Marea embravecida
La versión 2010 de José Gálvez se presentó por primera vez ante su público dejando serias dudas tanto en su estructura como en los hombres que empleó Julio César Uribe. El 1-2 ante el elenco alterno de Alianza Lima lo pintó de cuerpo entero.
No tuvo el marco de espectadores deseado por tratarse de la primera presentación del elenco galvista ante su parcialidad, aunque la mediana concurrencia que se instaló en las tribunas del estadio Centenario Manuel Rivera Sánchez salió rauda y masticando de impotencia tras la deslucida performance de su equipo ante Alianza Lima que, haciendo poco y con muchos suplentes, por fin pudo ganar. En Chimbote, preocupan la línea defensiva y la de recuperación, ambas responsables de los dos goles encajados esta noche.
Arco: Pa’ bravo, él
Acaso, es el único puesto que no impacienta en lo absoluto. El argentino Daniel Ferreyra volvió a ratificar que es inamovible bajo los tres palos y que sus grandes actuaciones volverán a ser fundamentales a lo largo del año para los intereses de su equipo, sobre todo cuando sus defensores cometan esos continuos yerros que, amén de lo exhibido ante los blanquiazules, serán como el pan de cada día. En el trámite del partido no tuvo responsabilidad directa ni indirecta en los dos goles que le encajaron y, por si fuera poco, le atajó un penal a Donny Neyra. A su natural relevo, Harold Quiroz, solo le quedará esperar una lesión o suspensión del meta titular para ganar minutos. Difícil que pueda alternar en esta temporada.
Defensa: Pesca con mal olor
Aparentemente, las contrataciones de Santiago Salazar y el colombiano Julio Romaña le otorgarían a Gálvez ese plus de experiencia y seguridad del que, en 2009, careció con los insuficientes Sandro Gamarra y Ricardo Ronceros. Empero, esta vez retornaron los dolores de cabeza. Los dos zagueros fueron superados groseramente y otorgaron serias licencias para que, por ejemplo, Hurtado, Vílchez y compañía se entretengan cuán parque de diversiones sobre su territorio. En ese aspecto, también fue desaprobatoria la actuación de José Mesarina, el lateral derecho que fue una puerta abierta durante los 90’, pese a luego ser reacomodado como stopper. Queda claro que cuando se recupere Renzo Guevara será el titular indiscutido por ese sector, al igual que Fernando Molina por la banda izquierda, ya que Moisés Cabada (jugó por ese lado) jamás se mostró sólido, ni en la marca ni en la proyección.
Volante: Universo desbalanceado
Otra de las líneas que se ganó una serie de reproches en la noche chimbotana. El cuadrado conformado por Uribe plantó como hombres de recuperación a Luis Collantes (ex Sport Áncash) junto a Víctor Oviedo, pero ninguno pudo frenar las envestidas de Montaño y el propio Hurtado; por ello, a más de uno se le vino a la cabeza el nombre de Luis Mayme como fijo en esta función, aunque tampoco fue utilizado por encontrarse lesionado. De hecho, él junto a Erick Coavoy (hoy no lo hizo mal desde que ingresó) pueden ser las otras opciones en zona de contención. Por su parte, en la creación, el uruguayo Mario Leguizamón apareció como uno de los jugadores más incisivos: fue el único que puso la pausa y se mostró firme de cara al arco rival aunque de manera solitaria, dado que lo de Ángelo Cruzado fue paupérrimo y, para mala suerte, salió seriamente golpeado en el primer tiempo. Su relevo, el juvenil chimbotano César Medina, sorprendió a los presentes mostrándose atrevido y desequilibrante con el bloque posterior íntimo -con golazo incluido-. De todos modos, lo suyo no va a ser suficiente en un sector clave, al igual que la presencia de Jhony Obeso, otro joven proveniente de la Academia Francisco Ríos que actuó con cierto beneplácito por el carril izquierdo.
Delantera: He ahí el dilema
Fue el sector que más se desarticuló (se fueron Paul Cominges, Sebastián Cobelli, Luciano Álvarez, Manuel Barreto, José Sosa y Jhoao Ward) y ahora es difícil suponer que tanto Nicolás Celis como Sergio Oscar Almirón vayan a ser las principales cartas ofensivas para toda la temporada, sobre todo este último, quien hasta la fecha continúa a prueba, aunque prácticamente ya tiene asegurado el visto bueno de Julio César Uribe. Ambos saltaron como titulares ante Alianza Lima sin mostrar ningún destello, pero quedó claro que, por el momento, el ex CNI y el argentino proveniente del Provincial Osorno de Chile tendrán que pelear por el puesto con Juan Quiñónez y Christian La Torre, quienes también se enfundaron por vez primera la camiseta galvista durante todo el periodo complementario, pero que fueron neutralizados por una -cuesta decirlo- cumplidora zaga íntima.
En suma: Tendrá que arremangarse el saco
Bastó un solo partido para que Uribe ya tenga una tarea pendiente: la de hacer que el bloque defensivo deje de caer en imprecisiones y se pueda comprender sistemáticamente con la primera línea de volantes. Eso sí, no queda del todo claro si con el actual plantel se las podrá arreglar ante cualquier eventualidad durante todo el tramo del torneo. De hecho, y como lo sugirieron en la transmisión del partido vía Radio Televisión Chimbote, José Gálvez necesita reforzarse en tres sectores estratégicos: en la zaga central, en la creación (un socio de Leguizamón) y en el ataque (un ‘9’ neto). La única nota aprobatoria que dejó esta derrota fue el cambio de actitud que mostró el equipo cuando se pasó del 4-cuadrado-2 al 3-línea-1-2 -con Mesarina, Romaña y Salazar en el fondo, y Leguizamón como enganche, entre lo más resaltante- y que, de acuerdo con las características de sus jugadores, podría ser el esquema preciso para domar a sus rivales en el venidero Descentralizado. Por ahora, esta presunta teoría no escapa del plano fantasioso.
Foto: Diario de Chimbote
Mostrar/Ocultar comentarios
Arriba si me preocupa el Galvez, de todas formas, Suerte Uribe