Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.comLa selección peruana afronta un 2016 que va a ser el punto de quiebre en el proceso de Ricardo Gareca. Si repite la tendencia de los últimos años, es posible que sea protagonista en la Copa América Centenario. Y en las Eliminatorias, va a seguir de pie siempre que haga respetar su localía.

 

Aunque se lea práctico, lo que se vivió en los últimos meses de 2015 no fue más que un déjà vu de lo que pasó en 2011: una selección peruana con rostro distinto, que sorprendió a esta parte del continente americano y que dio esperanzas tras ubicarse en el tercer lugar de la Copa América. Del mismo modo, la desazón o desaliento llegó de golpe tras el arranque de las Eliminatorias: si con Sergio Markarián se alcanzó 3 puntos pero en solo 3 duelos, en el actual proceso de Ricardo Gareca se totalizó la misma cantidad de unidades, con un partido más, pero con un patrón de juego que podría orientar hacia qué apunta la selección peruana en 2016.

¿Perú está en condiciones de competir en las Eliminatorias, en un 2016 en el que se van a jugar cinco partidos (hasta el final de la primera rueda) y en el que la presión va a ir en aumento conforme se vayan disputando las fechas dobles, y los resultados, para bien o para mal, marquen un estado de ánimo que se va a reflejar en el aficionado y, puntualmente, en algún sector de la prensa que va a tener preparado el libreto para endiosar o, en su defecto, apretar el gatillo?

Fundamentos preliminares

La respuesta a la interrogante planteada, qué duda cabe, se va a ir respondiendo conforme transcurran los meses. Pero la perspectiva se va a ir tejiendo a fines de marzo, con el reinicio de las Eliminatorias y los duelos ante Venezuela en Lima y ante Uruguay en Montevideo. Y antes de deducir las probabilidades de la blanquirroja frente a estos dos rivales, lo que primero habría que ver es si la casa está ordenada o completa.

¿Farfán llegará bien a la selección? (Foto: Reuters) 

En ese sentido, acaso la gran preocupación del 'Tigre' Gareca debe pasar por si Jefferson Farfán, lesionado de una rotura del ligamento en el tobillo izquierdo, estará en condiciones de jugar para la primera fecha doble del año. Su pronóstico de recuperación está fechado para marzo, situación que hace bastante complicada su presencia, considerando que hay un tema de rodaje que no lo va a recobrar en un lapso tan breve, más si la intensidad entra a tallar en estos compromisos.

No obstante, amén a la lesión de la 'Foquita', lo que sí tiene que ser prioridad en el comando técnico es, independientemente de la primera jornada doble, hacer respetar la localía. En 2016 Perú tiene tres compromisos en esa condición, y se entiende que, para seguir de pie, no debe ceder más unidades en el estadio Nacional. Los rivales son la mencionada Venezuela, además de Ecuador y Argentina. 

Otro aspecto que se debe comprender es que Ricardo Gareca no está haciendo un trabajo a largo plazo en la selección: a él lo contrataron para expandir el universo de jugadores, pero sobre todo para competir en el corto plazo. Por eso su sostén y frase recurrente va a ser siempre el "yo consideraré al que mejor esté haciendo las cosas, más allá de su edad o equipo". Así que, bajo esa premisa, habría que hacer oídos sordos a sugerencias de retiros intempestivos solo por el hecho de que tal o cuál jugador "está viejo". Si hay un jugador prometedor o joven y demuestra jerarquía para estar por encima de los que en este momento son titulares, bienvenido sea, sino para el largo plazo está Daniel Ahmed y su jefatura en la Unidad Técnica de Menores.

Formación casi intacta

Será fundamental que jugadores como Guerrero recuperen su nivel. (Foto: Raúl Chávarry / DeChalaca.com) 

¿Qué tanto puede cambiar la formación de Perú en 2016? Se tiene que recordar que el grupo que integra la selección vive de momentos; es decir, del rango de jerarquía por el que atraviesa, y esto no solo involucra a la parte futbolística, sino también a la psicológica. Por eso es importante que el universo de jugadores que en este momento considera Ricardo Gareca siga exportándose, o en su defecto se encuentre defendiendo a un plantel local que va a tener mucho rodaje en 2016.

Es importante, por ejemplo, que Pedro Gallese recupere el nivel (de confianza) que tuvo durante la Copa América. O que jugadores como Luis Advíncula, Carlos Ascues o Paolo Guerrero, solo por citar algunos casos, consigan trasladar su fútbol a ligas en el que realmente puedan destacar. De igual manera, no habría que acelerar el crecimiento de jugadores que están emergiendo pero que aun requieren más rodaje para considerarlos nivel A1 dentro de la selección, como el recientemente fichado al PSV, Luiz da Silva.

