Melgar - Áncash: Con ocopa sabe mejor
Son agridulces las sensaciones que el hincha arequipeño tiene con Melgar a estas alturas del campeonato. No es pan comido para nadie, pero tampoco asusta. Le gana de local a los más chicos, pero tiene problemas contra los grandes. Tiene en Zúñiga a una estrella indiscutible, pero este mira hacia atrás y no encuentra muchas respuestas. Por eso, transita ineludiblemente por la media tabla, y por eso el fanático dominó que sabe lo que es haber sido campeón y estado en la Copa Libertadores, no está conforme hace varias campañas. Pero todo eso puede comenzar a maquillarlo una sensación distinta de la de los años recientes: ganar con gente de la casa.
Si eres de la familia...
Es conocido el regionalismo arequipeño, y por eso los escasos 1,734 asistentes que, de acuerdo con la transmisión de Melodía en los Deportes, llegaron hoy al Monumental Virgen de Chapi de la UNSA, se fueron al final satisfechos por haber levantado con un equipo preeminentemente mistiano un partido difícil. Difícil porque si bien Melgar consiguió una ventaja relativamente rápida -centro de Aubert en un tiro libre, peinada de Yáñez, pieran oportuna de Ferrari-, no inquietó demasiado al arco de Schmidt en los primeros 45'. El esquema de Techera se había trastocado con la temprana lesión de la 'Macha' Zeballos, y el ingreso de Leoncio Guevara, de acuerdo con la narración, no aportó mucho en marca. Adelante, 'Ricky' Pérez solo tuvo una clara al filo del descanso, con un cabezazo que se fue por encima del travesaño tras pase de Zúñiga.
Defensivamente evolucionando
Se sabe ya a qué juega este Áncash de Ferrín, que si algún mérito tiene es ser muy consciente de sus limitaciones. Defiende a ultranza con lo que tiene y busca pelotazos para que Antonio Serrano, el único punta, haga lo que pueda en el frente de ataque. Aunque hoy, el técnico uruguayo acertó en colocar a un enlace entre la línea Maginot que tiene en el mediocampo y la delantera. Fue el juvenil Einer Vásquez, quien sacó chapa de figura al convertirse en el principal protagonista de la mayor parte de contragolpes ancashinos: peleó, corrió y con un zurdazo a la salida de Rodríguez se encargó de poner el transitorio empate, que metió miedo en Arequipa apenas volviendo de vestuarios.
Momentos de luz
A partir del empate, Vásquez comenzó a juntarse más con el 'Charapa' Serrano, que había pasado desapercibido. Y con el aporte de Hidalgo -ingresó por el siempre correlón Bustinza-, Áncash ganó también en servicios largos hacia el contragolpe. La armada local de Melgar, empujada desde el fondo por los ánimos del 'Sapito' Pereyra por irse al ataque, no dejaba de pelear, pero tenía un problema de peso: Marlon García, Aubert, Arismendi, hasta Carnero -¿qué sentido tenía tirarlo a él al campo dadas las circunstancias si se sabe que su fuerte es el contragolpe?- sucumbían en los choques con Vega, Vergara y Sotelo, que no son precisamente europeos de metro ochenta, pero al menos tienen más corpulencia para el uno a uno. En esas, Ferrín vio el empate cerca y se la jugó por defender: sacó a Serrano y puso a Laura para restituir la línea de cinco al medio. Y allí empezó a perder Áncash.
Secuencias ilógicas
En la jugada siguiente, Melgar sacó un córner que acabó en un doble cabezazo de Pereyra hacia Arismendi para que este batiera a Schmidt y colocar el segundo cuando peor estaba jugando el 'Dominó'. Áncash, herido, se lanzó a buscar un nuevo empate y hasta forzó que justamente Arismendi se fuera expulsado por una barrida sobre Vega. Ferrín creyó volver a ver la luz y tiró al campo a Yances para tener un delantero, pero otra vez en la jugada siguiente, el 'Patito' Seminario echó a Carlos Castillo por una patada voladora y las cosas quedaron diez a diez. Y dos minutos luego, llegaría el premio para el esfuerzo de Aubert al puntear hacia el arco un balón que rebotó tras un tiro libre disparado por Marlon García. Fue, pues, un triunfo hecho en casa, como en las mejores épocas de Melgar.