Ilustración: Lenin Auris / DeChalaca.com

Cuando recién daba sus primeros pasos en el fútbol, a Braian Ezequiel Romero (San Isidro, Argentina, 15 de junio de 1991) le detectaron una lesión ósea que le impidió jugar por más de un año y hasta le impuso dificultades para caminar; se le comunicó, inclusive, que no podría volver jugar profesionalmente. Pero como en todas las historias románticas de este deporte, se encontró una luz al final del túnel y el atacante regresó a las canchas. Y a pesar de no tener mucha suerte en los años previos a su llegada al Defensa y Justicia de Hernán Crespo, de la mano del histórico goleador en el banquillo se afirmó como una figura implacable.

A la par del crecimiento de su equipo, él también fue demostrando cada vez más virtudes: mucho tendrá que ver el entrenador del 'Halcón', quien tan brillante carrera como delantero centro tuviera, pero la efectividad y hasta la creatividad de cara al arco del exatacante de Independiente pusieron los ojos sobre su figura. Diez goles en diez partidos en el certamen -del cual se convirtió en goleador-, incluida una deliciosa definición para abrir el marcador en la goleada sobre Lanús en la final, fueron razones más que suficientes para que 'Lavandina' se erigiera como el mejor jugador de la Copa Sudamericana.

Ilustración: Lenin Auris / DeChalaca.com


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