Vélez Sarsfield 1994: Y ya lo 'V'… Y ya lo 'V'…
“Estoy orgulloso de pertenecer a un grupo de hombres como este. Somos merecidos campeones del mundo”
- José Luis Chilavert
Ser de Vélez Sarsfield tiene un sabor diferente. No te mueres por ser la mayoría, pero matas por el orgullo de una “V” en el pecho. No acaparas portadas, bien o mal, pero eres capaz de taparle la Boca a muchos en el River de la Plata. Porque tus ídolos no son leyendas que nunca viste o conductores de televisión. Y si te hablan de historia… a ver si no la tienes.
Dicen que Vélez fue el equipo argentino de moda en los '90 y que con ello acaparó la mayor parte de los hinchas con los que cuenta actualmente. Demasiado superficial. Desde el 13 de febrero de 1994, en que Liniers hervía cuando un empate ante Boca Juniors presagiaba un mal inicio de Libertadores, hasta el último día de agosto, cuando te bañaste de gloria y diste la vuelta en el Morumbí, ¿acaso no sobraban los motivos para enamorarte de más que de dos colores y un arquero caudillo? La pasión y la fiesta en Amalfitani no conocían la envidia.
Bianchi e Azzurri
1993: Vélez la pasaba mal. A los malos resultados se sumaba la pésima interna del plantel. Tras años de tener jugadores importantes como Ubaldo Fillol, el ‘Gallego’ González, Oscar Ruggeri, Diego Simeone o el propio Ricardo Gareca, el ‘Fortín’ no lograba título alguno. Además, habían fracasado en su incursión por el equipo técnicos como Héctor Veira y Alfio Basile. Eduardo Luján Manera era el DT y el club la sufría.
En ese contexto, llegó desde Francia -país en donde su estela de goleador lo convirtió en DT del Niza y el Paris-Saint Germain- Carlos Bianchi para asumir el proyecto de un Vélez que aguardaba la gloria. Con perfil bajo y mensaje sencillo, el ‘Virrey’ no tuvo reparos en tomar medidas duras: separó del plantel a Alejandro Mancuso y Ricardo Gareca, dos referentes del equipo, y apostó por -filosofía eterna de Bianchi- chicos, ilustremente desconocidos, como Cristian Bassedas, Marcelo Gómez, José Oscar Flores, Héctor Almandoz, Mauricio Pellegrino y Roberto Pompei. Ese Apertura del ’93 que terminó en marzo del ’94, Vélez acabó segundo, apenas a un punto del campeón River Plate. Ya se notaba temprano la mano de Bianchi.
‘Virrey’ de América
Llegaba la Libertadores de 1994 y el ‘Fortín’ acomparía a Boca por haber ganado los cupos del torneo local 1992-1993. El reto era complicado porque debería enfrentar a los brasileños Palmeiras y Cruzeiro. De local, el cuadro del ‘Virrey’ se hizo fuerte y apenas cedió un emapte (1-1) ante Boca. Y de visita, dio sendos golpes al empatar con Cruzeiro en Belo Horizonte y vencer a Boca en ‘La Bombonera’. Cerraría su la primera fase con un derrota ante el local Palmeiras por 4-1. Pero no importaba: Vélez ya estaba en octavos, y encima como puntero del Grupo 2.
Ya en la siguiente fase, la cuestión se complicaría al toparse con el uruguayo Defensor Sporting. Si el empate conseguido en Montevideo, con goles para los violetas de Julio De Souza y de Héctor Almandoz para los velezanos, le pintaba sencilla la vuelta al cuadro argentino, el partido de vuelta terminaría diciendo lo contrario. En Amalfitani, con un partido cerrado y trabado como solo los uruguayos pueden hacer, el empate 0-0 mandó a ambos a la tanda de penales. Allí la figura enorme de José Luis Chilavert, quien atajó los remates de Almada y Dos Santos, les devolvió el alma a los hinchas del 'Fortín', que había errado mediante Esteban ‘Gallego’ González. Desde aquel partido, el nombre del arquero paraguayo empezaría a tener ribetes de heroísmo.
En cuartos, Vélez se daría prácticamente un descanso al superar con comodidad al Minerven, cuadro venezolano que sorpresivamente había llegado a esta instancia tras superar a EMELEC de Ecuador por penales. En Puerto Ordaz fue empate velezano; y a la vuelta, victoria sencilla con goles de Flores y el ‘Turco’ Omar Asad. Apenas un esfuerzo que hacía presagiar algo: la otra ronda aguardaba mucho trabajo y más tantos.