Además, también habría que evaluar si jugadores como Alexander Callens, con participación activa en la Segunda española, podría ser considerado nuevamente en el proceso de Ricardo Gareca, o si los tan promocionados hijos de peruanos en el exterior, como Alexei Ríos del BATE Borisov (el mismo jugador anunció en sus redes sociales que el entrenador de la selección lo va a visitar en Bielorrusia) o Gianluca Lapadula del Pescara, tienen la voluntad de integrar la blanquirroja, como en su momento lo fue con Cristian Benavente que, por cierto, debería evaluar la posibilidad de anclar en algún equipo que le otorgue continuidad.

Tras sus buenas actuaciones en la Serie B, Lapadula se ha vuelto interesante. (Foto: prensa Pescara Calcio) 

Del once base de Perú en 2015, es poco probable que se altere alguna pieza en el presente año. Es evidente que en el arco la continuidad de Gallese como titular va a depender de la mencionada recuperación de confianza; que Advíncula y Vargas van a ser inamobibles como laterales; que Zambrano y Ascues están a escalones de distancia que cualquier otro jugador en su posición de zagueros centrales; que Tapia va a asentarse como volante de primera línea, mientras que Farfán, Cueva y Carrillo van a seguir siendo los encargados de la parte creativa; y que Guerrero, más allá de su irregular momento en Flamengo, es la principal referencia del ataque nacional.

El único puesto que no es el del todo garantizado, amén de los últimos partidos de Perú, es la del recuperador, el que acaso sería el complemento de Renato Tapia. ¿Seguirá siendo Lobatón? ¿Ballón es el jugador más indicado para tentar ese lugar? ¿Existen otras opciones? Esas dudas las irá resolviendo Gareca con el correr de los partidos.

La primera tarea

Volviendo a lo que corresponde, ya se señaló que la primera fecha doble de 2016 es clave. Y para Perú, más allá de su irregular momento en las Eliminatorias, es sumamente obligatorio que derrote en casa a Venezuela, el próximo 24 de marzo. La 'Vinotinto' acumula cuatro derrotas en igual número de presentaciones. Es el rival a ganar, para recobrar la confianza o el argumento que usted quiera, con o sin Farfán. Acá no hay "peros" y la bicolor sí está en condiciones de ganarle.

Perú tendrá que lidiar con el regreso de Luis Suárez. (Foto: Andina) 

Más bien el cotejo de la fecha 6, ante Uruguay en Montevideo, es el de la gran prueba de fuego: porque se juega ante un rival que se agiganta en el Centenario, que va a contar por primera vez con Luis Suárez después de la mordida a Giorgio Chiellini en Brasil 2014 y porque atraviesa por un gran momento en el proceso clasificatorio. Si bien es atrevido suponer el rescate de algún punto, la principal concentración de la blanquirroja tiene que pasar por sumar de a tres en el primer partido. Después lo que venga.

Luego de esa fecha doble, se viene una nueva pausa hasta mediados de año, con el arranque de la Copa América Centenario. Si Perú pretende probar variantes en su plantel, la única opción la va a tener en la fecha FIFA que comprende del 30 de mayo al 7 de junio. De allí en más, se tiene que centrar en el torneo que se va a desarrollar en Estados Unidos. ¿Y allí se puede competir? Por supuesto.

Aunque el sorteo de la Copa América Centenario es el 11 de febrero, a groso modo se puede bosquejar como podría ser el grupo de la blanquirroja, con un cabeza de serie que puede ser el anfitrión o, en su defecto, Brasil, Argentina o México, y con un segundo bombo en el que seguramente estarán las siguientes selecciones con mayor jerarquía de esta parte del continente, como Chile, Uruguay, Colombia y Ecuador. En el último bombo se entiende que deben estar las otras cuatro selecciones restantes de la Concacaf: Costa Rica, Jamaica, y los ganadores del Trinidad y Tobago - Haití y el Panamá - Cuba.

