Foto: EFE

En cancha de Racing, los xeneizes cedieron un empate que, por los goles recibidos (2-2), anticiparía la eliminación de cualquier equipo. Con Boca, dada sus usuales proezas a domicilio, eso puede ser diferente, pero no por ello el resultado es festejable. Fluminense, con un esquema ordenado, un arquero notable y un excelente control de tiempos, sacó una igualdad valiosa.

La ficha del partido

Fluminense: Más que el nombre

Fotos: EFE, AFP, AP

Hace ya mucho tiempo que Boca dejó de ser un club y se convirtió en un espectáculo. Juegue bien o mal; el que simplemente juegue ya es un show que desborda simpatíasy pasiones, muy por encima incluso de la indigestión argentinista de la Fox.

Pero hay veces en que a Boca le pesa demasiado ser Boca. Sobre todo cuando le toca abrir definiciones en casa (aunque hoy debió ser local en el 'Cilindro' de Avellaneda). Una teoría es que los equipos visitantes lo respetan demasiado y le cierran todas las puertas. Otra es que Boca contiene su poderío para, a domicilio, brindarle un carácter hazañoso a una clasificación que en otras circunstancias -las de su verdadera capacidad- sería un trámite. El partido de vuelta dirá qué ha sido lo de hoy.

 
El tanto del zaguero Thiago Silva despertó anímicamente al 'Flu' con el parcial 1-1 (Foto: AP) LO JUSTO Y NECESARIO

El resultado conseguido por Fluminense debe despertarle tanta esperanza como precaución, sabiendo a quién tiene enfrente. Hoy se reservó el talento -que lo tiene- solo para los momentos absolutamente necesario, priorizando la conservación de un esquema práctico y ordenado.

Thiago Neves, que nominalmente encajaría como el Riquelme de ‘Flu’ -pobre de quien lo empiece a llamar el Donny Neyra brasileño-, sacó a lustre su zurda en dos instantes precisos. Para el centro a la cabeza de Thiago Silva en el primer empate, y para el blooper de Migliore en la igualdad definitiva. Suficiente para amargarles la fiesta a los boquenses.

Después, el equipo de Renato Gaucho buscó la marca compacta, y dejó sus principales posibilidades ofensivas a la salida limpia de Junior César, lateral izquierdo que fue la figura de la noche. Sumado a esto la noche notable del arquero Fernando Henrique, la telaraña estaba lista. La pregunta que queda en el aire: si solo necesita el 0-0 en casa para pasar a una final inédita, ¿apelará ‘Flu’ a la misma estrategia?
 

Riquelme, con dos tantos, volvió a ser el elemento más desequilibrante de Boca (Foto: AFP)

LOS MONÓLOGOS DE ROMÁN

Los partidos de Boca suelen tener como distintivo los momentos que Riquelme decide proveer al hincha común. Pero a veces algunos de sus compañeros deciden contagiarse y las funciones y roles se trastocan en beneficio del equipo.

Hoy, por ejemplo, Palermo tomó brevemente el disfraz del ‘Topo Gigio’ para soltar un milimétrico pase al vacío hacia Palacio que devolvió con centro raso hacia Riquelme, que a su vez hizo la del platinado nueve xeneize: simplemente meterla. Su otro gol fue un tiro libre impecable de los tantos que ya se le han visto y disfrutado, aunque con intervención e impacto final de una barrera deficientemente formada. Los hinchas azul y oro confían que su genialidad prolifere como siempre en la vuelta a Río para lograr una nueva hazaña, de esas que son tan normales en La Boca.

 
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Fluminense: Más que el nombre

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