El rechazo de Juan Reynoso al saludo del presidente de la FPF, Edwin Oviedo, no fue solo una inoportuna reacción a la derrota rojinegra ante Cristal, sino un gesto que se explica en una relación rota hace seis años en Juan Aurich.

 

Jair Villanueva | @Jair_Villanueva
Editor

Un año atrás, Juan Reynoso sacó sus bolsillos en Arequipa cuando consiguió el segundo título nacional en la historia de Melgar en un claro mensaje contra el arbitraje que consideró tendencioso. Así terminó la temporada 2015 en la cancha, porque fuera de ella la continuó con algunas palabras subidas de tono contra la dirigencia de Sporting Cristal, club del que fue técnico en la temporada 2011 cuando reemplazó a Guillermo Rivarola.

En esta ocasión no sacó sus bolsillos, pero sí la mano; además, lo hizo ante otro protagonista de una salida en falso de su carrera: Edwin Oviedo. Cuando Reynoso recibió la medalla de plata desairó el saludo del presidente de la FPF en un gesto innecesario e injustificable, pero que tiene una explicación más allá de una simple reacción de un técnico que, como a cualquiera, no le gusta perder.

Lo que del 'Ciclón' se llevó

El 19 de agosto del 2010, Edwin Oviedo presentó a Juan Reynoso como técnico de Juan Aurich, con dos expectativas principales: que deje huella en la institución y pensar a largo plazo con un contrato que, en principio, tendría una extensión hasta diciembre del 2012. Entre alguna tímida broma y las ilusiones compartidas de Reynoso y Oviedo, empezaba una nueva era de Aurich tras la salida de Luis Fernando Suárez.

En agosto del 2010, Reynoso fue presentado como técnico de Aurich en una conferencia junto a Oviedo, donde el presidente de Aurich declaró que el técnico dejaría huella en el club. (Foto: juanaurich-chiclayo.blogspot.com) 

Dos días después, Reynoso debutó en la fecha 29 ante José Gálvez en Chimbote con una victoria gracias a un solitario gol de Ysrael Zúñiga. Sin embargo, en la última fecha de la etapa regular, apenas empató de local ante CNI. Así, pues Aurich terminó la fase regular del Descentralizado en el sexto lugar para ubicarse en la Serie B a ocho puntos del primero de su grupo, León.

Aurich, no obstante, terminó el año a trece del cuadro huanuqueño y con siete victorias, tres empates y seis derrotas en la bolsa desde la llegada de Reynoso. Ello, en principio, no debió entorpecer la tarea del técnico de cara al 2011 y así ocurrió. Finalmente, lo que llevó a la ruptura de la relación del hoy entrenador de Melgar y la dirigencia aurichista encabezada por Oviedo fue la planificación del siguiente año.

Rompe la cadena

En 2011 no se pudo hablar de la planificación de Aurich con Reynoso como parte inherente, sino como un anexo a la gestión de aquella temporada. Por ello, llegaron refuerzos que no estuvieron en los planes del comando técnico como Luis Guadalupe, quien en ese mismo año fue el capitán que levantó el primer título de la historia de Aurich. Un destino que, sin embargo, no califica como justificación para invadir las decisiones del técnico.

Juan Reynoso dirigió a Aurich solo en 16 encuentros del Descentralizado, debido a desencuentros con la dirigencia aurichista. (Foto: juanaurich-chiclayo.blogspot.com) 

Además, se renovó a jugadores con los que el técnico no quiso contar como Reimond Manco y Pedro Ascoy. Todo ello colmó la paciencia de Reynoso y quebró la relación con Edwin Oviedo antes que empiece la campaña, pues se pasó por encima la autoridad del técnico para elegir sobre el plantel. Finalmente, Juan Reynoso dio un paso al costado a costa de importantes trabas económicas, pues no fue un acuerdo mutuo entre dirigencia y técnico.

De mal en peor

Oviedo y Reynoso rompieron una relación por faltar a la autoridad del técnico para decidir. Pero seis años después en el Nacional, en la tarde del último domingo de fútbol profesional en el año, los papeles se invirtieron. El técnico de Melgar desplantó al presidente de la FPF con un acción que, fuera de cualquier rencilla personal y romper el protocolo, es de mala educación y una falta de respeto a la máxima autoridad del fútbol en el Perú.

Que sea un muy buen técnico -en opinión de quien escribe es el mejor del país-, no le da derecho a Juan Reynoso de pasar por encima de la autoridad de Edwin Oviedo, pues atenta con un mensaje equivocado contra la institucionalidad de la FPF. Reynoso no es cualquier hijo de vecino, por ende, lo que diga o haga siempre tendrá relevancia. Ello lo obliga a cuidar sus acciones, pues es parte de un medio al que pertenece y debe, por lo menos, respetar.

Foto: juanaurich-chiclayo.blogspot.com


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