Micronesia: Micro chocón
La selección de fútbol de Micronesia fue noticia tras recibir 114 goles en tres partidos de los Juegos del Pacífico. A continuación un informe sobre este particular seleccionado de Oceanía que pudo haber clasificado a los Juegos Olímpicos sin estar afiliado a alguna organización futbolística.
Los Estados Federados de Micronesia son un 607 grupo de islas reunidas bajo una nación insular en el Océano Pacífico. Estas 607 islas forman parte de 4 pequeños estados que conforman la nación: Yap, Chuuk, Pohnpei y Kosrae. El país no es muy conocido a nivel internacional, aunque ha recibido la atención de diversos medios por su participación en los Juegos del Pacífico.
En Micro y no en auto
Los Juegos del Pacífico 2015 han servido para que Micronesia se haga famosa en el mundo futbolístico, y no precisamente por el talento de sus jugadores. Este seleccionado en su versión Sub-23 recibió 114 goles en tres encuentros. Primero fue un 30-0 contra Tahití, posteriormente un 38-0 ante Fiji, y finalmente un 46-0 contra Vanuatu.
Las goleadas encajadas han hecho que Micronesia reciba el mote de ser el peor seleccionado del mundo. Sin estar afiliado a la FIFA o la NF Board, es poquísimo lo que puede progresar al no contar con competiciones oficiales para disputar más allá de los Juegos del Pacífico, en los que el portero Walter Pengelbew acabó extenuado tras cansarse de recoger el balón del fondo del arco.
Divide e igual no vencerás
Ahora, resulta bastante curioso que Micronesia como nación no esté afiliada a ningún ente futbolístico, pero que las islas de Yap y de Pohnpei sí lo estén. Tanto Yap como Pohnpei son miembros de la NF Board, organización que agrupa todos los seleccionados que no pueden formar parte de la FIFA por no ser países independientes o que no desean formar parte del ente rector del fútbol mundial a pesar de ser naciones soberanas, como es el caso de Mónaco.
A pesar de esta inscripción, ambas no han competido internacionalmente en algún torneo de la NF Board y su participación se ha limitado a un torneo interno llamado Juegos de Micronesia, en el que el seleccionado de Yap es animador.
Su federación recién se fundó en 1999 y pudo tener presencia en sus primeros años para luego prácticamente abandonarla. Como se mencionó líneas arriba, la falta de competencia ha hecho de esta selección la peor del mundo, con goleadas recibidas ante seleccionados que se encuentran entre los más débiles del Ranking FIFA. ¿Qué hacer para mejorar? La cuestión es simple y al mismo tiempo complicada. Su entrenador, el australiano Stanley Foster, no dudó en pedir ayuda a la FIFA para intentar una progresión en el fútbol de estas islas que no cuentan con torneo local y que se encuentran en el amateurismo más absoluto.
Foster, quizás inspirado en la progresión que ha tenido Australia, señaló que le interesaba que Micronesia se uniera a la AFC en lugar de a la OFC. Su pedido no ha encontrado eco, pero habría que señalar que el camino para una mejoría sería sumamente complicado, con goleadas recibidas por un número mayor de goles en contra, y esta vez probablemente oficiales como para batir el todavía vigente récord de 31-0 que Australia le propinó a Samoa Americana.
Amistosos y poco más
¿Cómo es que se formó este seleccionado de Micronesia? Las islas cuentan con una población aproximada de 103,000 habitantes, aunque ninguno de ellos juega fútbol a nivel profesional. Precisamente, este país tuvo muy complicada la conformación de su plantel para los Juegos del Pacífico y apenas pudo reunir a 18 jugadores que entrenaron en Guam.
Sin canchas donde poder realizar trabajos de manera constante, sin una liga que le de competencia a los jugadores, resulta complicado intentar avanzar. En los últimos años este seleccionado ha carecido de total actividad. La falta de afiliación a algún ente internacional no ha ayudado y sus encuentros se han limitado a los que disputó en la edición 2003 y 2015 de los Juegos del Pacífico, además de un amistoso disputado en 2002 ante un combinado amateur de Italia denominado Genova Lex.
Uno de sus jugadores más “destacados” fue sido Michael Fanafal, a quien definen como un artillero rápido y con potencia en los remates. Al menos esa potencia no se mostró en las goleadas que recibieron y han hecho que esta pequeña nación de Oceanía se convierta en el foco de atención, al menos, durante algunos días. Hoy se encuentra a Mark Jones y a Roger Nakasone, quienes juegan como delanteros.
El primer paso, al parecer, ya lo han dado al intentar contactar con la FIFA para recibir ayuda que les permita crecer en el mundo del fútbol. Esto como parte de un plan que nació en 2010 para que bajo el mando del británico Paul Watson empezaran a competir. El trabajo de Watson consistió en la búsqueda de jugadores y en la conformación de un seleccionado. Esto fue de la mano con el resurgimiento de la nueva Federación de Micronesia, aunque sin una afiliación a la OFC, por lo que no puede participar de ninguna competencia oficial a nivel de selecciones y a nivel de clubes.
El único ente al que Micronesia está afiliado es el Comité Olímpico Internacional, por lo que se pudo haber dado el paradójico caso de una clasificación a los Juegos Olímpicos sin la necesidad de formar parte de la FIFA. Como no lo consiguieron, sus jugadores siempre podrán olvidar las penas en alguna de las maravillosas y paradisiacas playas con las que cuentan, con el portero Pengelbew como principal abanderado tras haber recibido semejante cantidad de goles.
Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com
Fotos: OFC, AFP, Global Education, Wikipedia
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