Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.comLos clubes de fútbol belgas y neerlandeses ultiman detalles para oficialmente presentar la BeNe League, una liga con equipos de ambas nacionalidades que busca relevancia y estabilidad financiera para lidiar con torneos más grandes y populares, aunque quedan dudas sobre el real beneficio competitivo.
Luis Valenzuela | @figovalenzuela
Redactor

La Pro League belga lanzo un comunicado a mediados de marzo en el que informó que en su asamblea general se votó unánimemente a favor de un "principio de acuerdo" para la creacion de la BeNe League, una liga de futbol profesional con equipos belgas y neerlandeses. "Esta ambición se basa tanto en el respeto de las ambiciones deportivas de los grandes clubes como en la necesidad de estabilidad económica para los otros clubes profesionales", postuló la Pro League. "Los veinticinco clubes son unánimes en su deseo de darle a la BeNeLeague una oportunidad justa", añadió la entidad.

Lo cierto es que el proyecto ha generado preocupación entre los grupos de aficionados al fútbol, que temen que la BeNeLeague solo favorezca a los clubes más grandes de Bélgica y los Países Bajos. Es bueno revisar por qué se ha llegado a esta decisión tanto desde el punto competitivo como financiero.

Pensar que Bosman era belga

La última vez que se vio a un equipo neerlandés llegar a la final de la Champions League fue en 1996, cuando el Ajax perdió ante la Juventus como campeón defensor. Por otro lado, la última vez en que un equipo belga llegó a la final de un campeonato europeo fue en 1993, cuando Royal Antwerp perdió ante el Parma en la final de la Recopa de Europa 1992/93.

PSV y Mechelen frente a frente en la Copa de Campeones 1989/90. Fueron dignos animadores del fútbol europeo de los ochenta. (Foto: sporza.be) 

Atrás quedaron, pues, los tiempos de los setenta y los ochenta, cuando los equipos neerlandes y belgas eran habituales en las últimas etapas de las competiciones europeas. El Feyenoord ganó la Copa de Europa en 1969/70; el Club Brugge llegó a la final en 1977/78, parte de una racha que lo tuvo en la final de la Copa de la UEFA dos años antes; Anderlecht levantó la Copa de la UEFA en 1982/83 y volvió a la fase final la temporada siguiente; el PSV ganó la Copa de Europa en 1987/88, la misma temporada en que Mechelen ganó la Recopa. Y por supuesto, por encima de todos está el Ajax, uno de los equipos dominantes de los setenta en el mundo que logró un triplete como campeón de Europa entre 1971 y 1973, ganó la Recopa en 1986/87 -y regresó a la final la temporada siguiente-, alzó la Copa de UEFA en 1991/92 y finalmente conquistó la Champions League en 1994/95.

La pregunta clave es qué ocurrió para que los equipos de ambas ligas dejaran de ser relevantes en el fútbol europeo. La evidencia apunta, en principio, a la dación de la famosa Ley Bosman en 1995 -por la cual, como se sabe, los deportistas europeos tienen la libertad para ejercer su profesión en cualquier estado de la Unión Europea- y al fin del control abierto de los contratos por parte de los clubes como los principales motivos del decaimiento de ambas ligas. Ciertamente tiene que ver, pero también es claro que los clubes de élite europeos ya estaban avanzando hacia el estatus de marca global a la par del aumento del precio de los derechos de transmisión y un enfoque internacional del patrocinio.

Descubrir cómo abordar esa situación ha sido, pues, un problema para las ligas del segundo escalón europeo desde que se dieron cuenta de lo que la elitización significaba para ellas. Estaba el plan de la Liga Atlántica, que unía a Holanda y Bélgica con Escocia, Portugal, Suecia y Dinamarca. Eso se estancó a principios de la década de 2000, pero la idea sigue resonando. Una liga fusionada en dos o más países podría tener más posibilidades de competir.

Antecedentes de integración

Standard de Lieja y PSV/FC Eindhoven frente a frente en la última edición de la BeneLeague femenina, en 2015. (Foto: AFP) 

El asunto es que ya existe un antecedente sobre una liga de fútbol entre ambos países. En 2012, las asociaciones de fútbol de los dos países fundaron una liga femenina transfronteriza, tras el éxito de una competición de la Supercopa BeNe de un partido entre las dos campeonas nacionales. Sin embargo, en solo su segundo año, las dificultades financieras y los desacuerdos provocaron la desaparición de dos equipos participantes. Y después de solo tres temporadas, la BeNeLeague se suspendió y ambas naciones regresaron a sus propias competiciones nacionales.

No está claro si las nuevas propuestas seguirían una estructura de liga similar a la del proyecto anterior, esto es algo que aun no se ha anunciado oficialmente. En el caso citado, inicialmente la BeNeLeague femenina se dividió en dos ligas nacionales para la primera etapa, antes de fusionarse para una liga competitiva transfronteriza A y B. En 2013, esto se cambió a una sola liga compuesta por 14 equipos de ambos países. Lo ocurrido con esta fallida liga puede brindar una idea de lo que funciono y lo que no, aunque no se puede tomar en consideracion la parte financiera debido a que las ligas masculinas cuentan con un mucho más importante ingreso de flujo por los acuerdos de transmisión.

Qué poder tiene el dinero

La propuesta BeNe League ha estado bajo consideración al menos desde 2019, cuando el propietario del Club Brugge, Bart Verhaeghe, reveló el proyecto a medios europeos. Pero la pandemia causada por la Covid-19 hizo que la opción tomara mayor relevancia, sobre todo cuando ambas federaciones nacionales decidieron cancelar la Eredivisie y la Pro League correspondientes a 2019/20 debido a la pandemia.