A Perú generalmente le fue bien en la Copa América. (Foto: EFE) 

¿Hasta dónde puede llegar Perú en la Copa América Centenario? A la luz del grupo que se podría conformar (una o dos potencias y un centroamericano), es conveniente recordar que la bicolor es un habitual animador cuando se trata de torneos cortos. Y bajo esa premisa, lo normal -estadísticamente- es que se supere la valla de la primera fase. De allí en más, si se llega a cuartos o instancias superiores, recordando que solo clasifican dos por grupo, más va a servir como motivación especial para los compromisos que se avecinen, pero sobre todo para amalgamar a un plantel que va a requerir un segundo aire y quizas incorpore a nuevos rostros para la recta final de las Eliminatorias.

La delgada línea entre el bien y el mal

Tras la Copa América Centenario, a Perú se le viene la fecha doble más determinante, la que -a juicio de quien escribe- va a perfilar nuestro verdadero rumbo en las Eliminatorias y a la que habría que prestarle más atención y cuidado porque, de presentarse un revés, va a hacer resurgir a la carroña y a la mala saña, y a gran escala. Esta jornada, aun sin día de disputa definida por Conmebol, se va a jugar en la fecha FIFA del 29 de agosto al 6 de setiembre. El primer partido es ante Bolivia en La Paz y el segundo ante Ecuador en Lima.

¿Es acaso la gran oportunidad de la blanquirroja para "recuperar" los puntos perdidos ante Chile y, de paso, derrotar en casa a un rival que es directo y que ya sacó un margen importante en las cuatro primeras fechas de las Eliminatorias? La respuesta es una sola: sí. ¿Pero estamos en capacidad? La respuesta es la misma. Allí van a entrar a tallar factores motivacionales del momento, pero si hay una jornada en la que se debe plantear la idea de sumar seis de seis, es esta.

Perú visitará a Bolivia en una de las Eliminatorias. (Foto: Reuters) 

De acuerdo con su fixture, es posible que Bolivia reciba a Perú con un semblante similar al de Venezuela: primero juega de local ante Colombia y luego visita a Argentina y en este momento apenas tiene 3 puntos. El tema va a pasar por si nosotros llegamos también en esa misma condición que los altiplánicos. Así que este, en realidad, es un partido de descarte para ambos. Y la tarea posterior es Ecuador, a la que más allá de si nos va mal en el resto de partidos, ganarle siempre es un objetivo codiciado.

Y para cerrar 2016, en la fecha FIFA del 3 al 11 de octubre, Perú recibe a Argentina. Aunque no se sabe si a esas alturas del año habrá argumentos para salir airosos en ese partido, se supone que la obligación de la blanquirroja debe ser ganar todo lo que juegue en casa. De por sí, solo por referencia estadística e histórica del combinado nacional, esa premisa es complicada. A los albicelestes no le ganamos en casa desde 1985, así como a Bolivia jamás la hemos derrotado en La Paz, en ambos casos por Eliminatorias.

Cabeza fría y fuerte

En síntesis, y con la esperanza de que Perú no termine de desmoronar sus argumentos futbolísticos en el segundo año de un proceso clasificatorio, como siempre ha ocurrido desde que se juega con el formato de todos contra todos, solo podrá continuar de pie en las Eliminatorias, y con posibilidades reales de seguir en carrera, si es que triunfa en sus tres partidos como local y rescata algún resultado positivo de La Paz; es decir, si consigue 10 o 12 puntos de los 15 que va a disputar en 2016. Ojo que este es probablemente el tramo del fixture de Eliminatorias más manejable que haya tenido la blanquirroja en un solo año en los últimos seis procesos clasificatorios al Mundial.

¿Cómo le irá a la selección peruana en 2016? (Foto: Raúl Chávarry / DeChalaca.com) 

De allí en más, con una Copa América Centenario en el medio, el escenario apunta a un clima de calma en la selección de Ricardo Gareca, en la que debe primar la cordura y el sentido común para enfrentarse a la gente nociva que siempre va a estar pululando por las alrededores de la Videna, de manera presencial, virtual o imaginaria, a la espera de que un argumento se preste a la incomprensión, a buscarle tres pies al gato o simplemente a suponer que algo "no huele bien".

La principal tarea del comando técnico de la selección en 2016, en resumidas cuentas, debe pasar por fortalecer al grupo y convencerlo de que la posibilidad de seguir remando contra la corriente siempre va a estar presente, y que solo con capacidad, carácter e inteligencia se pueden romper los parámetros negativos. Y lo más importante es que siempre existe la posibilidad de expandir el universo de jugadores convocables, más si se trata de hombres de proyección. A lo demás que se diga en cualquier momento del año, oídos sordos que no son sustancias aportables.

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Fotos: Raúl Chávarry / DeChalaca.com, Reuters, prensa Pescara Calcio, EFE, Reuters


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