Pura y última vida
Emilio Carranza | @Emilio260601 Redactor |
En una fiesta siempre existen distintos tipos de personas. Están los más puntuales, aquellos que llegan antes de que los festejos empiecen; también puede encontrarse a los que se suman conforme pasa el tiempo; finalmente, aquellos quienes por algún contratiempo de último minuto tuvieron que llegar tarde a la celebración, pero no se la piensan perder de ninguna manera. Esto también pasa en el fútbol y fue el caso de Costa Rica, que tuvo que enfrentarse a Nueva Zelanda en un repechaje intercontinental que definía al último en sumarse a la gran fiesta llamada Copa del Mundo.
El partido tuvo como escenario el Ahmed bin Ali en la ciudad de Al-Rayyan, donde un día antes Perú había sido eliminado por Australia en definición por penales luego de que no se abriera el marcador en 120 minutos de juego. El que sí pudo llegar al gol -y muy temprano- fue el seleccionado dirigido por Luis Fernando Suárez, cuando Jewison Bennette, uno de los más destacados del encuentro, se desmarcó por la banda izquierda y mandó un centro que el experimentado Joel Campbell transformó en un madrugador tanto cuando el reloj apenas frisaba los 3 minutos.
El gol -como dictan las leyes del fútbol- significó un momento de algarabía y festejo para el elenco tico, que así tuvo el score a su favor casi todo el partido. Sin embargo, esta diferencia se plasmó solo el marcador y no el trámite, ya que Nueva Zelanda reaccionó rápidamente y ensayó constantes ataques a cancha tica. El equipo de Danny Hay respaldó su propuesta en un bien plantado 5-3-2, con Niko Kirwan y Liberato Cacace como laterales encargados de mandar la mayor cantidad de balones aéreos al jugador insignia de los 'All Whites', Cris Wood.
El asedio neozelandés en el primer tiempo provocó que el 4-2-3-1 que plantó Suárez se viera en aprietos en distintos pasajes del momento; por ejemplo, en aquel gol de Wood que -para salvaguarda de los intereses costarricenses- fue anulado por el VAR tras una falta previa en la jugada. Lo cierto es que a pesar de estar arriba en el marcador, el elenco centroamericano estaba contra las cuerdas y eso le exigía mejorar para el complemento.
Por eso, el ex DT de Juan Aurich y Universitario ejecutó tres cambios en el inicio del segundo tiempo con el propósito de mejorar el funcionamiento de su equipo. Y así fue: si bien Nueva Zelanda mantuvo el libreto del primer tiempo, Costa Rica logró replantear y dominar el balón. Los minutos corrían y la clasificación del conjunto tico estaba cada vez más cerca, sobre todo porque Nueva Zelanda redujo su intensidad en ofensiva. Así, Danny Hay tuvo que jugársela y rodear de más atacantes a Wood, quien por momentos se mostraba solitario arriba; en esa línea, ingresaron Ben Waine y Kosta Barbarouses.
Sin embargo, todo se trastocó para los kiwis cuando rápidamente se quedaron con uno menos luego de la expulsión de Barbarouses por una entrada fuerte contra Francisco Calvo. El jugador del Sydney FC de su país regresó rápidamente al vestuario y perjudicó aún más las chances de su equipo. Los ánimos en filas oceánicas se descontrolaron y Winston Reid, el capitán neozelandés, recibió una tarjeta amarilla, la única que sacó el árbitro Mohammed Abdullah, quien tuvo un desempeño aceptable.
A pesar de la expulsión, Nueva Zelanda siguió intentando en terreno rival e inclusive, Costa Rica acabó sosteniendo el partido en su propio campo ante un dominio rival que nunca se vio traducido en el marcador. Así, el cuadro tico alcanzó su sexta clasificación a una Copa del Mundo, la tercera consecutiva luego de haber participado en Brasil 2014 -con enorme suceso- y Rusia 2018.
Fotos: AFP
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La ficha del Costa Rica 1 - Nueva Zelanda 0