Ilustración: Lenin Auris / DeChalaca.com

Se suele decir que los buenos jugadores llegan curtidos al primer equipo y no hace falta esperar a su maduración, pero decenas de casos prueban lo contrario. Entre ellos el de Mário Sérgio Santos Costa (Penedo, Brasil, 29 de mayo de 1990), popularmente conocido como Marinho, quien a pesar de jugar en Fluminense e Internacional de Porto Alegre en sus inicios, pasó casi una década en clubes más humildes en búsqueda de continuidad. Y solo en su cuarto torneo internacional, a los treinta años de edad, se pudo disfrutar de su mejor versión individual.

Ante todo, el extremo derecho destacó como un jugador regular y siempre presente para conducir los ataques del cuadro dirigido por Cuca; pero fueron las llaves por cuartos de final ante su ex Gremio y de semifinales ante Boca Juniors las circunstancias realmente sobresalientes. Siempre con vocación de llevarla desde la derecha hacia el centro sobre la base de regates para aprovechar su pierna izquierda en un remate o pase profundo, resultó imparable en prácticamente todo el torneo. Incluso habiendo perdido la final de la Copa, fue el punto más alto de Santos. Por eso generó poco debate que los promedios de DeChalaca lo alzaran como El Capo del torneo.

Ilustración: Lenin Auris / DeChalaca.com


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