Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.comEn las primeras fechas del Descentralizado 2013 estamos viendo una reformulación del ampliamente conocido 4-cuadrado-2: se trata del 4-trapecio-2. Lamentablemente no se puede celebrar la creatividad debido a los discretos resultados que viene logrando.

 

Todos los que pasamos de 25 años y gustamos del fútbol desde siempre podemos identificar claramente el sistema 4-cuadrado-2 al recordar a la entrañable selección colombiana de los años noventa. Un sistema que los cafeteros empleaban con una rigurosidad envidiable con los cuatro del fondo en una perfecta línea que hacía recordar a los muñequitos del fulbito de mano; un cuadrado propiamente dicho en el medio, en el que los dos primeros se distanciaban poco entre sí y la pareja más adelantada se asociaba más por el medio que por las bandas; y, los dos de arriba se diferenciaban claramente entre sí como el media punta, que iba por los dos lados, y el punta de lanza responsable de culminar las jugadas. Un volante de contención era ancla neto, mientras que el otro se sumaba esporádicamente al ataque más con fuerza sapiente que con velocidad atolondrada; y, ya que los dos creativos iban más por dentro, las bandas eran cubiertas por los marcadores de punta que debían ser unos émbolos incansables.

Flavio Maestri anotándole a Chile en el Nacional, uno de los dos goles que consiguió en las Eliminatorias a Francia '98 (Recorte: diario Líbero)Esta figura se hizo muy evidente y funcional en el fútbol peruano con la selección que condujo Juan Carlos Oblitas. A saber, Percy Olivares y Nolberto Solano o Jorge Soto eran los boomerangs que iban por los carriles, Jayo era el recuperador neto y ‘Chino’ Pereda empujaba desde ese sector; el ‘Chorri’ Palacios se juntaba con Pablo Zegarra cerca de Julinho, que iba más adelante, para armar las jugadas que debía culminar Flavio Maestri. Decimos que debía culminar porque el ‘Tanque’, como la mayoría de los ‘9’ peruanos, tuvo poca fortuna de cara al arco, pero sí generó muchos espacios para que los de más atrás anotaran. No hubo suerte en cuanto a resultados, pero sí se identificó un estilo de juego que ponía a Perú más cerca de las sonrisas y festejos que de las lágrimas y los ataques biliares.

La evolución del sistema

El Cienciano de Freddy Ternero se mantuvo fiel a un sistema y alcanzó logros que nadie más pudo en el fútbol peruano (Recorte: revista El Gráfico Perú)No solo la selección jugaba de este modo. También los clubes se valieron de este método por varios años, casi toda la década pasada aunque con los pobres resultados que todos conocemos, hablando a nivel internacional, con la excepción dichosa de Cienciano diez años atrás. En nuestro país no se inventa pero sí se copia con éxito, de un tiempo a esta parte, un sistema que parece más apropiado para la idiosincrasia peruana: el 4-2-3-1. Con él, no se desnuda la defensa en pos de ir más al ataque, los laterales no se desgastan tanto y más bien cuentan el apoyo de los aleros tanto para defender como para atacar. Asimismo, se explota la figura del ‘10’, ese que va detrás del delantero, que no deja de correr como el clásico y que se encarga de cubrir ese sector algo olvidado por otros esquemas que desprecian el uso del ‘10’. El “perjudicado” es el punta quien va en solitario a chocar los defensores rivales; si bien es cierto que los de ahora deben aprender a trabajar de esa manera, ello los ayuda a desarrollar mayores habilidades en el campo (como aguantar la pelota hasta que lleguen los de atrás, cosa que no era necesario que dominen antiguamente), y siguen ubicados en la misma zona de siempre. Es decir, son lo mismo pero mejor.

Willian Chiroque, jugando por el costado, fue uno de los puntales del Perú que alcanzó el tercer puesto en la última Copa América (Foto: Reuters)A partir de la reciente Copa América de Argentina, se redescubrió un sistema añejo que le calzó perfecto a la selección de 1981, aquella que consiguió la clasificación al Mundial de España. Tim fue el primero, que se pueda recordar en aplicar el 4-V-1, disponiendo a un jugador haciendo de ancla, dos un poco más adelantados y no muy abiertos y otros dos varios metros más arriba y bien pegados a las bandas. Don Elba de Padua Lima usaba a Velásquez como vértice, Uribe y Cueto a pie cambiado lo acompañaban en la primera línea y Oblitas y ‘Patrulla’ Barbadillo por las bandas. En Argentina, en lugar de estos dos últimos iban Vargas y Chiroque, Guevara y Cruzado eran Uribe y Cueto (disculpando la blasfemia) y Balbín iba de Patrón Velásquez. De este modo se agrupa inteligentemente más elementos de marca y se apela a los contragolpes veloces.