Mo'Chila' Pesada
Porque ante el Junior de Barranquilla, en semifinales, se sufrió mucho. El gol del ‘Turu’ Flores no había servido para evitar la derrota en tierras colombianas. Pero sí más bien el que anotó en el de vuelta para darle el triunfo a la “V”. El 2-1 a favor de los locales en ambos partidos obligaría a una nueva serie desde los doce pasos en cancha de Vélez. En ella, el ‘Turu’ pasó a ser el villano cuando su remate fue atajado por el arquero colombiano José María Pazo. Sin embargo, dos nuevas tapadas del ‘Chila’, esta vez a Méndez y a Ronald Valderrama -hermano de Carlos-, gestaron una nueva hazaña en Liniers sobre el equipo barranquillero que contaba con el propio ‘Pibe’, con Iván René Valenciano y un conocido por estos lares: Oswaldo Mackenzie.
La primera final se jugó el 24 de agosto. Vélez vivía su fiesta aparte. De aquel día las palabras sobran: solo basta decir que el derechazo de Asad logró la explosión de júbilo en todo Liniers. Sao Paulo no era un equipo cualquiera: tenía entre sus figuras a Muller, Euller, Cafú, el golero Zetti y -el mundo y el fútbol son un pañuelo- Palhinha, aquel que años luego decepcionaría en Cristal y, tras ser figura, decepcionaría a los hinchas de Alianza al abandonar el equipo.
El gol de Muller a los 35’ del encuentro del 31 de agosto obligaría a una moneda corriente en las campañas de Bianchi: definición por penales. Roberto Trotta, el capitán y estandarte de la defensa, marcaría el camino del triunfo: después de su primer penal convertido nadie más fallaría. Solo quedaba el destino en las manos del paraguayo Chilavert, y esta vez se lo atajaría a Palhinha para no solo alcanzar un pasaje a la siguiente ronda, sino un pasaje a la gloria: ganar la Libertadores y evitar el "tri" del Sao Paulo (ver video 1). ¿Poca cosa?
De Liniers con amor
Baresi, Maldini, Boban, Albertini, Desailly, Donadoni, Savicevic: los nombres del rival, Milan. “El barrio contra el Imperio”, titulaban por entonces los diarios. Y Vélez demostró que estaba a la altura, con coraje, concetración y, sobre todo, orden.
El partido contra el campeón de Europa se jugó el 1 de diciembre de 1994 y saltó el siguiente once, intacto hasta el final del encuentro, al césped del Nacional de Tokio: José Luis Chilavert; Héctor Almandoz (¡el mismo que terminó jugando en Melgar de Arequipa en 2002!), Roberto Trotta, Víctor Hugo Sotomayor, Raúl Cardozo; el ex DT de la ‘U’, Cienciano y Gálvez, José Horacio Basualdo, Marcelo Gómez, el ‘Tito’ Roberto Pompei, Cristian Bassedas; Omar el ‘Turco’ Asad y el ‘Turu’ José Óscar Flores.
Al frente estaba probablemente el mejor equipo del mundo. AC Milan venía de golear 4-0 al Barcelona en la final de la Copa de Campeones. Sin embargo, en el vestuario velezano para Bianchi era casi un encuentro más. En ese momento aparecería la experiencia del ‘Virrey’ para "enfriar" la cabeza de sus dirigidos. Omar Asad y el ‘Turu’ Flores eran sus mayores cartas de gol y poco antes del encuentro, Bianchi le dio una clara indicación al ‘Turco’: “Cuando tengas en frente a Baresi, ponele la cola y tiralo a la mierda...”. En la calistenia previa al encuentro, Marcelo Gómez sufrió una repentina lesión al tobillo; infiltración y a la cancha. Este Vélez tenía hambre de gloria.
Cincuenta y seis minutos del partido. El pelotazo de un Chilavert -de amarillo ese día- para Basualdo, el centro del ‘Pepe’ al área y el agarrón de Costacurta al ‘Turu’ Flores para despejar de chalaca. ¡Penal! Cobrado por el colombiano José Joaquín Torres. La responsabilidad para Trotta. El derechazo bajo y al medio mal ejecutado del gran capitán tuvo la fortuna de no ser desviado por la pierna del golero italiano Rossi. Gol de Vélez.
Solo ocho minutos después, la furia de Asad tendría su recompensa: un nuevo error de Costacurta, esta vez en un pase al arquero Rossi, fue aprovechado por el designado mejor jugador de esa Intercontinental para robar el balón, descontar al arquero milanista y dar una vuelta en su propio eje para poner el segundo. Golazo del ‘Turco’, que lo celebró con el rostro de niño envuelto en la alegría.
No habría nada que pudiera detener el triunfo del 'Fortín', ni los remates de Massaro que salvaría enorme Chilavert. Así, con esa marca registrada de los equipos de Bianchi, con esa estirpe de los cuadros que comanda desde el arco el 'Chila', con esa característica de un capitán como Roberto Trotta, con ese plus de dos delanteros mortales como el ‘Turu’ y Asad, Vélez vivió su momento de gloria ese 1994 (ver video 2). Porque más allá de las individualidades, la figura siempre fue el equipo.
Fotos: velezsarfield.net, minutonoventas.blogspot.com
Videos: YouTube / Usuario: PastillasDelAbuelo
escrito por Ratatouille , December 13, 2008
escrito por kevg , February 02, 2009