Esquema de valor de los derechos de TV actualmente en Europa. (Infografía: KPMG) 

Entonces, los clubes Gent, Brugge, KRC Genk, RSC Anderlecht y Standard Liège, por el lado belga, y Ajax, AZ Alkmaar, Utrecht, Feyenoord, PSV Eindhoven y Vitesse, por el lado neerlandés, encargaron a la empresa consultora Deloitte un estudio en el que se midiera financieramente la propuesta. El resultado fue que se calculó que una fusión podría generar mas de 400 millones de euros al año en acuerdos de derechos de televisión y marketing, algo que convertiría a la BeNe League en la sexta liga más grande por ingresos televisivos, detrás de Inglaterra, España, Alemania, Italia y Francia.

Al respecto, vale tomar en cuenta que los acuerdos de transmisión nacional existentes en ambas ligas terminan en 2025. El acuerdo de cinco años de derechos de la Pro League con Eleven Sports tiene un valor de 103 millones de euros por temporada, mientras que el acuerdo de doce años de ESPN con la Eredivisie genera 80 millones de euros por temporada.

Se debe mencionar además que la sociedad limitada Eredivisie CV, de los clubes neerlandeses, ha adquirido el 8.82% de participación en la Eredivisie Media Marketing (EMM) que estaba en manos de la productora Endemol Shine. La medida hace que los clubes aumenten su participación en el negocio del 35.28% al 44.10% y que Endemol renuncie a todo interés. El gigante de los medios de comunicación estadounidense Disney todavía posee un control del 51.00%, mientras que KNVB, el organismo rector del fútbol neerlandés, conserva su participación minoritaria del 4.90%. Esto deja, sin duda, en una mejor posicion a los clubes para negociar nuevos acuerdos de transmisión.

El beneficio y las dudas

Esquema de beneficios potenciales de la BeNe League. (Infografía: DeportesInc) 

La UEFA, organismo rector del fútbol europeo, aún no ha presentado planes para una posible fusión y no hará comentarios de momento. Lo cierto es que la creación de la BeNe League implica el riesgo de redibujar el mapa de las ligas nacionales europeas de una manera que probablemente no complacerá a algunas partes interesadas.

Supóngase que la UEFA y la FIFA deciden que una liga conjunta para estos dos países satisface un conjunto de criterios específicos que la convierten en algo único. Se señalarían como argumentos la frontera compartida, el tamaño relativo de los países y la competencia directa de la Bundesliga y la Ligue 1. La BeNe League seguiría adelante, destacando a los mejores clubes de cada país y aumentando potencialmente su coeficiente UEFA para alcanzar una mayor representación en Europa. Pero la UEFA debe apaciguar a los principales accionistas de los clubes, y eso significa más lugares garantizados para las cuatro o cinco ligas principales.

En ese punto, los proyectos competitivos como la Liga BeNe se topan con problemas importantes antes de jugar un partido. La Champions League tiene que ser el objetivo final, pero llegar allí es difícil ahora y cada vez más. La Eredivisie ocupa la sétima posición en el coeficiente UEFA; la Pro League es novena. Eso mantiene a ambas con dos plazas en la Champions League, una en Europa League y dos en la nueva Europa Conference League que comienza la próxima temporada. En caso de que la Eredivisie suba un puesto, obtendrá un puesto adicional en la Champions.

El Twente enfrentó al Anderlecht en la semifinal de la Recopa de Europa 1977/78. Hoy no estaría tan de acuerdo en volver a cruzarse con clubes belgas. (Foto: Wikipedia) 

Entonces, teniendo en cuenta dónde están las cosas, no hay razón para pensar que una BeNe League lo haría mucho mejor que lo que ya rinde la Eredivisie. Además, queda la duda sobre si es los equipos de la BeNe League serán los clasificados a las otras competiciones de la UEFA o si se reservarán esos cupos para los equipos que se queden en los campeonatos nacionales.

Mucho por definir

Los detalles y el formato se han debatido durante meses entre clubes neerlandeses y belgas, pero aún no se ha presentado una propuesta formal. De plano, el proyecto ha suscitado preocupación entre los grupos de aficionados por temor a que solo favorezca a los grandes clubes. El Twente Enschede, el cuarto club más popular por volumen de fanáticos en los Países Bajos, no formó parte de ninguna conversación, y no es de extrañar que su dirigencia esté molesta. Lo mismo puede decirse de clubes como Sparta Rotterdam, Heracles Almelo o Heerenveen, que también se opusieron a una posible fusión. Y no vale olvidar que los aficionados tendrían que viajar distancias mayores, aun cuando las distancias dentro de Bélgica y los Países Bajos seguirían siendo pequeñas en comparación con otros países europeos.

No existe entonces, por lo visto, una línea directa entre una liga fusionada y una mayor relevancia, excepto por los posibles mejores montos recaudables por materia de derechos de transmisión y patrocinio. Competitivamente, no hay indicios de rivalidades transfronterizas o de un nuevo sistema que empujare a esos clubes más alto de lo que ya están. Claro: más dinero podría significar un mayor gasto, junto con la capacidad de quizá retener jugadores. Y también existe la sensación de que quedarse en el lugar significa dejar que las verdaderas élites europeas alejen más a las ligas y clubes de volver a competir.

¿Se acabarán uniendo los emblemas de la Eredivisie y la Pro League bajo una sola bandera futbolística? (Foto: Por La Calle del Medio) 

Para la élite nacional en Bélgica y los Países Bajos, lo último es un empujón contra sus historias. Eso, por sí solo, constituye un factor de motivación suficiente para actuar. Incluso si, como tantas cosas en el fútbol europeo, una mayor integración parece algo que debería haber sucedido hace mucho tiempo.

Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com
Fotos: AFP; Wikipedia; Por La Calle del Medio; sporza.be
Infografías: KPMG; DeportesInc


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