La Resaca: Se acercan a la meta
Cuando responden los escondidos
Los dos equipos que pelean el título de la Serie Impar sacaron adelante partidos complicadísimos. Ambos consiguieron sus resultados basándose en el juego de equipo pero tuvieron a figuras que fueron determinantes para el triunfo. En Cristal a Diego Penny se le había criticado su poca capacidad de cambiar el rumbo de un partido. Tapaba lo que tenía que tapar y también no atajaba lo que en el papel era un gol. El último domingo en Moyobamba reescribió su historia con cada atajada que le negó el grito de gol a Unión Comercio. En minutos críticos del partido sacó disparos en el área que en otra circunstancia hubieran movido el marcador. Su espigada figura se agigantó en una espectacular jugada donde tuvo que responder tres veces ya que su defensa parecía solo querer magnificar su actuación. Y siguió respondiendo.
En la acera del frente, el ‘Chapú’ Ramúa parecía haberse ganado justamente su etiqueta de “buen suplente”. En el partido ante Cristal, la ausencia de Fabio Ramos, notoria en la previa, fue exaltada por el bajo rendimiento de Ramúa. Ante Melgar los papeles se invirtieron pues el paraguayo, figura y líder de Real Garcilaso, enalteció a Leao Butrón permitiéndole atajar su penal. El error del guía pareció despertar al menudo volante que decidió encargarse él del destino del partido. Amagó una, dos, tres y observó el hueco donde sabía que Butrón no llegaría. Zurdazo y a continuar con la caza del líder.
Buscando el sur, queriendo el norte
Alianza Lima entregó, una vez más, una pálida imagen un sábado en Matute. El rival era Sport Huancayo, pero la camiseta podría haber sido la de cualquier otro equipo que ha pasado este año por La Victoria sabiendo como desactivar los circuitos blanquiazules. La inoperancia blanquiazul es comunista: para todos es igual. El empate a uno quedó soslayado porque los íntimos quedaron prácticamente fuera de la pelea por el título: a seis de seis. Y la hinchada se molestó. Desde la tribuna bajo el cántico inclemente y desde las redes sociales apareció la crítica a la dirigencia por su poca ambición. El año deportivo sabe a muy poco para los íntimos que en los últimos dos años navegan en una media tabla insuficiente para la voracidad del Comando Sur. “Queremos dirigentes que quieran campeonar” fue el grito de guerra que retumbó por los alrededores de Matute.
Pues bien, la premisa del hincha y del jugador de un club grande siempre debe ser campeonar, de eso no hay dudas, pero donde muchos se equivocan es que ese objetivo se traslade a un dirigente que se encuentra manejando un club casi quebrado. La Administración Temporal de Alianza sigue limpiando el desastre que dejó un irresponsable anterior y con la casa tan sucia no puede salir a comerse el mundo. En tienda íntima sabían que este no era un año de título, pero asumir eso también significa decirle al hincha de a pie que quizá su equipo no sea el mejor este año. Y eso es complicadísimo. Sin embargo, tendrán que convivir con eso. Nadie les dijo que sería fácil.
Buscando visa para un sueño
Rolando Chilavert se emocionó al final del partido casi tanto como lo hacía su hermano cuando vencía a sus colegas. El cabezazo de Carlos Orejuela llevó al técnico de Inti Gas a un estado emocional superior debido a lo que significaba ese sufridísimo triunfo ante Universitario. Los gasíferos le sacaban cuatro puntos a sus tres perseguidores y a falta de seis fechas parece que de nuevo se harán acreedores de un boleto para la Sudamericana. En silencio, sin llamar mucho la atención, los ayacuchanos aprendieron a jugar de visitar para compensar sus nuevas dudas de local y todo indica que el próximo volverán a las lindes internacionales.
Más abajo, esperando cualquier rastro de sangre o debilidad, están Cienciano, Juan Aurich y León. Los de Roberto Mosquera podrían considerar suficiente mérito pasar del mismo infierno del descenso a la “otra mitad de la gloria”. Lograron derrotar a UTC en casa y su buen estado de forma podría hacerlos soñar. León y Cienciano, por otra parte, resolvieron su disputa en un empate que les sabe a derrota. A estar alturas, sumar punto a punto ya no es el objetivo. Cada meta implica ganar donde sea. A ver si alguno da la sorpresa y le quita el último boleto con destino internacional a Inti Gas.
Eutanasia prolongada
José Gálvez se presentó ante San Martín de visita quizá añorando ese momento del año donde en la misma circunstancia se fueron con un 2-5 a favor. Como en las últimas fechas, los galvistas de Julio Zamora necesitaban el triunfo para soñar con un futuro de Primera. Todo quedó en deseo. La San Martín de Julio César Uribe no tuvo que esforzarse mucho para endosarle un 3-0 que casi le demostró que hoy están por debajo del nivel requerido en el fútbol profesional. La franja chimbotana se presentó ya resignada a firmar el certificado de defunción. Los dolores de la agonía ya hacían ver la muerte como un dulce olvido. Hasta que apareció Vallejo.
Para prolongar la vida del moribundo, los trujillanos se encargaron de despachar sin problemas a Pacífico para que el cuadro rosado todavía no se sienta seguro pensando en 2014. Aunque los separan seis puntos de los seis que quedan en disputa, el fútbol ha visto milagros más elaborados y mientras quede vida, cualquier futbolista peleará por mantener su honor (y la categoría). Quedan dos fechas donde los chimbotanos deberán entregar todo lo que tienen para esperar la resurrección. La epopeya está servida, solo queda ver si el héroe despierta.
Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com
Fotos: Luis Chacón, José Luis Cabrera y Miguel Koo Vargas / DeChalaca.com, Emilio Ruiz,
escrito por Daniel , November 18, 2013
escrito por Ãngel , November 19, 2013