Foto: AFPBayern se demoró en encontrar el gol y, cuando lo hizo, Arsenal sorprendió con el 1-1 inmediato gracias a la ayuda del árbitro. Sin embargo, el empate no sirvió para quitarle al equipo alemán el pase a cuartos.

 

La previa dio a pensar que Arsenal haría un partido para el recuerdo. Arsene Wenger dejó entrever que su equipo estaba para grandes cosas, incluso para ganarle a un poderosísimo Bayern Munich, después de lo que venía demostrando las últimas semanas en la Premier. Nosotros le creímos, recordando esos 15’ iniciales en los que arrolló en Londres. Los más escépticos no veíamos a los ‘Gunners’ en cuartos pero si como un posible contendor que le pusiera lo picante al partido. La previa terminó y el partido arrancó con una imagen muy distinta a la que pintábamos en nuestras cabezas.

Bayern fue Bayern. Controlador, pasador, versátil en sus movimientos aparentando estar en cada rincón de la cancha y con más de once jugadores. Arsenal, en cambio, un equipo con miedo, limitado a esperar al rival y defenderse a la espera de un rinconcito por donde colarse al área rival. Podolski lo encontró una vez pero con un centro infructífero. Oxlade-Chamberlain lo intentó dos veces con salidas rápidas pero en ambas ocasiones tuvo que ser derribado para evitar el incendio. Un córner de Ozil que Giroud cabeceó a las manos de Neuer; la única llegada honesta de los ingleses. Pero que la imagen no se corrompa. Fueron, básicamente, una llegada y media y bastante mansas. Lo demás el típico tiqui-taca de Ribery, Robben y Gotze. Más de 65% de posesión del balón pero con poca profundidad. A los 27’ Javi Martínez conectó una pelota parada pero fue sorprendido en off-side. Dominio bávaro pero casi todo acabó en centros cortados por la defensa.
El empate de Lukas Podolski solo sirvió para maquillar la gran diferencia en la llave entre Bayern y Arsenal (Foto: AFP)
El segundo tiempo llegó con una fórmula que se veía venir. La obligación de meter dos goles llevó al Arsenal a presionar desde la salida al Bayern. Fue más de una vez que Neuer se vio obligado a sacarla un poco a la loca pero no podemos decir que hubo una llegada crítica. Pasaron nueve minutos para que se descubriera la fórmula. Una gambeta de Ribery dejó atrás a Alaba y encontró a Schweinsteiger pidiendo un pase solito, completado con un piquecito ante la salida de Fabianski. La noche le sonreía al equipo local que acusaba crecerse más con el gol. Sin embargo, tres minutos después Podolski se sacó a Lahm con una falta clarísima no cobrada y le reventó las redes al arco de Neuer casi sin ángulo; de esos goles que solo el ‘9’ sabe hacer.

A pesar del empate que le devolvía algo de vida a los ingleses, Bayern continuó el dominio aunque con una presión un poco más pesada. Tuvieron que correr algunos minutos para que el partido volviera a asentarse en ese vaivén por momentos somnoliento al que puede llegar el equipo de Guardiola cuando controla la pelota y la pasa de aquí para allá sin profundidad en el último décimo de la cancha. Al final un equipo se contentó con un marcador que lo tenía en cuartos y el otro se resignó a buscar un resultado casi utópico. Para darle un poco de vida sobre el final llegó un penal tonto en contra de Robben que Muller cobró con poca resolución y Fabianski salvó sobre la línea.

No tuvo dificultad para salir airoso pero tampoco encontró el método para poner en jaque a una defensa con muchos puntos flacos. Como quiera que fuere, Bayern se llevó un pasaje a cuartos que ya tenía reservado. Poco pudo hacer un Arsenal que ha mejorado muchísimo respecto a temporadas pasadas, pero que aún carece de un equipo líder en Europa. En resumen: los alemanes tuvieron todo –salvo un gol con ayuda- controlado y esperan seguir quemando etapas en el camino al bicampeonato.

Foto: AFP

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