Las Bases del Descentralizado 2017 incorporan algunas modificaciones que van más allá del cambio del sistema. DeChalaca las revisó a profundidad y puede pronosticar algunas posibles confusiones y hasta conflictos que se darán durante el año por no haberse regulado de manera clara y en atención a otros precedentes.

 

Manolo Núñez | @Manolonf
Columnista Editorial

El Descentralizado 2017 empieza este fin de semana con el criticado Torneo de Verano. Su sistema recuerda al postergado Torneo del Inca y ha hecho que entender el campeonato de este año resulte más difícil para el aficionado, quien mal que bien gustó del sistema de 2016. Pero más allá de los cambios en el sistema, hay cambios normativos y hasta algún vacío que, se puede pronosticar con anticipación, acarrearán más de una polémica durante el año.

La clasificación de Perú 3 y el descenso administrativo

Las Bases del torneo han tratado de darle una mayor importancia al Torneo de Verano que la que en el pasado se le dio al Torneo del Inca. Esto es algo positivo, aunque resulta llamativo que, en el supuesto de que los dos finalistas del primer certamen del año sean los que ganen luego el Apertura y el Clausura, sería el mejor equipo del acumulado del Torneo de Verano el que iría a la Copa Libertadores como Perú 3. Esta es una gran diferencia, ya que se había hecho costumbre que el clasificado en tercer lugar a la Libertadores fuera el mejor ubicado en la tabla acumulada del año al margen de los clasificados como Perú 1 y Perú 2.

Eso sí, el descenso seguirá siendo determinado por la tabla acumulada: los dos clubes que ocupen las últimas posiciones serán los que desciendan. Pero aquí también surge una duda. Las Bases no hacen referencia a qué ocurriría con el descenso en caso se descienda a uno de los clubes por temas administrativos. ¿Igual existirían dos descensos o solo quedaría uno? Esto debería haber sido especificado dado que ya se han dado situaciones así en el pasado; sin ir muy lejos, casi se estuvo ante esa situación en 2015 en la Segunda División.

Campeones sin exigencia mínima

Universitario fue campeón del Apertura 2016. Con el actual formato, no necesitaría ubicarse entre los mejores ocho del Clausura para disputar el título nacional. (Foto: Raúl Chávarry / DeChalaca.com) 

A diferencia de años anteriores, esta vez no importa en qué ubicación quede el campeón del torneo Apertura o Clausura para poder disputar la final. Es decir, a comparación de años anteriores cuando se exigía que para disputar una final el campeón de uno de los torneos cortos debía quedar entre los seis u ocho primeros del otro torneo corto, ahora así quede último en uno de los torneos no perderá su derecho a jugar la final. Esto es claramente un retroceso a casos como el del Alianza Lima de 2001 (campeón nacional pese a haber sido penúltimo del Clausura) y fortalece la crítica a los torneos cortos. Solo será necesario hacer un buen torneo (de una sola rueda) para poder ser campeón nacional y jugar Libertadores directamente en fase de grupos.

Por otro lado, es llamativo que entre los factores de diferenciación de posiciones se incluya como cuarta opción el sorteo. Es decir, luego de los puntos, la mayor diferencia de goles y la mayor cantidad de goles a favor, vendrá el sorteo. Se ha debido contemplar otros criterios de diferenciación, como el resultado entre ambos equipos, el mejor equipo de visita, etc. Tener el sorteo como cuarta opción hace que no sea descabellado pensar que se llegue a ese supuesto al finalizar alguno de los torneos.

Cosas del juego

FINALES DIFERENCIADAS. Mientras que en la final del Torneo de Verano (a doble partido) o en una potencial definición por el descenso (a partido único) habrá tiempo suplementario, en el potencial tercer partido por el título nacional no habrá suplementario y se irá directamente a los penales. No se justifica del todo esa diferenciación, más allá de que haya 270 minutos de juego previo a diferencia de 180 ó 90, pues siempre resultará preferible encontrar un ganador en la cancha en lugar de buscar uno anticipadamente en una tanda de penales. Sí resulta saludable que no se aplique para la final nacional la regla de los goles de visita, una corrección acertada de forma de que no suceda algo similar a lo visto en la final del Descentralizado 2016 -cuando Cristal pudo ser campeón sin necesidad de ganar alguno de los dos partidos-.

A diferencia de la final de 2016, el gol de visita no determinará al campeón nacional. (Foto: Raúl Chávarry / DeChalaca.com) 

VACÍO AMARILLO. Un vacío que se ha producido por una mala redacción tiene que ver con el tema de acumulación de tarjetas amarillas para la final nacional. De acuerdo con el artículo 15°, los jugadores llegarán "limpios" a los partidos de la final; pero también se señala que de llegar a la quinta amarilla en la última fecha del Clausura, la suspensión se cumplirá en el siguiente partido oficial de la ADFP. Esto se entiende debería corresponder a que la suspensión se trasladará a la primera fecha del torneo 2018, pero debería especificarse de modo explícito para que no existan malinterpretaciones posteriores.

COSTUMBRE CORREGIDA A MEDIAS. Las postergaciones unilaterales de partidos por participación en torneos internacionales se han restringido por Bases a aquellos clubes que logren clasificar a instancias de cuartos de final o superiores en Libertadores y Sudamericana. Esto es correcto, pues los clubes deben poder armar planteles que les permitan poder hacer frente a estos partidos en paralelo con los del torneo local, y no favorecer suspensiones que luego desnaturalicen el campeonato. Sin embargo, en el calendario aprobado para el Torneo de Verano se ha visto que para las fechas 4, 10 y 12 hay potenciales cruces de partidos de Libertadores y Sudamericana, y se sabe que la Asamblea de Delgados ya ha acordado reprogramar algunos partidos. Lo que no se entiende es por qué no se optó por jugar menos mitades de semana en el verano y en cambio usar más miércoles en el Clausura, cuando por la estructura renovada de la Libertadores y la Sudamericana resultará más probable que en el segundo semestre haya menos clubes peruanos en competencia.

Balance con base

Así, más allá de los cambios en el sistema -que pueden ser difíciles de comprender para el aficionado y que en general favorecen poco a la mejora del torneo y del producto en general-, existen algunos retrocesos en la determinación de ciertas normas y reformas como las relacionados con el Torneo de Verano que sin duda generarán polémica y críticas una vez que el campeonato avance. La alerta está hecha de parte de DeChalaca y quedará ver si la ADFP emprende esfuerzos combinados de comunicación y marketing para prevenir el ruido mediático en contra.

Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com
Fotos: Raúl Chávarry / DeChalaca.com



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