En la ruta imperial
Con un agónico y emotivo tanto de Wilder Medina, Independiente Santa Fe venció 1-0 a Gremio y se clasificó gracias a su tanto de visita en la ida. El equipo colombiano se convierte en el próximo rival de Real Garcilaso en los cuartos de final.
El capo: Gigante por donde se lo mire
El portero brasileño estuvo gigante y no por sus 196 centímetros: con atajadas de todos los colores, dejó con las ganas de asegurar el partido a los jugadores colombianos por casi 80’. Un único tanto a los 79’, obra a merced de la pasividad de sus defensores, no pudo hacer que tenga una actuación impecable. Sin embargo, lo demostrado a lo largo del partido, a pesar de sus 39 años, demuestra que el arquero, ex seleccionado brasileño, todavía está vigente.
La clave: Una única pared
La única pared que prosperó fue clave para la victoria del equipo colombiano: Wilder Medina se juntó con Omar Pérez, que tuvo un rendimiento bastante bajo a lo largo del encuentro. Luego de recibir el pase del ‘10’, el exdelantero de Deportes Tolima dejó en el camino a los centrales de Gremio, para definir con remate cruzado ante la salida de Dida: su tiro se coló al palo derecho del portero brasileño, poniendo el único tanto del encuentro.
La calamidad: Omar, omar…
El capitán de Independiente Santa Fe, aquel que debía ponerse el equipo al hombro, se vio bastante distante de su mejor nivel. Omar Pérez, el ‘10’ del equipo santafesino, estuvo bastante displicente al momento de buscar el arco rival. Si bien es el dueño de las pelotas paradas, ninguno de sus centros o remates causaron peligro.
El tapadón I: Viene con secuela
A los 41’, Jefferson Cuero practicó un fuerte remate colocado hacia el pórtico de Gremio. Dida, con suma experiencia, se lanzó hacia su parante izquierdo para despejar el balón con una rápida reacción, dejando al volante de Santa Fe con las manos en la cabeza luego de ver atajado su tiro.
El tapadón II: A la medida
Si la última atajada descrita fue bastante buena, la realizada por Dida a los 64’ fue espectacular. Un cabezazo bastante colocado por parte de Christian Martínez tenía dirección de gol. Los aficionados colombianos ya levantaban las manos en cámara lenta pero no contaron con la astucia del portero visitante: con otra rápida reacción, se estiró con sus 196 centímetros para despejar la redonda con la yema de los dedos. Ahí mismo, salió a achicar en la jugada posterior, pues el balón había quedado en área grande brasileña, utilizando su humanidad para mandarla al tiro de esquina.
El cambiazo: Uno conocido
Quien ingresó a los 77’ fue John Jairo Valencia, que el año pasado jugó en el Descentralizado defendiendo la camiseta chiclayana de Juan Aurich. El volante de primera línea ingresó para fomentar juego al mismo tiempo que recuperar balones. Si bien su actuación no fue descollante, realizó el trabajo encomendado por su técnico, Wilson Gutiérrez.
La cancha: Lleno total
El Nemesio Camacho de Bogotá lució abarrotado desde la previa del encuentro. Y es que los hinchas santafesinos confiaban en el accionar del equipo y los listados de rojo no decepcionaron. El Campín, pues, fue una fiesta desde el saque inicial, llegando a la cúspide del jolgorio a los 79’, tras el tanto de Wilder Medina.
Kazuki Ito: Duda inicial
Roberto Silvera, árbitro uruguayo encargado de impartir justicia en el encuentro de esta noche, solo tuvo una sola decisión bastante fácil de recriminar: no expulsar a Zé Roberto en el amanecer del partido. A los 16’, el exvolante de Hamburgo quiso despejar la redonda; sin embargo, dejó la pierna demasiado alta luego de patear la pelota, golpeando a la altura del pecho a Daniel Torres, contención del cuadro colombiano. Silvera, tan solo se inmutó en sacar una rápida tarjeta amarilla, pero con bastante facilidad pudo expulsarlo sin escuchar represalias.
Fotos: AFP
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