Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.comDiez años después de la adulteración de identidad más célebre de la historia del fútbol peruano, el ecuatoriano Juan Carlos Espinoza Mercado continúa en actividad en el Ascenso Nacional de su país y hasta está inscrito como arquero. ¿Adónde llevó la vida todos estos años al supuesto Max Barrios?
Diego Manuel Morales | @DiegoManuelMor5
Redactor

El 22 de enero de un increíblemente ya lejano 2013, las crecientes redes sociales peruanas estaban inundadas de posteos, comentarios y memes en torno de una única noticia insólita: la separación de la selección nacional Sub-20, que tan decente papel venía cumpliendo en el Sudamericano de la categoría disputado en Argentina, del defensor Max Barrios, de las filas de Juan Aurich, por llamarse en realidad Juan Carlos Espinoza Mercado y ser ecuatoriano.

En una historia de película, el jugador, por ese entonces en realidad de 25 años de edad, adulteró documentos para hacerse pasar por el hijo de Ángel Alejandro Barrios. El recordado ‘Maradona’, que en algún momento de su carrera llegara a ser volante conductor de Sporting Cristal, logró que Espinoza -junto a otros futbolistas ecuatorianos que hacía ingresar clandestinamente al sistema nacional de fútbol aficionado vía la Copa Perú- se enrolara en las divisiones menores del ‘Ciclón’, en las que su 1.87 de estatura y su físico privilegiado para supuestamente tener diecisiete años llamaban la atención y hacían indudable diferencia.

En el transcurso del Sudamericano Sub-20 de 2013, las sospechas de una posible identidad falsa comenzaron a aflorar desde que el futbolista no lograba entonar correctamente el himno nacional. Sin embargo, la farsa salió a flote cuando en el partido de fase de grupos ante Ecuador el mediocampista norteño Jonny Uchuari, quien fuera su compañero en LDU de Loja, identificó a Espinoza. Eso derivó en una denuncia pública del congresista ecuatoriano Rolando Panchana, la cual desató el escándalo.

La ruta de salida

El supuesto Max Barrios a la marca de Júnior Sornoza la noche que saltó a la luz la farsa, en fase de grupos del Sudamericano Sub-20 2013. (Foto: AP) 

La carrera de Espinoza no pudo ser rescatable. En 2013, fugó de Argentina apenas fue descubierto y se mantuvo en la clandestinidad. Durante todo ese año, no tuvo acción futbolística y se mantuvo en el anonimato. De esta manera, el defensor evitó responder ante la justicia peruana, que tiempo después dejó el caso en el olvido.

Para el momento de la farsa, Espinoza -obviando los 12 partidos oficiales que disputó en la Primera División peruana en 2012 con Aurich bajo su identidad falsa- era ya un futbolista con trayectoria reconocible en el fútbol ecuatoriano, desde su debut profesional en LDU Loja en 2005. Había tenido también pasos por JVC FC, Buffalos y Municipal Cañar, su último club antes de migrar al Perú.

Pasada la tormenta, ya en 2014 Espinoza se reincorporó al fútbol de su país. En esa temporada jugó con el Deportivo Italia del Ascenso Nacional (también llamado Segunda Categoría o tercer nivel del balompié ecuatoriano). Allí disputó apenas 7 partidos: uno en la etapa provincial de Loja y seis en la Etapa Nacional.

Juan Carlos Espinoza a la marca de Wilson Morelo en el duelo entre Independiente Santa Fe y LDU de Loja en la Sudamericana 2015, en Bogotá. (Foto: AP) 

Luego, en 2015 el zaguero vivió su mejor temporada en su renacer futbolístico. Fichó nuevamente por LDU de Loja y jugó localmente cerca de 15 partidos, en los que hasta anotó un gol; incluso llegó a disputar la Copa Sudamericana ante Independiente Santa Fe. Sin embargo, luego fue confinado a la reserva, en la que disputó 12 encuentros sin anotar goles.

