Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.comEste 24 de setiembre se cierra formalmente la era de Claudio Pizarro, lo que despierta inquietud por saber cuándo un futbolista peruano volverá a alcanzar un punto tan elevado en la élite del fútbol mundial. No obstante, la historia muestra que el éxito de la selección nacional ha caminado de modo casi opuesto al desempeño internacional individual de sus figuras.

 

    Jorge Frisancho | @wolfs_venom15
    Redactor

Hablar de Claudio Pizarro es referirse a uno de los futbolistas peruanos más exitosos -si no el mejor- de toda la historia. Su paso por Werder Bremen y Bayern München dejó huella en los aficionados de ambos elencos, motivo por el cual el primero de los clubes citados preparó un homenaje de despedida para el 'Bombardero de los Andes' como una muestra de agradecimiento y reconocimiento a su notable desempeño cuando vistió las sedas del elenco verde; de más está decir que es el goleador histórico del Bremen con 153 anotaciones-. Esta despedida marca, además, casi el ocaso -pues Jefferson Farfán y Paolo Guerrero aún se mantienen en actividad- de una generación que tuvo a futbolistas en equipos de élite a nivel europeo, pero que en conjunto no pudieron repetir el éxito particular a nivel de clubes cuando les tocó representar al combinado nacional.

Mucho se comenta respecto de que la selección nacional carece de éxitos porque sus principales futbolistas no se desempeñan en una liga de prestigio internacional, léase las cinco más importantes del continente europeo: Alemania, España, Francia, Inglaterra e Italia. Esto se arguye sobre todo en comparación con seleccionados como, por ejemplo, el colombiano, el ecuatoriano y el uruguayo, que exportan continuamente futbolistas a dichos países y son frecuentes participantes de la Copa del Mundo.

Sin embargo, tanto la historia más reciente como la más antigua muestra que los mejores momentos del seleccionado peruano se dieron en circunstancias en las que sus miembros formaban parte de los principales equipos del torneo local. Emblemático incluso es el caso presentado para la Copa del Mundo Argentina 1978, cuando el Gobierno Militar de la época financió la repatriación de los mejores futbolistas nacionales a fin de que pudieran entrenar en Lima con miras a la justa mundialista. O recientemente con el proceso eliminatorio para Rusia 2018, cuando con excepción de André Carrillo en el Watford de la Premier League, el resto de titulares de la selección no estuvo en alguna liga top. Incluso antes, ningún futbolista del célebre equipo que clasificó a México 1970 militaba en el exterior; y cuando tiempo después de la participación en canchas aztecas Hugo Sotil se marchó al Barcelona y Teófilo Cubillas al Basel, dicho hecho fue hasta sindicado como explicativo de la eliminación peruana de Alemania 1974.

La brillante delantera peruana del Sudamericano 1959: salvo Terry, todos los demás fueron vendidos al exterior, aun cuando nunca jugaron un Mundial. (Foto: revista Estadio de Chile)

En total contraste, la generación de Claudio Pizarro contó con más jugadores en equipos europeos de las ligas principales: Juan Manuel Vargas pasó por Calcio Catania y Fiorentina, Jefferson Farfán lo hizo en el Schalke 04 y Paolo Guerrero militó en el propio Bayern y el Hamburgo. Sin embargo, aquel cuarteto fantástico no pudo clasificar a ninguno de los mundiales que se disputaron en esas épocas. No era historia nueva para la blanquirroja: la generación dorada de finales de los años cincuenta, que exportó con éxito a Miguel Loayza al FC Barcelona, a Juan Seminario al Real Zaragoza, a Juan Joya a Peñarol y a Óscar Gómez Sánchez a River Plate, falló en sus intentos de clasificar a Suecia 1958 y sobre todo, en estrepitosa decepción ante Colombia, a Chile 1962.

Coincidentemente, horas luego del partido de despedida de Pizarro, Juan Reynoso inicia un nuevo proceso mundialista con el objetivo de lograr que Perú sea uno de los 48 participantes de la Copa del Mundo que se llevará a cabo en 2026 en México, Estados Unidos y Canadá. Dada la proximidad del inicio de las Eliminatorias, el 'Cabezón' utilizará la base dejada por Ricardo Gareca; como ya se ha comentado en DeChalaca, eso podría ser de suma utilidad, pues es un equipo que se conoce de memoria y que, a diferencia de otras selecciones, no parte de cero. Visto también lo comentado en el párrafo precedente, se esperaría que las probabilidades de clasificación a la siguiente Copa del Mundo sean altas en comparación con procesos anteriores.

Puede resultar paradójico, pero este fenómeno observado en la selección provocó que Pizarro se ganara muchos anticuerpos por los seguidores que le exigían los goles que anotaba en Alemania. Sin embargo, es claro que resulta injusto culpar a un solo jugador de una década de fracasos en el nivel de selección, pues fueron muchos factores -jugadores, entrenadores y sus comandos técnicos, comisiones de fútbol y dirigentes en general- los que ocasionaron una sequía importante de participaciones mundialistas, la cual terminó hace cuatro años.

Vargas, Guerrero, Pizarro y Farfán cargaron con el peso de una exigencia mediática inevitable. (Foto: Andina)

Lo indudable es que más allá de las continuas derrotas de la selección, no cabe duda de que la carrera de Pizarro merece terminar con un homenaje por parte de un club como el Bremen de cuya rica historia es todo un emblema, además de ser embajador del Bayern. Dejar de buscar culpables de manera individual y valorar lo poco o mucho que los deportistas aportan en sus carreras para dejar al Perú en lo más alto es el primer paso para comprender a la luz de la historia que el éxito colectivo es más que la mera suma de partes, por destacadas que estas sean.

Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com
Fotos: revista Estadio de Chile; Andina


Comentarios ( 0)add
Escribir comentario
quote
bold
italicize
underline
strike
url
image
quote
quote

busy