Alianza Lima - Jaguares: No manches, güey
La frecuencia: Fox Sports
Pablo Bari, en los relatos, fue acompañado por Javier Tabares en los comentarios. Ambos fueron asistidos por Bruno Ginocchio, quién se encontraba en Matute para contarle a los periodistas argentinos lo que ocurría en Lima. Lo común dentro de estas transmisiones son los yerros de los gauchos por no informarse y conocer bien el entorno de los equipos que se encuentran involucrados. Sin embargo, en esta ocasión, parece que ambos se supieron empapar de información y conversaban con el ‘Muñeco’ Ginocchio sobre temas que rodean al fútbol peruano. Acertadas las intervenciones de los dos encargados del encuentro que supieron llevar el partido de forma correcta. De igual manera, Bruno los corrigió en contados momentos, como cuando Bari se olvidó de mencionar la campaña del ’72 de Universitario en la Libertadores. También vale destacar la lectura del partido por parte de Tabares, que se mantuvo dentro de lo visto en el campo de juego. En resumen, la transmisión fue una sorpresa agradable en el encuentro.
La pizarra: Misma ecuación, resultado distinto
Gustavo Costas decidió echar mano a la misma fórmula que tantas alegrías le brindó a la gente blanquiazul en la edición pasada de la Copa. Sin embargo -¡oh, sorpresa!- el rendimiento en la cancha fue diametralmente distinto. Como se dijo en la previa, el hecho de jugar con dos puntas netos podía ser un factor que le juegue en contra a los íntimos y ese, quizá, sea una de las principales razones de la derrota blanquiazul. Demasiado estáticos en ataque, los íntimos jamás se acordaron de las conexiones que les funcionaron tan bien el año pasado y el ataque aliancista fluctuaba entre lo insípido y lo inexistente. La línea de cuatro del fondo -supuestamente superior en nombres que la de 2010- no dio la talla y le complicó la tarea a González y Quinteros, que no pudieron hacer mucho para ayudar a Alexander Sánchez y Tragodara en la elaboración. Lo único rescatable fue la capacidad milimétrica del ‘Pato’ para los pases largos. La salida de Ovelar -por lesión- le quitó a Alianza lo poco que tenía de atrevimiento y comenzó a hundirlo. Jaguares, por otro lado, supo sacarle máximo provecho al papel que tenía predeterminado. Un 5-3-1-1 que se encargó de esperar a Alianza, anularle las posibilidades por las bandas -factor vital- y hacer daño con la explosividad de sus atacantes. Con los hombres peligrosos del conjunto íntimo bien tapados, los visitantes pudieron preocuparse de echarse a jugar fútbol y entre Manso, Rodríguez y Pedrazo se encargaron de desnudar todas las falencias de la zaga blanquiazul. Su solidez en el fondo fue importantísima para la victoria.
Los cambiazos: ¿Y por qué no estuvieron antes?
Los cambios ocurridos en el conjunto aliancista son materia de análisis también. La primera polémica surge con el caso de Ovelar. El paraguayo salió lesionado -no se informó en la transmisión- y no se trató de una decisión táctica de Gustavo Costas. Si se tratara de eso, sería totalmente criticable la decisión del argentino ya que Cristofer Soto, que ocupó el lugar de Ovelar, se olvidó de todos los goles que marcó el año pasado y se hizo pequeño ante los defensas mexicanos. No se puede decir lo mismo de Junior Viza y Leonardo Castro. Los dos fueron de los pocos que se atrevieron a encarar y a hacer algo más que el repetido pase al costado. Por unos cuantos minutos supieron darle oxígeno a un equipo que ya se encontraba con paro respiratorio. En Jaguares, el ingreso más importante fue, definitivamente, el de Antonio Pedroza. El juvenil reemplazó a un lesionado Jackson Martínez, no se amilanó ante nadie y se dio maña para abrir el marcador en Matute. De los otros dos cambios, lo único mencionable es la horrorosa manera como Martín Cabrera se perdió el que era el tercer gol de los visitantes. De Alan Zamora, en los 10’ que jugó, se supo poco o nada.
El capo: Jorge Rodríguez
El uruguayo fue un constante dolor de cabeza para Paolo De La Haza. El ‘Japo’ no se cansó de pasar por la banda derecha y crear pánico en todo el estadio blanquiazul. No solo se erigió como El Capo por sus labores ofensivas, sino que también participó de manera activa en la retaguardia para despejar cualquier espejismo de ataque de Alianza. Además -para poner la cereza- fue el jugador más determinante del conjunto visitante. El primer gol nació, creció y se reprodujo en sus pies y en los de Manso para terminar en Pedroza y fue el encargado de transformar en gol el ridículo penal de Ramos.
El extraviado: Hernán Peirone
Ya lo habían señalado algunos hinchas como un refuerzo de poca categoría para el club íntimo. A pesar que es muy poco un partido para poder juzgar enteramente a un jugador, no se puede negar que el ‘Látigo’ dejó una impresión bastante desagradable en su estreno oficial con Alianza. Probablemente no corrió más de 20 metros ya que se quedó estático en su zona y sin mostrarse como una opción de gol. Cuando le pelota le llegó se dedicó a desesperar a la tribuna y a chocar rivales y tuvo la más clara del primer tiempo antes de los goles y la desperdició casi insultantemente. Un goleador no cabecea de esa manera.
Jailaits
Látigo que no suena: Se podía decir que Alianza tenía el control de la pelota y que se acercaba con insistencia al arco de Jaguares. La salida de Ovelar le chocó un poco al equipo, pero la primera pelota que tocó Soto fue la única positiva que tuvo. Se la jugó a Tragodara que llegó apurado, pero consiguió sacar un preciso centro para Peirone. El argentino se elevó solo frente al guardameta y -por apurado, ansioso o incapaz- movió la cabeza varios segundos antes que el balón llegara. ¿El resultado? Ua cabezazo de casi 90 grados contra el piso. Impresionante.
Jaguar you: La carta de presentación de Jaguares fue la explosividad de Manso y Rodríguez. Se juntaron para atontar a la zaga aliancista y el uruguayo cedió tranquilo a Pedroza que definió con el arco desguarnecido en 42’. Cinco minutos después, Rodríguez convirtió un penal que Ramos generó por no saber esperar en la marca. Lo dejaron pagando al zaguero y no se le ocurrió mejor idea que poner la mano para evitar el avance. Doblemente impresionante.
Alma felina: Lo que no deja de sorprender es que un equipo que venía -casi enteramente- de jugar el fin de semana por la liga de su país, termine con más resto físico que otro que ha venido preparándose semanas pensando exclusivamente en este partido. Los felinos tuvieron dos claritas sobre el final para alargar la ventaja. Una sensacional jugada de Rojas que Cabrera definió horrorosamente y un mano a mano que Libman le ganó a Manso. Si el resultado terminaba con un tres, era enteramente justo.
Fotos: Wagner Quiroz / DeChalaca.com, Reuters
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mucho hablan y poco juegan eh ..
Parece que al final los aliancistas se tragaron el cuento de regresar 'invictos' de la Argentina, sin contar que jugaron con 3 equipos de la décima división. Se creyeron, pues, un súper-equipo
Dejaron ir a Joel Sanchez, el motor de Alianza Lima, parece que Alianza esta jugando un amistoso