Unidad alternativa
“Nunca le había empatado Perú a Uruguay en el Centenario. Todas habían sido pérdidas”, hinchaba el pecho ‘Pocho’ Rospigliosi en las primeras líneas de la edición de Ovación de noviembre de 1976. Perú era el vigente campeón de la Copa América, pero en los amistosos no podía contar con sus grandes estrellas internaciones (Cubillas, Sotil, Chumpitaz, Oblitas y un largo etcétera): Alejandro Heredia había tomado interinamente el mando hasta que Marcos Calderón retomara la conducción para las Eliminatorias. El 24 de noviembre de 1976, lo que parecía ser un simple ensayo con suplentes fue algo mucho más importante: fue la primera vez que Perú no salió derrotado por Uruguay en el Centenario.
Los charrúas eran dirigidos por Juan Eduardo Hohberg, quien ya había dirigido a Uruguay en México 1970 (lo llevó a semifinales) y también ya era conocido en el fútbol peruano (había dirigido a Boys en 1972 y sacado campeón a Universitario en 1974). Perú alineó esa noche con Humberto Horacio Ballesteros en el arco: el argentino nacionalizado, ya culminada la dictadura velasquista, pudo por fin atajar por el seleccionado, pero ya no se encontraba en el gran nivel del primer lustro setentero, por lo que no disputó la Eliminatoria. La defensa la integraron Moisés Palacios, Julio Meléndez, Rubén Toribio Díaz y Antonio Trigueros. La volante tuvo tres volantes de marca: Alfredo Quesada, José Velásquez y Raúl Gorriti. Sin mayores nexos creativos, la delantera la conformaron Henry Perales, Guillermo La Rosa y Roberto ‘Crítico’ Zevallos.
La cancha del Centenario estuvo en pésimas condiciones, a causa de las lluvias. Perú optó por un sistema conservador, pero fue el que tuvo la primera ocasión de gol: un tiro libre de Velásquez fue desviado por el arquero Rodolfo ‘Pantera’ Rodríguez a los tres minutos.
Luego, el planteamiento fue netamente defensivo: Gorriti se comió la cancha en la línea de tres de contención; los laterales, Palacios y Trigueros, no se proyectaron. Uruguay asumió la iniciativa con una temible dupla de ataque que, sin embargo, esa noche anduvo errática: Valdemar Victorino y Fernando Morena.
Sobre el final del primer tiempo, Henry Perales, en un contragolpe, se encontró solo frente al arquero Rodríguez: la bajó bien, enfiló, pero su remate rebotó en el pecho de la ‘Pantera’. En el complemento, Ballesteros se lució en muchas intervenciones y llegó un polémico gol anulado a Morena: polémico, porque el juez de línea lo había validado, pero el árbitro local Roque Cerullo lo corrigió; según todas las publicaciones, el gol sí fue inválido.
Así, sin las grandes figuras de los setenta, sin el entrenador principal, Perú sacó el primer empate de su historia en el Centenario; aquel fue el preámbulo de otros resultados positivos en Montevideo, que tuvieron como mayor emblema el gran triunfo de 1981.
Este domingo 10 de junio, con muchas de nuestras estrellas apagadas por las lesiones, son las alternativas quienes deben prender una luz. Como lo hicieron aquellos hombres de 1976.
Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com
Recortes: revista Ovación
escrito por mencho , June 08, 2012