Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.comMunicipal volvió a Primera con un renacimiento institucional, que acompaña en la cancha con una propuesta de juego atractiva que tomó forma durante la Segunda.

Los méritos de Municipal a nivel institucional han sido reflejados en la tranquilidad a partir del orden y respeto hacia una idea de juego que tuvo en la cancha. Una propuesta que se consolidaría durante las semanas, termina siendo la base para el título del cuadro de Carlos Cortijo. ¿Qué mejor garantía para ganar que jugar bien?

La idea de juego

Deportivo Municipal durante 2014 fue un equipo que propuso los siguientes  principios de juego: intensidad en el juego posicional, amplitud en la posesión y agresividad en recuperación para así ser un equipo con transiciones veloces de defensa a ataque y más cómodo con una recuperación en la zona de elaboración del rival para romper líneas con movimientos muy bien elaborados de su tridente conformado por Olcese, Sawa y Vinces (Molina). 

Orden comunal

Luego de buenas experiencias en la Universidad San Pedro y el Octavio Espinoza, Carlos Cortijo se ganó un nombre en el fútbol peruano llevando al Municipal a la máxima categoría (Foto: prensa ADFP-SD)

La figura silenciosa del cuadro edil fue Armando Alfageme, encargado de romper líneas para ejercer una presión agotadora sobre los principales generadores de juego del rival. A su lado, Óscar Vega o Dante Gil se anclaban para no romper el orden colectivo, ni caer en inferioridad numérica. El orden pasaba por su zona central junto a los tres defensores que jugaron cerca de los medios para ejercer presión personal sobre los atacantes rivales o dejarlos caer en posición adelantada. 

Desequilibrio de franjas

El ataque de Municipal sobresalió por su dinámica y volumen iniciado por la amplitud que siempre tenía gracias a la labor atlética de Mauricio López y Pedro Gutiérrez, que aparecían por las bandas para ser opción de pase o abrir el campo para las triangulaciones que combinaban con Aldo Olcese y Masakatsu Sawa. Aunque la rotación constante incluso con Vinces o Molina era una herramienta que complicaba la fijación de sus defensas, Municipal llegaba con cinco hombres regularmente a los metros finales. Una suma de acciones que no serían posibles sin un trabajo detrás y características compatibles de los jugadores.

En conclusión, el equipo que logró componer Carlos Cortijo mostró conceptos que no suelen observarse en el medio y una idea que se sostuvo y desarrolló a partir del protagonismo que, por ende, es una ventaja ante el resto de equipos en Primera que suelen cambiar de técnico o proyectos futbolísticos año tras año. La clave para Municipal estará en reforzar las variantes del plantel alrededor de su estilo, y no para conseguir resultados al instante.

Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com
Foto: prensa ADFP-SD

 


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