Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.comEl proceso de Óscar Washington Tabárez al frente de la selección uruguaya -el único más extenso en Sudamérica que el de Ricardo Gareca en Perú- cumple quince años de duración. Una auténtica era de transformación, reivindicación y, sobre todo, demasiadas lecciones por aprender de parte del 'Maestro'.
Félix Arias Schreiber | @totoasch
Redactor

Desde que José Nasazzi recibió la Copa del Mundo el 30 de julio de 1930, el mundo futbolero adoptó una premisa tan vigente como irrefutable: Uruguay marcaría la historia del fútbol continental y mundial. Y hablar de la Celeste implica -necesariamente- reconocer el trabajo de quienes lograron levantarla del pozo donde había caído debido a deficientes manejos ajenos al campo. Este 8 de marzo de 2021 se cumplen quince años consecutivos desde que Óscar Washington Tabárez asumió por segunda vez el buzo de su selección nacional y la reubicó en la élite del fútbol intercontinental. Por eso, resulta interesante recopilar quince lecciones dejadas por el 'Maestro' a lo largo de su próspera gestión.

1. LA ENSEÑANZA TIENE UN VALOR. El apodo no es en vano: antes de incurrir en la dirección técnica, Óscar Washingron Tabárez fue tanto docente como futbolista. Dos años luego de su retiro como jugador de Bella Vista en 1978, el 'Maestro' tomó las juveniles del mismo club e inició su carrera como entrenador. Esta faceta ha estado presente siempre en la carrera de Tabárez, quien en repetidas ocasiones ha destacado la importancia de inculcar valores en los jóvenes así como desarrollar las categorías juveniles, un sello distintivo que -enfatizado por la diferencia generacional con sus dirigidos- ha marcado su paso por la Celeste.

2. LAS PRIMERAS VECES NO SIEMPRE SON PERFECTAS. Luego de dos pasos por la selección uruguaya Sub-20, con la que logró el título de los Juegos Panamericanos 1983, el 'Maestro' asumió la categoría absoluta en 1988, un años después de haber campeonado la Copa Libertadores con Peñarol. En su primera experiencia con Uruguay alcanzó el segundo puesto en la Copa América 1989, tras caer derrotado ante Brasil por 1-0 en la última fecha del cuadrangular final. Además, obtuvo el pase al Mundial 1990 como primero de su grupo ante Bolivia y Perú. Ya en tierras italianas, no convenció demasiado: el cabezazo salvador de Daniel Fonseca ante Corea del Sur le permitió salvar la clasificación a octavos de final, instancia en la que perdió ante el anfitrión.

En 1990, Fonseca -al fondo- salvó la papeleta del Uruguay de Tabárez ante Corea del Sur. (Foto: El País de Montevideo) 

3. LOS DE AFUERA DEBEN SER DE PALO. Tras el Mundial 1990, la Celeste ingresó a una profunda crisis futbolística e institucional, derivada de los problemas entre los representantes de futbolistas -Francisco 'Paco' Casal a la cabeza- y la dirigencia de la AUF, que derivó en la exclusión de las convocatorias de los principales referentes uruguayos en el exterior. La selección recayó en el abandono: no pudo clasificar a los Mundiales de 1994, 1998 y 2006, y solo participó en Corea/Japón 2002 improvisando como DT a Víctor Púa -en principio a cargo de los menores y quien había gestado una interesante generación en el Mundial Sub-20 1997-; además, se entrenaba de forma nómada y con baja tasa de partidos preparatorios. Tabárez, desde su exilio en Europa -trabajando en la Serie A y la Liga Española- veía cómo quedaba claro que Uruguay necesitaba un mejor entorno si quería volver a ubicarse en un escalón más parecido a Brasil y a Argentina que al resto de selecciones sudamericanas.

4. LA PAZ TAMBIÉN HAY QUE PLANIFICARLA. Tras finalizar su ciclo en Boca Juniors en 2002, el 'Maestro' se tomó cuatro años sabáticos en los que se dedicó a crear un plan titulado Proyecto de Institucionalización de los Procesos de Selecciones Nacionales y de la Formación de sus futbolistas. En este documento, preponderó la relevancia de profundizar la reflexión en torno de los problemas que ahondaban en la AUF. Desarrolló en Canelones el Complejo Celeste, con mejoras en las instalaciones financiadas por recaudaciones derivadas de patrocinios y acuerdos comerciales. Unificó a la selección bajo un sentido de pertenencia reivindicatorio de "lo uruguayo", con la humanización del futbolista como prioridad. Las malas condiciones del coloquialmente llamado por los propios futbolistas 'Centro de Bajo Rendimiento' se transformó en un espacio de infraestructura moderna, donde la AUF mejoró el trato a los jugadores e hizo de la selección una cápsula de compromiso y orgullo.

