hiciera efectivo, mucho tuvieron que ver los dos extremos: Arjen Robben y Franck Ribéry. De los pies de ambos no solo salieron las mejores situaciones de gol del conjunto bávaro, sobre todo en una etapa inicial en la que se quedaron a tiro de anotar, sino que se cristalizaron en situaciones puntuales que sus artilleros supieron resolver. Por ejemplo, el penal que el holandés se buscó y que Robert Lewandowski cambió por gol.

Robert Lewandowski marcó de penal y abrió el camino de una posible remontada en el Bernabéu. (Foto: AFP) 

Para Real Madrid fue determinante encontrar la paridad, vía un cabezazo de Cristiano, aunque también fue perturbadora la manera en que se convirtió, en propia puerta, el tanto que igualó la serie y que originó el alargue tras el desliz de un Sergio Ramos que en ese momento dejó de ser el tocado de Chamartín. Ocurre que a partir de dicha conquista, el compromiso pasó por un trance que iba a alterar la historia: Bayern se creció con la remontada y estuvo a tiro de liquidar la serie. Pero sucedió lo que estuvo fuera de cálculo: la expulsión del húngaro Víktor Kassai -discutida- a Arturo Vidal, por doble amonestación, que terminó de neutralizar a los hombres de Ancelotti, peor aun si está pasó luego de una acción en la que Casemiro, quien ya tenía amarilla, se salvó de la roja tras una altera falta sobre Robben que el colegiado obvio de manera increíble.

Para redondear con la cadena de infirtunios del hombre de negro, con el alargue concretado tras la igualdad en el global, Real Madrid se encontró con la diosa fortuna en pleno cierre del primer tiempo suplementario, luego del servicio que recibió Cristiano en fuera de juego. El árbitro dejó seguir y la jugada concluyó con la remontada que a esas alturas arruinó cualquier intento de Bayern en pos de revertir su desventaja. En esa línea, ni con Douglas Costa, Thomas Müller o Joshua Kimmich -los relevos- el cuadro muniqués fue capaz de salir de ese letargo que sufrió tras la expulsión de Vidal. Perdió profundidad y se desarticuló en la medular.

Ello, de alguna manera, permitió que para la segunda fracción del suplementario las marcas se desarticularan y quedaran expuestas para el espectáculo. Como ocurrió con la descomunal corrida de Marcelo, el mejor de la cancha, para permitir que Cristiano convirtiera su hat trick; y como sucedió con la conquista decisiva, también vistosa, de un Marco Asensio que con su tanto estableció ese 4-2 que, en buen lapso del partido, se habría previsto irreal.

Cristiano Ronaldo apareció para marcar tres goles y asegurar la presencia del Real Madrid en las semifinales de la Champions League. (Foto: AFP) 

Por méritos propios, aunque con cierta influencia arbitral, Real Madrid selló el pasaporte e inscribió su nombre en las semifinales de la Champions. Pese a la adversidad -como cuando Bayern lo tenía en su poder-, supo aprovechar la circunstancia y resolver una serie que, es bueno recordarlo, empezó ganando hace una semana en el Allianz Arena. Como para ratificar que el peso de la camiseta, para bien y para mal, siempre tiene un grado de influencia, más si se trata de un plantel merengue que persigue con ahínco la duodécima 'Orejona'.

Los Goles

Fotos: AFP

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La ficha del Real Madrid 4 - Bayern 2

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