Ya para 2016, fue cedido a préstamo al Audaz Octubrino del Ascenso Nacional por los primeros 6 meses de la temporada. En ese periodo participó en la Etapa Provincial de El Oro, en la que apenas jugó un partido. Luego, disputó otros 11 juegos en la Etapa Nacional y llegó a anotar un gol. Más tarde, retornó a LDU de Loja, en la campaña que vio descender al hoy desaparecido club a la Serie B, pero solo participó en un juego.

En 2017 vivió su última experiencia en la élite: fue traspasado al Macará para disputar la Serie A ecuatoriana. No obstante, no tuvo espacio en el primer equipo y jugó en la reserva, en la que apenas jugó 3 partidos. Para el Ascenso Nacional de esa temporada, fue traspasado nuevamente al Audaz Octubrino, con el que participó en 9 juegos de la Etapa Provincial y anotó un gol. Sin embargo, no pudo ser parte de la Etapa Nacional, y volvió a Macará para disputar un único partido en la máxima categoría.

Espinoza a su llegada a Macará en 2017, en la que posiblemente fue la última gran transferencia de su carrera. (Foto: prensa Macará)Finalmente, la última experiencia profesional de Espinoza fue con su querido LDU de Loja en la Serie B ecuatoriana en 2018. Sin embargo, tampoco tuvo continuidad y terminó jugando solo 5 partidos.

El fin del rastro

Desde 2019, Espinoza dejó de ser mencionado por las habituales bases de datos que pululan en Internet. No obstante, DeChalaca ha logrado reconstruir su trayectoria reciente.

Aquel año, el zaguero fichó por Chacaritas FC, club de San Pedro de Pelileo en el que consiguió estabilidad y el ascenso a la Serie B, en el que podría considerarse uno de los mayores logros de su accidentada carrera. En el ‘Oro y Cielo’ jugó 9 partidos en la Etapa Provincial de Tungurahua; luego, en la campaña consagratoria en la Etapa Nacional, llegó a jugar 18 encuentros y anotó 2 goles para la obtención del título del Ascenso Nacional, aunque no estuvo en lista el día de la vuelta olímpica contra el Esmeraldas FC.

Para 2020, se mantuvo en el mismo equipo y fue parte del plantel en su concurso en la Serie B en dicha temporada, en la que ha sido su última experiencia en el fútbol profesional. No obstante, Espinoza no se asentó en el once titular, y apenas estuvo presente en 8 partidos.

En 2021, su destino lo llevó nuevamente al Ascenso Nacional, a filas del Atlético Saquisilí. A diferencia de campañas anteriores, no tuvo tanta participación. En la Etapa Provincial de Cotopaxi, jugó apenas 6 encuentros sin marcar goles. Ya en la Etapa Nacional, jugó en 2 partidos y pudo anotar un tanto.

El guante reciente

La última gran campaña de Espinoza: en la zaga del Chacaritas FC que ganó el título del Ascenso Nacional ecuatoriano en 2019. Es el segundo de los parados desde la izquierda. (Foto: Prensa Chacaritas FC) 

Este último año fue particular: más allá de ser parte de las filas del Santiago de Píllaro de la provincia de Tungurahua, Espinoza no tuvo acción salvo un partido en la Etapa Nacional. Su equipo fue eliminado por Mineros de la provincia de Bolívar en los treintaidosavos de final, por un global de 8-0 tras dos partidos.

Lo más singular del caso es que actualmente Juan Carlos Espinoza, ya de 36 años, aparece registrado dentro de la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF) como arquero y no como defensor, posición que se la ha conocido durante toda su carrera. No se ha podido confirmar si en el Saquisilí o en el Santiago de Píllaro ha variado, en efecto, de función en el campo.

De esta forma, Juan Carlos Espinoza Mercado pasó de ser considerado como una promesa joven al mero olvido en un lapso de una década. En el Perú, sin embargo, la huella de Max Barrios quedó tan indeleble como la que nunca pudo inscribirse digitalmente en algún documento con esa identidad.

Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com
Fotos: prensa Macará; prensa Chacaritas FC


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