Federico Cúneo, Sporting Cristal, campeón 2014Federico Cúneo volvió a la presidencia de Cristal luego de dos décadas y celebró, en su primer año de gestión, su segundo título nacional. Pero además, vale aplaudirlo por haber tenido el coraje de arriesgar su posición por tomar el liderazgo del que carece el fútbol peruano.

La corta memoria del hincha promedio -estimulada por la información simple cada vez más alejada de la investigación- hace que haya pasado, en general, desapercibido para muchos que el título logrado por Sporting Cristal sea el segundo que Federico Augusto Cúneo de La Piedra (Lima, 5 de setiembre de 1952) celebra como presidente del club.

A mediados de 1990, Cúneo fue el líder del inicio del proceso más exitoso de la historia de Sporting Cristal y acaso del fútbol peruano. La contratación de Juan Carlos Oblitas para comenzar un trabajo de largo plazo basado en metodología moderna y con un horizonte alejado del resultado inmediato, circunstancia atípica para una época en la que mirar más allá del siguiente domingo era aún más impensado que ahora. Con Oblitas, Cristal hizo una transición notable: pasó de ser solo un equipo protagonista y una institución modelo a enraizarse, a partir del éxito deportivo, en una juventud que crecía en una Lima repleta de migrantes en la época de auge post terrorismo. La gestión de Cúneo no solo apostó por desarrollar ese proceso desde lo futbolístico, sino también desde lo corporativo: Cristal como marca se acercó al público joven, ganó hinchaje y así el cuadro cervecero comenzó a hacerse, a partir del título de 1991, del rótulo de tercer grande del fútbol peruano.

En 1994, Cúneo cedió la posta en Cristal a Francisco Lombardi, quien presidió el club en el legendario tricampeonato y el subtítulo de la Libertadores que constituyeron los puntos más altos de la historia celeste. Y así, se consumó la ejecución de un proceso, en todo el sentido del término, ejemplar para el fútbol peruano. Por eso, no sorprendió que este 2014, cuando Daniel Ahmed fue blanco de un arsenal de críticas por la falta de resultados en los primeros ocho meses del año, la directiva encabezada por Cúneo haya sido firme en sostener al técnico y la propuesta de juego que, más allá de todas las críticas al discurso del manual de estilo en sí, comenzó a desarrollarse en La Florida.

Federico Cúneo con el trofeo de campeón 2014: su segundo título como presidente cervecero. (Foto: José Salcedo / DeChalaca.com, enviado especial a Trujillo) 

Así, si Cristal este año ha acabado celebrando ha sido porque desde la directiva, sin aspavientos ni declaraciones polémicas, mantuvo un proceso que, quién sabe, pueda marcar con convicción el rumbo de una nueva forma de jugar al fútbol en el Perú. Con adeptos o detractores, pero legítima al fin y al cabo. Pero a la vez, el título ha coincidido con una semana en la que Federico Cúneo perdió una elección hacia la Federación Peruana de Fútbol que en un momento parecía estaba llamado a ganar. Con el sinsabor extra de haber sido superado de una forma que, desde lo ético, dejó que desear.

No obstante, ese trance no merece, para Cúneo, otra cosa que una nueva felicitación. Por haberse comprado el pleito de hacer algo por tomar un liderazgo ausente en el fútbol peruano y buscar devolverle la credibilidad de la que ha carecido en los últimos años. Algo que si no se está desde el lado del mundo empresarial es muy difícil de dimensionar: abandonar la comodidad que otorga ser director de varias de las principales empresas del país y poner en riesgo el prestigio y la reputación de una carrera profesional bien ganadas por luchar por algo tan venido a menos como el fútbol es, sin duda, un sacrificio encomiable. Dicho de otro modo, una cosa es ser dirigente de Cristal y otra, mucho más compleja y riesgosa, serlo de la FPF. Y él tomó ese riesgo.

Por eso, desde quienes creemos que el fútbol peruano puede mejorar y que para eso hay que hacer esfuerzos, bien vale reconocerle a Federico Cúneo el esfuerzo enorme por haberle dado el ejemplo a mucha gente de empresa apasionada por este deporte de que sí es posible apostar por él desde una esfera seria y profesional. Quizá el perfil bajo que él practica, que en los festejos de Cristal en Trujillo lo tenía lejos de los flashes y dejándoles a los jugadores el protagonismo ante las cámaras, hace que gestos como ese sean menos percibidos de lo que deberían. Pero merecen, sin duda, que se dedique espacio a destacarlos.

Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com

Foto: José Salcedo / DeChalaca.com, enviado especial a Trujillo


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