5. NINGÚN RESULTADO LLEGA FÁCILMENTE. El primer compromiso oficial del proceso tuvo un inicio desastroso: Uruguay cayó de forma estrepitosa ante el Perú de Julio César Uribe por 0-3 en el arranque de la Copa América de Venezuela. Pero se levantó, clasificó como segundo mejor tercero y avanzó hasta una semifinal en la que le discutió a Brasil el pase a la final. Luego, en el curso de las Eliminatorias para el Mundial Sudáfrica 2010, se cobró la revancha con el 6-0 a la blanquirroja y obtuvo otras victorias importantes como ante Ecuador en Quito o Colombia en Bogotá, pero no pudo escapar de volver a disputar una repesca. Todo pareció complicarse tras ceder el 1-1 ante Costa Rica en la ida en Montevideo, pero se plantó en San José y con autoridad venció 0-1 para clasificar.

La ronda previa de Tabárez antes de los penales ante Ghana en 2010: la preparación para el momento sublime. (Foto: goal.com) 

6. LAS OPORTUNIDADES HAY QUE APROVECHARLAS... Con Diego Lugano, Diego Godín, Diego Forlán, Luis Suárez, Sebastián Abreu y Fernando Muslera, entre otros, ya consolidados en el campo, Uruguay emprendió rumbo al continente africano para lo que sería su mejor participación mundialista en cuatro décadas. Supo sacar provecho de una circunstancia favorable: la temprana eliminación de Sudáfrica, con el que compartía grupo, le allanó la ruta cómoda que todas las Copas del Mundo reservan al anfitrión. Se deshizo de Corea del Sur, y en cuartos le ganó por penales Ghana uno de los mejores partidos mundialistas del siglo. Ya con la ausencia de Suárez, suspendido por su polémica mano salvadora ante las 'Estrellas Negras', Uruguay cayó ante Holanda en semifinales y después frente a Alemania por el tercer puesto.

7. ...Y LA JERARQUÍA, HACERLA PESAR. Una nueva recompensa no tardó en llegar. Los beneficios del proyecto de Tabárez eran notorios en el nivel futbolístico, en medio de un idilio con una afición enamorada, más que del cuarto puesto mundialista, del rescate de la identidad y el sentido de pertenencia conseguidos por el seleccionado uruguayo. La gran familia alzó su último torneo continental hasta el momento, la Copa América número quince de su palmarés, en 2011: después de despachar al propio anfitrión Argentina en definición por penales en Santa Fe, le terminó enseñoréandose en la final con un 3-0 a Paraguay. La Celeste había vuelto a pesar en el continente.

8. LOS ARRANQUES NO ASEGURAN TODO. En las Eliminatorias a Brasil 2014, Uruguay comenzó liderando con relativa comodidad y en señal de su fortalecimiento. Pero ya sin Forlán y con Luis Suárez y Édinson Cavani en variados momentos, en la segunda rueda el rendimiento decayó y la repesca, una vez más, terminó envolviendo al equipo. Terminó quinto, pero no hubo dramas: viajó a Aman y le propinó un contundente 0-5 a Jordania que prácticamente liquidó la llave, para así asegurar el boleto mundialista.

El respaldo de Tabárez a Suárez en 2014 fue tan sólido que el 'Maestro' sacrificó su puesto en la FIFA. (Foto: El Heraldo) 

9. LA PROTESTA TAMBIÉN ES VÁLIDA. Si en Sudáfrica a Uruguay le había calzado cómodo el camino, en Brasil la realidad fue otra: quedó encuadrada en el 'Grupo de la Muerte' con otros dos excampeones mundiales como Italia e Inglaterra. Lo curioso fue que la derrota inicial se produjo ante el supuesto patito feo, Costa Rica; pero los de Tabárez ya sabían de sobra cómo era eso de ser golpeados y reponerse, así que vencieron a lions y azzurri y clasificaron a octavos de final. Pero en pleno torneo y antes del duelo de octavos que acabó perdiendo frente a Colombia, la suspensión de Luis Suárez por el mordisco a Giorgio Chiellini motivó que el 'Maestro', convencido de lo que consideraba un arrebato futbolístico, renunciara al cargo que ocupaba en el Comité de Estrategia de la FIFA en protesta por las supuestas presiones ejercidas al Comité de Disciplina. Razonable o no, su liderazgo estaba claro.

