Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.comEl 24 de abril de 1990, ocurrió un hecho único: un club peruano recibió a un chileno por Libertadores y el árbitro fue de nuestro país. El Cristal-Colo Colo fue dirigido por Fernando Chappell, a quien hoy recordamos en Men in Black.

 

A las 3 y 45 de la tarde del 24 de abril de 1990, Fernando Chappell (Lima, 1958) estaba en el trabajo, cuando recibió una llamada de la Federación Peruana de Fútbol: se convocaba a los siete árbitros FIFA a una reunión de emergencia a las 6 de la tarde, en el estadio Nacional. Los jueces se llamaron unos a otros sin saber nada. A esa hora, les comunicaron que la terna colombiana, encabezada por Jorge Zuluaga, no había viajado a Lima por un error de comunicación de la CSF. El Cristal-Colo Colo, que se jugaba esa noche en el Nacional, no tenía árbitro. Hubo un sorteo para designar a la cuarteta arbitral; hubo otro para designar al árbitro principal. El azar jugó doblemente a favor de Chappell, que ese día no solo dirigió su primer partido internacional (había recibido la insignia FIFA en 1989), sino también se convirtió en el primer y único árbitro peruano que, en una competencia oficial, dirigió a un club de su país contra un rival extranjero.

Los minutos previos al choque entre Cristal y Colo Colo tuvieron a Fernando Chappell en diálogo con los jugadores de ambos equipos (Foto: cortesía Fernando Chappell)Chappell, por entonces, tenía 31 años y ninguna experiencia internacional. El presidente del club chileno estaba asustado, pero se le acercó para darle respaldo. El juez era un manojo de nervios, pero, con mayor eficacia que el agua de azahar, lo ayudó ser asistido por dos veteranos, como Carlos Montalván (juez asistente) y José ‘Paquirri’ Ramírez (cuarto oficial), a quienes consideraba sus maestros. El veedor de la CSF, además, fue el exárbitro César Orosco, ídolo de Chappell. Tan improvisado fue todo, que, como Colo Colo trajo su uniforme alternativo (color negro), los jueces tuvieron que vestir unos polos rojos de vestir, sin insignia. Las cosas, sin embargo, le fueron bien: Colo Colo ganó 1-2 en Lima y el diario chileno Minuto 90 calificó el desempeño de la cuarteta como “honestísimo”.

Vientos amigos y enemigos

Chappell había debutado como árbitro de Primera siete años antes, el 17 de mayo de 1983: fue en Chiclayo, en un triunfo de Deportivo Municipal por 0-1 sobre Juan Aurich con gol de Franco Enrique Navarro, partido que tuvo, como curiosidad, el enfrentamiento, como entrenadores, de un padre y un hijo (Juan Eduardo Hohberg dirigía a Muni y Pablo Hohberg al Ciclón).

Algunas veces le tocó dirigir a Sport Boys, como en 1989 cuando los rosados recibieron al Bella Esperanza en la Segunda División (Foto: cortesía Fernando Chappell)En 1989 recibió la insignia FIFA y, después de su debut internacional, su nombre se hizo conocido. En agosto de ese año, lanzó graves denuncias de corrupción que involucraban a árbitros y dirigentes; recordemos que eran las nefastas épocas de los Regionales de ‘Rimita’, que incluían a más de cuarenta clubes, haciendo que la fiscalización fuera imposible. Más de algún colega lo tomó como una insolencia y Chappell se ganó varias enemistades y no pocas canas, look que lo caracterizó en los noventa como el árbitro de pelo blanco. Dos veces, incluso, llegó a expulsar (y reemplazar) a un juez asistente. En el León 2 - Cristal 4, del Descentralizado 1992, sacó a Freddy Cruz y en el Torino 0 - Melgar 0, del Descentralizado 1995, a Víctor Suyón. Se trataba de líneas locales que, a criterio del árbitro, se estaban parcializando con el dueño de casa.

Banda rosada

A pesar de su rictus serio, Chappell tenía algunas cualidades pintorescas: antes de los partidos, más como sello propio que como cábala, pedía que la banda del estadio tocara el conocido Caballo Viejo, del venezolano Simón Díaz. Además, era hincha confeso e inevitable de Sport Boys: su tío abuelo, Raúl Chappell, fue uno de los olímpicos de Berlín; su padre y otrostíos también jugaron por el cuadro chalaco. En 1990, Chappell dirigió la final entre Universitario y Boys, que ganaron los cremas por 4-2. En una decisión polémica, le anuló un gol de tiro libre a Claudio Adao, quien había rematado antes de que el árbitro diera la orden. Al final, dos hinchas rosados quisieron agredirlo y Chappell pidió a la Coreja (hoy equivalente de la Conar) no dirigir más partidos de Boys, para no involucrar afectos con justicia. El pedido se cumplió casi siempre, con algunas excepciones, como cuando le tocó arbitrar la final del Regional I de 1991, en la que Cristal derrotó a los rosados por 1-0.

Ya con el look que lo caracterizó en su última etapa como árbitro, Fernando Chappell se apresta a dirigir un Alianza - Municipal de la temporada 1994 (Foto: cortesía Fernando Chappell)En su trayectoria, se cuenta también la final del Regional II de 1991, que Cristal le ganó por penales a Universitario (1-1 en los 90’) y que consagró campeones nacionales a los bajopontinos. Pitó siete clásicos del fútbol peruano (seis en Primera, uno en Libertadores), cuatro Universitario-Cristal y un Cristal-Alianza. A nivel internacional, fue designado en el Venezuela 2 - Ecuador 1 de las Eliminatorias a EEUU 1994, en el Atlético Nacional-Millonarios por los cuartos de final de la Libertadores de 1995 y en la final de la Copa Interamericana 1994, entre Universidad Católica de Chile y Saprissa de Costa Rica.

El pitazo final

El 16 de marzo de 1996, en el arranque del Descentralizado, Chappell dirigió su último partido: fue en el triunfo de Alianza Lima por 0-2 sobre Deportivo Pesquero en Chimbote, con goles de Marcelo Bujica y Waldir Sáenz. Pocos días después, sufrió una lesión que se infectó y derivó en septicemia: estuvo al borde de la muerte. Tras ocho de meses de para, tentó volver a las canchas, pero no encontró mayor eco en los dirigentes de la FPF ni en sus colegas. Decidió dejar el arbitraje: renunció por fax, simultáneamente, a la FPF, a la CSF y a la FIFA, y poco después partió a Estados Unidos, donde vive hace más de quince años. Colgó el silbato apenas a los 37 años, edad en la que un árbitro no es aún caballo viejo.

Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com
Fotos: cortesía Fernando Chappell

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