Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.comLuego de los fracasos acumulados a lo largo de los últimos años, China busca convertirse en una potencia futbolística mundial. El gigante asiático ha emprendido un plan de largo plazo para el desarrollo de su fútbol que, sin descuidar la búsqueda de nivel y atractivo de su Superliga, se ha centrado en construir una sólida base canterana.
Gianni Rivera | @gianni_rc
Redactor

Potencia económica mundial y actor decisivo en el mapa de la geopolítica, China también busca consolidar su poderío en el ámbito futbolístico. Tras haber logrado la clasificación a la Copa del Mundo Corea/Japón 2002 y el avance hasta la semifinal de la Copa Asiática 2004 -en la que fue anfitriona-, los 'Dragones' no han vuelto a trascender ni en el plano regional ni en el internacional. Específicamente, luego del fracaso en las Eliminatorias al Mundial de Brasil 2014, el presidente Xi Jinping anunció que le daría prioridad al desarrollo del fútbol en el país y que se trazaba como objetivo que para 2026 China se transformare en una potencia futbolística con posibilidades de llegar lejos en los Mundiales venideros.

Y si bien han transcurrido únicamente seis años desde que los esfuerzos del gobierno chino se han abocado al crecimiento de su fútbol, los resultados iniciales no son del todo alentadores. De hecho, luego de un irregular inicio en las eliminatorias para Qatar 2022 y poner en peligro la clasificación, se ha emprendido la cuestionada medida de nacionalización de futbolistas foráneos como los brasileños Elkelson y Aloísio -están en proceso los casos de Ricardo Goulart, Alan Carvalho y Fernandinho- y el inglés Nico Yennaris junto a Tyias Browning. Más allá de este aspecto, hasta cierto punto entendible en el contexto de búsqueda de un éxito próximo para encontrar cierta tranquilidad en el proyecto, el plan para la reforma del fútbol chino se está implementando de forma decidida en el gigante asiático y con una inversión difícilmente equiparable en algún otro país del mundo.

La Superliga china después de los años locos

Como respuesta al gasto desmedido en fichajes durante las temporadas 2015, 2016 e inicios del 2017, tiempos en los que llegaron al Lejano Oriente jugadores como Jackson Martínez, Oscar, Hulk, Ezequiel Lavezzi, Carlos Tévez, Alexandre Pato y un largo etcétera, la Asociación China de Fútbol (CFA, por sus siglas en inglés) introdujo un impuesto del 100% -el cual se destina a un fondo para desarrollo del fútbol juvenil- a las contrataciones de futbolistas por el valor de más de 7 millones de dólares. De esta manera, se buscó frenar la inflación de los precios en el mercado futbolístico y, al mismo tiempo, la penalización de la búsqueda de objetivos a muy corto plazo.

Alexandre Pato y Carlos Tévez frente a frente en un Tianjin Quanjian - Shanghai Shenhua. (Foto: diario Olé) 

Bajo la convicción de que con la llegada de futbolistas de renombre foráneos la competitividad de la liga local iría en aumento y que se lograría un amplio nivel de convocatoria, los grupos empresariales -muchos de ellos del sector inmobiliario- que financian a los equipos de la máxima categoría se decidieron por invertir de forma desmesurada. Y aunque la apuesta era necesaria para dotar de nivel a un torneo en vías de desarrollo, rápidamente la CFA concluyó que -al mismo tiempo de ser un modelo insostenible a largo plazo- importar talento extranjero a precios exorbitantes y descuidar las divisiones menores no podía ser la piedra angular de un proyecto deportivo.

En esa línea, a fines de 2019 la CFA anunció una serie de medidas que confirman un alejamiento de lo adoptado en los años de los grandes gastos. Así, sólo cinco futbolistas foráneos podrán ser convocados a cada partido y cuatro estarán en cancha, lo cual implica también que el mismo número de futbolistas menores de 23 años sean empleados; el dinero que pueden ganar los futbolistas extranjeros no puede exceder los 3 millones de euros y, el de los nacionales, 1.45 millones de dólares. Al mismo tiempo, se impuso un límite de gasto por club: 141 millones de euros, de los cuales la masa salarial corresponderá al 60%. Por ello, Jaime Santirso de El País apunta que todas estas medidas incorporados "hacen de la Superliga china un destino menos apetecible para aquellos estrellas que buscan un campeonato tranquilo en el que disfrutar de un último buen contrato antes de colgar las botas".

Y, ciertamente, se siguen viendo cracks -especialmente de características ofensivas- como Cedric Bakambu en el Beijing Sinobo Guoang, Stephan El Shaarawy en el Shangai Shenhua, Hulk y Oscar en Shangai SIPG y Paulinho en el Guangzhou Evergrande, entre otros; pero en una competencia más pareja, de resultados menos previsibles y entretenida. Así, el lema “no hay que empezar la casa por la chimenea” parece ser la lección obtenida en materia futbolística en el gigante asiático, que, con la experiencia acumulada en estos años, busca compaginar el mejoramiento del torneo profesional con la formación de una sólida cantera nacional, fundamento para el éxito a largo plazo.