Creatividad infructuosa

En 2009, el Sport Huancayo de Cristóbal Cubilla era capaz de conseguir goleadas como el 7-0 que le encajó a Bolognesi, del mismo modo en que perdía con facilidad ante rivales más exigentes (Foto: Diario Primicia de Huancayo)Se hace este preámbulo para señalar las distintas opciones tácticas que se emplean o se han empleado en el Perú. No por eso se olvidan otras alternativas como los tres defensores de Cristal del primer año del tricampeonato o el atractivísimo 4-1-4-1 que presentó el Sport Huancayo de los paraguayos hace pocas temporadas, pero no han sido sistemas que hayan proliferado en el medio. Más bien, en esta temporada, y quizás un poco en la anterior, se ha extendido el uso de una variante táctica del tan reconocido cuadrado en el medio por otra que vuelve el fútbol más vertical: el 4-TRAPECIO-2.

Este sistema, novedoso en nuestro medio, viene siendo empleado por varios equipos y consiste en lo que es eso justamente: un cuadrilátero en el mediocampo, formado por cuatro volantes pero que no forman cuatro “ángulos rectos” sino “dos agudos y dos obtusos”. A saber, dos hombres en primera línea dedicados casi de modo exclusivo a la recuperación y asistencia larga y dos volantes adelantados pero no en funciones creativas sino más bien como carrileros que suman en el ataque aportando velocidad y desborde. Es una figura de presión constante en campo rival pero que limita excesivamente la creatividad de sus ejecutantes. Aparenta ser un sistema moderno, pero en un fútbol “antiguo” como el peruano, viene cosechando más fracasos que buenos resultados. Aparentemente, nuestros futbolistas no se adaptan a este estilo de juego y debería encontrarse algún otro en el que no se le aleje de su idiosincrasia.

El ‘Chino’, el abanderado

Si hay un equipo emblema en el Descentralizado que ha desarrollado este sistema ese es la Universidad César Vallejo. De la mano de su técnico, el profesor Víctor Rivera, el cuadro trujillano viene intentando desde el inicio de la temporada imprimir mucha velocidad a su juego. Un objetivo que ciertamente se cumple, pero que divorcia a los jugadores de la creatividad y de la elaboración paciente que suele ser lo que mejor se le da a los jugadores de este país.

 

Pero para Víctor Rivera la patente del trapecio no es cosa reciente. Si lo utiliza es porque ese fue el esquema que le permitió alcanzar el bicampeonato con la Universidad San Martín entre 2007 y 2008. Y fue sobre todo en la segunda temporada, aquella del primer inolvidable triunfo sobre River en el Monumental, que graduó al esquema de eficiente a través de un jugador que hacía de manera inmejorable el traslado por la banda en segunda línea: el argentino José Luis Díaz. El ‘Pepe’ tenía de espejo por el lado derecho a Ronald Quinteros, y como baluartes de contención quedaban Edwin Pérez y John Hinostroza.

Ese 4-trapecio-2 subsistió en Santa Anita tras la partida de Víctor Rivera. Primero Gustavo Matosas y luego, sobre todo, Aníbal Ruiz sacaron provecho de él: el ‘Maño’ lo explotó a plenitud sin cambiarlo nunca para alzarse con la tercera corona santa en 2010, ya con Pablo Vitti en vez de su compatriota Díaz y Josepmir Ballón asentado en primera línea en vez de ‘Flemita’ Pérez.

 

Volviendo a la actualidad, desde que el ‘Chino’ Rivera emplea tan rigurosamente este sistema en la Vallejo, jugadores pulcros como Johan Sotil, Víctor Cedrón o Ronald Quinteros -a quien Rivera, justamente por su experiencia con el ‘Patito’ en San Martín, ha devuelto a segunda línea después de un par años jugando como volante de marca-, han visto cómo su inventiva se apaga para dar espacio a una oscura velocidad que no deja ver lo mejor de su juego. Acorralados en las bandas, estos hábiles encuentran que el sistema no los potencia sino que los desgasta e impide que luzcan. Otros perjudicados terminan siendo los delanteros como Roberto Jiménez, también de buen pie, pero que no reciben asistencias limpias porque justamente quienes deben servirle pases de gol, lo hacen apuradamente y sin precisión. Resultado: los ‘Malingas’ disminuyen su producción goleadora y acaban en el banco con más frecuencia de la que deberían.

