Foto: AFPCon el colchón que le brindaba la amplia goleada de visita, Bayern recibió a la Lazio en el Allianz Arena y reguló sus energías. El cuadro bávaro empezó acelerado, pero luego se frenó para conseguir un ajustado 2-1 que lo clasificó de manera cómoda a cuartos.
Lenin Auris | @Lenin_Auris
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El marcador de un partido de fútbol es la sumatoria de acciones fortuitas y paralizaciones que paradójicamente provienen de entrenamientos previos compuestos de movimientos estudiados y ensayados, en principio alejados del azar, que al ser retratados de forma escrita lo más probable es que se enmarque -si no se quiere caer en lugares comunes futbolísticos- en algunos límites del lenguaje. Y desde que el Bayern saltó al césped, ejecutó estrategias para encontrar casualidades favorables y agobiar con rapidez a los biancocelestti, por lo que pareció que se asomaba un resultado de escándalo, sobre todo porque el rival respondía bajo un manto que intentaba capear los centros al área y tenía como única meta mantener el arco libre de celebraciones. Solo en la segunda etapa los movimientos del balón mejoraron las perspectivas de las 'Águilas', aunque apenas ligeramente.

El 4-2-3-1 inicial de los dirigidos por Hansi Flick tuvo la peculiaridad de ver a a los extremos y al punta marcando con vehemencia a la defensa antagonista. Y esa presión se reflejó en una recuperación de Leroy Sané y un posterior remate que arañó el palo derecho de Pepe Reina: dio la sensación de que el portero intentó desviar la pelota con la mirada ante la imposibilidad de bloquearla ante la velocidad de la acción. Sané, pegado a la derecha, tuvo el apoyo de las subidas de Benjamin Pavard, y juntos convirtieron a la franja diestra como la más insistente de Bayern.

Fueron especialmente determinantes la potencia y la seguridad para generar desde campo propio de Joshua Kimmich -el jugador más productivo del encuentro- fue uno de los factores para que los bávaros no dieran respiro a la Lazio, porque el costo que provocaba una salida a los biancocelestti se constrarrestraba con la celeridad del balón conducido por 'Rottweil'. La estructurada defensa muniquesa, casi sin complicaciones al comienzo, pasó algunos apuros con las corridas de Joaquín Correa y Marco Parolo.

En el otro banco, Simone Inzaghi superó a cuentagotas el panorama oscuro que cubría las salidas de su equipo, por instantes imposibilitado de contraatacar o fabricar ataques previsibles. Los ingresos de Andreas Pereira y Marco Parolo resquebrajaron el orden defensivo rival; no obstante, la salida de Jérôme Boateng para dar paso a Niklas Süle mejoró la anticipación del 'Gigante de Baviera', y precisamente esta dupla ajustó el resultado: centro del brasileño y cabezazo del volante italiano para sellar el descuento.

Lo cierto es que el 2-1 también fue resultado del hecho de que Bayern a ratos le cediera el terreno, al medir fuerzas en función del desgaste físico de la primera parte. La Lazio transitó desde la percepción de dar por perdida desde el principio -sin siquiera luchar por apretar la clasificación a cuartos de la Champions- a esfuerzos que esperaban al empate y tal vez un triunfo estrecho. Nada de eso pasó: las circunstancias confirmaron el favoritismo absoluto de los bávaros ante Lazio, que venía en declive en los últimos cuatro encuentros (tres de ellos perdidos y solo un sufrido triunfo ante el Crotone, el colero del Calcio).

La efectividad de Robert Lewandownski se manifestó a pesar no exhibir su enchufe habitual en el área contrincante, pero la fortuna no fue ajena al goleador polaco y una falta de Vedat Muriqi en contra de Leon Goretzka -que el árbitro István Kovács cobró con acierto y que no tuvo complicaciones para conducir el juego- produjo un penal. 'Lewy', con un fuerte remate de diestra que evitó que su performance pasara inadvertida, lo capitalizó. Después fue cambiado por Eric Choupo-Moting, el punta suplente, quien con solo 2 minutos en el campo aseguró el triunfo bávaro. Poca actividad de los '9' y alta utilidad, mientras que en la vereda de enfrente, Inzaghi nunca se animó por Ciro Immobile, el delantero más goleador de los que estaban en el campo al inicio del partido -con cinco tantos, registro empatado por Lewandowski por el penal-.

Müller ensaya un disparo delante de Radu. Bayern morigeró energías en el complemento. (Foto: AFP) 

En suma, Bayern acomodó el encuentro a su placer -sin que eso signifique que por breves momentos no lo hayan complicado-: asfixió al oponente, ofreció espacio, atacó vertiginosamente, se replegó y contraatacó a placer. Lazio, en tanto, hizo lo que pudo y no fue poco: casi celebra sorpresivamente un empate en un juego totalmente desfavorable. Por ende el Bayern, más allá de la cómoda clasificación, obtuvo una lección por tomar en cuenta: un partido ganado estuvo a punto de írsele de las manos, sin que esto desvíe la mirada enfocada en Estambul.

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Fotos: AFP


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La ficha del Bayern 2 - Lazio 1

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