Tuvieron que pasar 48 años para que Atlético Madrid volviera a darse un baño de gloria y se codee con un trofeo en Europa. No fue la Champions League, acaso la presea más deseada en su extenso historial, sino la novel Europa League, torneo al que ingresó sobre la marcha y, tras quemar un sinnúmero de etapas, la conquistó en un abrir y cerrar de ojos, de la misma manera en que mordió el polvo de la derrota durante su rico historial en los setenta, y cuando se fue a la Segunda de manera inexplicable a fines de los noventa.

Hoy, en suelo madrilista, la mitad de la población vitorea por el éxito reciente en suelo teutón, el mismo lugar donde obtuvo su primera gran consagración. Por ello, es momento de rendirle -a modo de semblanza- un tributo a una institución que en sus buenas épocas lidió con lo mejoricto del Viejo Continente, pero que también supo convivir con el infortunio dirigencial. Igual, en tienda colchonera, lo único que importa en este momento es festejar.

La cultura del casi

El equipo colchonero tuvo su mejor época en los años sesenta y setenta, en España y toda Europa. No obstante, inclusive en esas décadas, tuvo que sufrir sobremanera para ganarse un nombre en la órbita internacional. En 1961 ganó la Copa del Rey, otrora Copa Generalísimo, que le valió para disputar la Recopa de Europa 1961-62. En esa temporada llegó a disputar la final ante Fiorentina, dirigida por Nándor Hidegkuti (finalista de Suiza 1954 con Hungría). El encuentro realizado en Glasgow se tuvo que ir al desempate -casi cuatro meses después-. Finalmente, los colchoneros ganaron el encuentro holgadamente y consiguieron su primer título internacional en su historia. Después de aquella gesta (si bien llegaron a la final de la Recopa 1963-64), no pasaron de ser animadores en la década.

Los setenta fueron los años más memorables del sufrido cuadro madrileño. Empezando la década consiguió un par de ligas y una Copa del Rey, como preámbulo de la mejor campaña del ‘Atleti’ en Europa. En 1974, llegaba invicto a la gran final de la Copa de Europa y se topó con Bayern Munich, cuadro que tres años después logró el tricampeonato europeo. En Bruselas, los dirigidos por el argentino Juan Carlos Lorenzo -entre los que destacaban Luis Aragonés y Miguel Reina (padre de Pepe Reina), entre otros- ganaban el partido a falta de 6’ para que se diera por concluida la brega. Sin embargo, en el último minuto, Schwarzenbeck le quitó ‘La Orejona’ de las manos al colchonero. Jugaron el partido de desempate dos días después y los alemanes se llevaron el trofeo cómodamente con cuatro goles de diferencia. Así, el hincha del ‘Atleti’ se acostumbraba a sufrir. Una nueva final europea llegó en la temporada 1985-86 contra Dínamo de Kiev; como para no perder el hilo, volvieron a perder, esta vez por un rotundo 3-0. Fue, pues, la última gran aparición en Europa de los madrileños.

A la deriva por Gil

En 1987 se iniciaría uno de los periodos más turbios en la institución colchonera. Jesús Gil y Gil, empresario y político español, ganó las elecciones con ayuda de Paolo Futre, la vedette de la campaña. El Atlético, al finalizar aquella década, era el tercer equipo de España; además, le pisaba los talones al segundo, Barcelona. Durante esta era, salvo un lunar en la temporada 1995-1996 cuando conquistó la Liga y la Copa del Rey de la mano del serbio Radomir Antic, fue en decadencia. Así, llegó a tocar fondo cuando en la antepenúltima jornada de la temporada 1999-2000, tras empatar con Real Oviedo, descendió de la máxima división española después de 66 años.

Gil y Gil: la imagen por sí sola describe lo nefasto que fue su periodo (Foto: 20minutos.es)Más allá de lo futbolístico, en esa nefasta campaña pesaron los sinfines de problemas que tuvo el cuadro colchonero en el aspecto institucional, ya que el 22 de diciembre de 1999, el juez Manuel García Castellón apartó a Jesús Gil y Gil de la presidencia del club por presuntas irregularidades en la transformación a Sociedad Anónima del Atlético, que serían comprobadas y sentenciadas, por las que el díscolo mandamás fue encarcelado hasta en tres ocasiones. Además de estos problemas, Gil era un presidente excesivamente apasionado, muy desequilibrado para declarar y decidir; esto se terminaba contagiando, como una enfermedad, a todo el club.

Del retorno hasta la gloria

Antonio López en la Plaza Neptuno, compartiendo los festejos por el título de la Europa League con la estatua del dios del mar (Foto: Reuters)El ‘Atleti’ volvió a la Primera División en 2002. Ya con Gil fuera de la presidencia- aunque la familia siguió controlando al club -, Enrique Cerezo (productor cinematográfico) fue designado como el mandamás del elenco colchonero. El equipo volvió sin muchas luces y, después de años paupérrimos en cuanto a lo futbolístico, contrató al ‘Kun’ Sergio Agüero en 2006, uno de los mayores logros del mandato de Cerezo. Además, con la venta de Fernando Torres, se pudo trabajar con más tranquilidad económica y formar un proyecto llevando a jugadores no tan despampanantes pero efectivos en el mercado mundial. En ese lapso llegaron Forlán, Assuncao, Simao, Reyes y Ujfalusi.

Con el título de la Euroliga en las manos, la calma parece emprender su marcha en el acaudalado ambiente que se vive en tienda madridista desde hace un buen tiempo, y le da espalda para buscar objetivos mayores. Entre ellos, volver a luchar palmo a palmo la Liga Española y por qué no, mirar a la ‘Orejona’ de más cerca. El ‘Atleti’ tendrá que aprovechar este envión futbolístico, anímico y económico, para asentarse en el primer nivel del fútbol europeo. El hincha puede dormir ahora en un buen colchón: el que le podrá dar mejores y más sueños para dejar atrás tantas pesadillas en 48 años.

Fotos: AFP, Reuters, 20minutos.es

Videos: YouTube / Usuarios: ropacla, dinamo86

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