10. LA GARRA SE DEMUESTRA TAMBIÉN FUERA DEL CAMPO. Tabárez afronta el síndrome de Guillain-Barré, padecer atípico que deteriora su estado físico y ataca el sistema nervioso periférico. En las Copas América 2015 y 2016 se lo vio desmejorado, con pasos cautos y apoyado en un bastón. Su forma repercutió también en el rendimiento de la Celeste en ambos torneos: en 2015 sumó apenas un triunfo frente a Jamaica y cayó eliminado por Chile en la siguiente ronda con la telenovela entre Gonzalo Jara y Cavani de por medio. Lo de 2016 fue incluso peor: dos derrotas y apenas una victoria frente a Jamaica como consuelo, mientras el 'Maestro' conducía los entrenamientos desplazándose sobre un carrito ante sus problemas de movilidad. Esta imagen, no obstante, afianzó el perfil aguerrido y leal del entrenador, reconocido unánimemente por la prensa internacional y con todo el aval del caso para seguir adelante pese a las dificultades.

11. EL PILOTO AUTOMÁTICO SE DESARROLLA. El reflejo de que sostener el proceso era una apuesta acertada se dio en las Eliminatorias a Rusia 2018. Con Tabárez cada vez más recuperado, Uruguay terminó la primera rueda en la cima de la tabla. Al final fue superado por Brasil, pero clasificó segundo y así se sacudió de un lastre: era la primera vez desde 1990 que la Celeste conseguía el pasaje a una Copa del Mundo sin necesidad de pasar por una respesca.

El cariñoso saludo de Deschamps a Tabárez antes del Francia - Uruguay de 2018: tributo al docente. (Captura: FIFA TV) 

12. GANES O TE GANEN, QUE SIEMPRE TE RESPETEN. Otra vez convertido en un ocupante del podio hegemónico de los grandes equipos sudamericanos, el Mundial le ratificó a Uruguay el sentido de portar una camiseta con abolengo: sumó 9 puntos de 9 posibles en fase de grupos, con goleada al anfitrión Rusia incluida, y después eliminó al Portugal de Cristiano Ronaldo. Francia en cuartos de final fue un rival sumamente duro, pero quedó claro que el equipo de Didier Deschamps encaró el encuentro como si estuviera disputando una final adelantada, convencido de no dejar un milímetro de margen a un rival al que respetaba a ultranza.

13. LOS DIPLOMAS SIEMPRE PUEDEN INCREMENTARSE. Óscar Washington Tabárez ostenta el récord al técnico con más partidos dirigidos en una misma selección: 206 al cabo de estos quince años ininterrumpidos. Es reconocido por haber entrenado a tres de los equipos más grandes del mundo: Boca Juniors, Peñarol y Milan. Y si todo se mantiene en los cauces de la normalidad, en Qatar 2022 se convertirá en el primer técnico en dirigir a una misma selección en cinco Mundiales distintos.

14. TODAS LAS COSTUMBRES PUEDEN CAMBIAR. La transición futbolística en Uruguay ha sido notoria bajo el mando de Tabárez. El perfil asociado a la garra y la fuerza que en su momento encarnó como paradigma Obdulio Varela transmutó a un fútbol de exportación y de polifuncionalidad táctica, para derivar en jugadores que saben emplear pragmáticamente sus recursos y jugar en cualquier parte y sistema del mundo. Y es que para el 'Maestro', la garra no es más que parte del imaginario mágico asociado con el 'Maracanazo', cuando en realidad ese equipo era también el de Schiaffino, Míguez o Ghiggia y destacaba por la creación de fútbol y el toque de pelota. Ahora, los uruguayos son conocidos por jugadores distanciados del perfil base charrúa, que brillan en el mundo en demostración de que ni el fútbol es solo garra ni Uruguay es un único estilo.

En carrito o con bastón, Tabárez guía de modo firme el futuro del fútbol uruguayo. (Foto: 180.uy) 

15. NUNCA DEJA DE HABER UN FUTURO. La historia del fútbol uruguayo se reescribe en enorme medida a partir de lo hecho por Tabárez, referente en el banco pero sobre todo fuera de este. Su vida ha sido una constante de enseñanzas y fidelidad a la Celeste, así como la mezcla de la docencia y el desarrollo humano aplicados al futbolista, aspecto a veces olvidado por la consigna del resultado. Ahora en un carrito personal, con la espalda encorvada y los hombros caídos, Óscar Washington Tabárez sigue paseando por las callejuelas del Complejo Celeste, asistiendo a los menores, al fútbol femenino, y prestando atención a cómo seguir unificando un sentir cada vez más presente: el uruguayismo. Una cosa queda clara: el 'Maestro' seguirá entrenando a la selección, a su selección, hasta el pitido final.

Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com
Fotos y capturas: El País de Montevideo; El Heraldo; goal.com; 180.uy; FIFA TV


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