Desarrollar las fuerzas juveniles: asunto de Estado

El proyecto chino en menores cuenta con una decidida planificación detrás. (Foto: Deutsche Welle) 

En una entrevista brindada a la FIFA en marzo del 2019, en el marco de un proyecto consistente en la contratación de 100 entrenadores extranjeros de alto nivel especializados en fútbol de menores, Du Zhaocai, vicepresidente de la CFA, afirmó que “el desarrollo de la cantera es la base de nuestros planes de reforma del fútbol” y que esta es “es el núcleo de las estrategias de China para su desarrollo futbolístico”.

La llegada de especialistas en el fútbol juvenil -entrenadores, scoutings, preparadores físicos y preparadores de arqueros-, especialmente españoles, es acompañada con la presencia de tres entrenadores chinos, respectivamente. Con ello se busca que estos aprendan minuciosamente sobre sus ideas y métodos empleados para el proceso formativo. La construcción de un cuerpo de entrenadores actualizado y en constante aprendizaje es algo central en la estrategia futbolística china.

Así, es importante señalar que este proyecto se inscribe en uno de alcance mucho mayor, que incluye la introducción del fútbol como materia en las escuelas -con alrededor de 50 mil profesores dedicados exclusivamente a los entrenamientos-, el impulso y la dinamización de torneos a nivel escolar, universitario y de clubes, convenios con ligas europeas y, obviamente, la construcción de infraestructura especializada. Como apunta Marc Segals en un texto de hace tres años, “de ahora a 2020, el país quiere 20,000 escuelas de este deporte en marcha y al menos 70,000 campos de fútbol abiertos. Esta cifra se elevaría a 135,700 campos en 2030, ya que el país quiere uno cada 10,000 habitantes”.

La impresionante ciudad-academia del Guangzhou Evergrande: 50 canchas con medidas oficiales para 2500 estudiantes. (Foto: diario Marca) 

En definitiva, el propósito es aumentar sustancialmente el número de jóvenes que practiquen de forma regular el juego. La idea es no solo encontrar talentos explotables y dotar a los clubes profesionales de una base sólida para la competencia, sino también hacerle frente al aumento del sobrepeso en la población, que sigilosamente se ha convertido en un problema de consideración para las autoridades estatales chinas.

Ejemplo emblemático de esta capacidad de apuesta por el fútbol formativo a escala masiva es el caso del Guangzhou Evergrande FC, el último campeón que tiene como propietarios principales a los grupos Evergrande (56.71%) y Alibaba (37.81%). Con la meta de consolidar un equipo totalmente integrado por futbolistas chinos capaz de competir de igual a igual en el mundo, el club cantonés ha invertido aproximadamente 156 millones de dólares en la imponente Academia Evergrande. Con una soberbia infraestructura que nada tiene que envidiar a la de las mejores universidades occidentales, en la residencia de la escuela viven unas 3 mil personas entre jugadores -la mayoría paga una suma considerable anual por la estancia-, cuerpo técnico y demás; y para el trabajo estrictamente futbolístico, se cuenta con 50 campos reglamentarios. Es muy pronto para someter a una opinión certera lo realizado por este grande del fútbol chino; pero hasta ahora, el camino parece haberse encontrado con las constantes competencias de alto nivel que organizan tanto en China como en España -sede de su filial-, lo cual otorga el roce distintivo necesario a sus jugadores.

¿Todo se puede planificar?

Infraestructura, entrenadores de primera categoría, jugadores foráneos que brindan una cuota de experiencia y calidad en cada equipo del torneo profesional, impulso para el desarrollo del fútbol de menores... Todo ello en el marco de un marcado esfuerzo estatal para consolidar a China como una potencia futbolística mundial en el largo plazo.

El fútbol en las calles es, aún, una rareza extranjera para los chinos. (Foto: YouTube)

Sin embargo, continuamente tanto entrenadores como futbolistas que pasan por el gigante asiático señalan que existen serios problemas de base para el crecimiento de su fútbol: este no se juega espontáneamente en la calle ni tiene tradición histórica en el país. Además, la educación escolar y la fuerte presión que la rodea promueven una fuerte competencia entre los jóvenes e introduce una serie de valores que van en detrimento de las relaciones y lazos afectivos que se necesitan para integrarse asertivamente en un equipo de fútbol. Aunque con errores y naturales problemas, los pasos iniciales en búsqueda del sueño futbolístico chino han sido firmes y, en la medida que vayan adquiriendo más éxitos, tendrán mayor confianza para continuar con su larga marcha hacia la consolidación en el escenario futbolístico mundial.

Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com


Comentarios ( 0)add
Escribir comentario
quote
bold
italicize
underline
strike
url
image
quote
quote

busy