Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.comSituaciones fuera de contexto marcaron el destino de los peruanos en la Copa Libertadores. La derrota de Cristal y el empate de Aurich deben tomarse con pinzas para no distorsionar el análisis por efectos del resultadismo.

El fútbol durante los 90' suele decidirse con detalles que pueden estar o no de acuerdo con lo que se merece. No obstante, el camino que acerca a los equipos a esas oportunidades es el de jugar bien. Si un equipo lo hace e incluso se encuentra con un rival débil, tendrá tantas ocasiones como River en el Monumental de Núñez y reducirá al máximo las opciones del contrario. Si sucede lo opuesto y juega pésimo, tendrá que rezar a los palos o esperar la mala puntería del rival y raspar alguna ocasión de gol para conseguir algo. Es decir, los detalles no pueden cegar la lectura del partido, ni la calificación de una individualidad. 

Héroes y villanos

Cristal supo competir con Racing, nada menos que el último campeón argentino, tanto en Argentina como en Lima. Cada uno supo superar al otro en distintos momentos de dos partidos y bajo la línea de juego que se les conoce a ambos. ¿Qué marco la diferencia en el resultado de la vuelta? El error de Cristal. El pase de Martínez hacia dentro a Revoredo con los delanteros encima de los centrales y el posterior error técnico del rubio zaguero, quien para mantener la posesión decidió dejar el balón a Penny. Entonces, el central de Cristal pasó de un partido aceptable a uno que querrá olvidar por la trascendencia del error que no debería ser la única acción para calificar su rendimiento. Luego, vino un error en salida de Cazulo que Racing culminó como otras acciones de gol claras que tuvo en las cuales no se apuntó de la misma manera ningún error de Cristal. El fútbol fue así de drástico con el equipo de Ahmed, que no jugó muy bien pero supo tutear a Racing de nuevo.


Pastillas para la moral

Aurich fue dominado en el Monumental de River, pero no recibió el castigo que merecía por su estructura frágil y la necedad de mantener un planteamiento sin razón con tres atacantes casi fijos, apenas dos volantes y cinco defensores sin conexión con el resto. ¿Cómo explicar el resultado? Apuntando a una sola jugada. En el rendimiento de Aurich no encontraremos argumentos. Quizá excusas en el esfuerzo por no dejar de pensar en empatar un partido, lo mínimo que se puede pedir a un equipo que solo pierde 1-0 y tiene una pelota parada al minuto 90. Se busca alivio en la trascendencia del resultado: "Se empató en Argentina ante River". Lo cierto es que Aurich fue pasado por encima con suma claridad y la suerte no es mérito de nadie.

Le falta lo que el otro tiene

Cristal merece más puntos que los que consiguió. Aurich no merece los puntos que ha conseguido. Son dos realidades distintas que deben acercarnos al juego y no al resultado, aun cuando el fútbol esté hecho de esto último y no de merecimientos. Y por eso, ante todo, deben invitar a mantener la cordura ante el impacto que generan los resultados. El fútbol no es blanco o negro: ni el valor de un futbolista o equipo cambia en una semana o con un partido. Cristal debe creer en su propuesta como lo hace; ha de corregir detalles y hacerla más eficiente. Aurich, en tanto, debe encontrar una propuesta que lo haga competir; ser realista con su nivel y crecer a partir de eso. 

Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com


Comentarios ( 0)add
Escribir comentario
quote
bold
italicize
underline
strike
url
image
quote
quote

busy