Más que producir fútbol, Henry Colán se aboca a labores de marca en Inti Gas producto de estar casi aislado en un costado del campo (Foto: cortesía Ovación Digital)Para que el sistema funcione, los jugadores deben tener una precisión robótica a la hora del pase en velocidad. Pero estos talentosos sufren cuando les obligan a correr cuando prefieren pensar. No es un sistema obsoleto, pero debe emplearse cuando se tiene a los jugadores para ello.

Otros fans del trapecio

A Vallejo no le va mal en los resultados, pero sí en lo futbolístico. Si bien gana y se encuentra relativamente cerca de los líderes, es verdad que muchos puntos los ha ganado por cuestión del azar que también es parte de este juego. También es cierto que lo que más desilusiona a los hinchas el desenvolvimiento aburrido y previsible que resulta de aplicar el trapecio en el medio.

Johnnier Montaño no solo encuentra obstáculos en los rivales, sino también en el sistema que la San Martín emplea y que en cierta forma limita su capacidad (Foto: Luis Chacón / DeChalaca.com)Pero no solo a Vallejo le va de esta manera, son varios los clubes que se resisten a cambiar hacia el 4-2-3-1 ó el 4-3-2-1-. Inti Gas por ejemplo, no está logrando buenos resultados y se anula involuntariamente a Landauri y a Colán, muy por bandas no rinden sus mejores actuaciones y tienen al equipo entre los últimos lugares de la tabla. El colero absoluto, San Martín, juega también de este modo y resulta que su jugador desequilibrante, Jhonnier Montaño, no encuentra con quién asociarse y viene entregando su peor campaña personal desde que llegó al Perú.

Melgar, UTC, León son otros equipos que se valen de este sistema en el campo pero que no obtienen buenos resultados. De hecho todos ellos se encuentran en la segunda mitad de la tabla. ¿Coincidencia? Parece que no, más cuando se mira que en la tabla están aquellos que optan por tener cinco hombres en la media cancha y un solo punta.

La propuesta

UTC y Melgar han conseguido irregulares resultados en lo que va del torneo, ambos afectados por su planteo en el campo (Foto: Jorge Cabanillas)Salta a la vista: en la medida de lo posible, migren todos al 4-2-3-1 ó al 4-3-2-1. Uno y otro sistema dan espacio a la creatividad o a la sorpresa que son los elementos que más se extrañan cuando se aplica el trapecio al medio. De hecho ese es uno de los problemas más severos: al tener a los dos delanteros bien definidos y cerca del área rival, a los hombres de contención con las proyecciones casi prohibidas y a los “creativos” muy pegados a las bandas, la posibilidad de atacar por el medio está prácticamente desaparecida. Varios de los equipos mencionados líneas arriba no encuentran variantes ofensivas porque tienen como libreto prácticamente exclusivo el desborde y el centro. Muy poco para un paladar futbolero exigente como el peruano; muy poco en resultados como viene comprobando la mayoría de ellos.

También debe tomarse en cuenta que estos sistemas no solo facilitan el trabajo a los jugadores, sino que además es la forma en que juega la selección nacional. Si se está buscando una integración del fútbol, es correcto buscar que todos jueguen de un modo similar para conseguir especialistas en cada posición. Parece mucho pedirle a los clubes que jueguen todos igual, pero a la luz de los hechos es probable que obtengan mejores resultados con estos esquemas o por lo menos estarán más cerca de brindar buenos espectáculos. Por supuesto que alguno puede romper el molde y ejecutar el trapecio este, pero hasta contar con jugadores que puedan aplicarlo eficientemente, será mejor reservarlo para mejores ocasiones.

Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com
Fotos: Luis Chacón / DeChalaca.com, Reuters, Diario Primicia de Huancayo, Jorge Cabanillas, cortesía Ovación Digital; Recortes: diario Líbero, revista El Gráfico Perú

Comentarios ( 2)add
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escrito por Johan Paredes , April 16, 2013
Muy buen informe, aquí el debate: Si el Técnico aplica un sistema según las características de los jugadores que cuenta o los jugadores se tienen que adaptar al sistema que impone el técnico.
...
escrito por werun , April 17, 2013
El técnico esta debajo de los dirigentes, los jugadores tienen que obedecerle.
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