Cuatro apellidos demostraron en la ida de las semifinales que este tipo de definiciones lo dilucidan, antes que nada, la experiencia y el rodaje.
    Roberto Castro | @rcastrolizarbe
    Director General

En el fútbol peruano existen pocas convergencias de opinión tan claramente marcadas como el paraíso soñado de la renovación. Esto es, la idea conspicua y repetitiva de que hay que dar paso a los jóvenes en el campo de juego casi por ley, que ellos son el futuro del fútbol y que por tanto hay que jubilar lo antes posible a aquellos veteranos que impiden que "los nuevos valores" hagan su aparición y ofrezcan renovados bríos a sus respectivas camisetas.

Como muchos de los lugares comunes de nuestro fútbol, el mito de la renovación es fácilmente refutable a partir de ejemplos concretos que ilustran que a veces la experiencia es vital para sacar adelante circunstancias específicas. Como suele ocurrir con partidos definitorios, en los cuales el rodaje inclina balanzas cuando las diferencias no son muchas. Así sucedió este miércoles 30 de noviembre en los cotejos de ida de las semifinales del Descentralizado, en los que cuatro apellidos de trayectoria importante fueron capitales para modificar el destino de sus equipos, en todos los casos para bien.

1Ballón en la acción más clara de gol ante Municipal. (Foto: Pedro Monteverde / DeChalaca.com)7:16, BALLÓN (28 AÑOS). No es técnicamente un veterano, pero a estas alturas de su carrera es maduro y referente. Josepmir Aarón Ballón Villacorta (Lima, 21 de marzo de 1988) ni siquiera puede ser considerado hoy titular en una volante de Sporting Cristal en la que abundan los hombres en su puesto. Pero su capacidad para liderar futbolísticamente un equipo lleno de nombres jóvenes que necesitaba una guía fue decisiva en Villa El Salvador. La barba que infunde respeto condujo a los de celeste y redujo ánimos rivales: y encima, estuvo a punto de hacer la diferencia en la tarde de Villa El Salvador, llevándose a Delgado y estrellando el disparo en la base del poste derecho edil. Fue el único de los citados en este artículo que no pudo celebrar, pero la primera semifinal estuvo a punto de ser distinta a partir de él.

1Sawa anotó el 1-0 con que Municipal derrotó a Cristal. (Foto: Raúl Chávarry / DeChalaca.com)7:21, SAWA (33 AÑOS). Este sí es ya veterano, es -sobre todo- ídolo y él sí cambió la historia. Una vez más, como tantas veces con la franja roja cruzada en el pecho. Como no pudo hacerlo, pese a todo su esfuerzo, aquella mañana de diciembre de 2007 en la que se puso el traje de samurái y se cargó entero al entonces estadio San Martín para tratar de salvar a Municipal de la baja, en el que acabó siendo un 3-3 memorable. La revancha le tomó nueve años, pero vaya si valió la pena. Estuvo donde y cuando había que estar: para poner la cabeza a pase de Pedro Gutiérrez y embocarla justa, precisa para el delirio del coloquialmente llamado 'Tacho'. Masakatsu Sawa -¿estrictamente Sawa Masakatsu?- (Moriya, Japón, 12 de enero de 1983) es a estas alturas el cuarto gatito: uno japonés que puede ser suplente pero recuerda que los años no se viven por gusto y las historias las escriben los grandes.

2Galliquio abrió la cuenta en el Nacional. (Foto: Pedro Monteverde / DeChalaca.com)0:15, GALLIQUIO (37 AÑOS). Es el más viejo de la cuadra y, acaso, el más controvertido. Cuando John Christiams Galliquio Castro (Pisco, 12 de enero de 1979) fue desafectado del plantel de Universitario campeón a inicios de 2014 -luego de que hubiera marcado el último gol de la campaña, en Huancayo ante Real Garcilaso-, hubo opiniones divididas pero el establishment de Ate coincidió en que dar por cerrado su ciclo en el club era buena idea. Y cuando a inicios de este 2016 se lo reincorporó, la crítica fue unánime: ya no estaba para estos trotes. Callado como es él, se comió la suplencia todo el año y respondió yendo al campo cuando le tocó taponar los males de una defensa endeble. Hasta que Roberto Chale decidió la mañana del miércoles 30 que la mejor forma de suplir la ausencia de Rodrigo Cuba era recurriendo al viejo 'Tyson' como lateral, de boxeador derecho, como en los albores de su carrera en 2000. Y entre viejos zorros, las apuestas se pagan rápido: con un cabezazo letal. Sereno y moreno, fue de lo mejor de la 'U' en el Nacional.

2José Carlos Fernández anotó el empate transitorio ante Universitario. (Foto: Raúl Chávarry / DeChalaca.com)1:23, FERNÁNDEZ (33 AÑOS). Un goleador extraño: de esos que prioriza calidad en la entrega antes que cantidad, lo cual no es lo ideal para un '9' pero sí para un futbolista. De los que aparecerá en el libro de texto porque sus goles han sido no tantos como los de otros pero sí más importantes que los de casi todos. Porque la vigencia a 'Zlatan' no se la quita nadie pues depende de sí mismo: ni siquiera un banco de suplentes o un sistema que lo fuerza a competir con Bernardo Cuesta, hasta en el marcador. A inicios de año, llegó como último refuerzo cuando parecía confinado a pasar 2016 en La Bocana, en una inolvidable foto de presentación alzando la camiseta que, sin sonrisa al flash, delataba mucho por sí misma. Voló a Arequipa como pudo y a los dos días estaba con la rojinegra. Apuesta de Juan Reynoso, como fue apostar meterlo al campo arriba en momentos en que el partido pedía alguien en el medio campo. Su cabezazo reafirma algo: ese gesto con las manos extendidas es el mismo de hace diez años en el Monumental, también con la dominó en el pecho. Es un gesto vigente.

Hay partidos que los definen solo algunos. La televisión mostró a Fernández, al entrar al campo, siendo interceptado por Galliquio en el camino para pecharlo y decirle en un solo movimiento de cuerpo "estoy aquí, papi, no andas solo". Sin foul. Con la autosuficiencia que solo te da la gente grande.

Fotos: Pedro Monteverde y Raúl Chávarry / DeChalaca.com

Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com


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