Un Nene que creció ante el mundo
La sonrisa ancha y el corte militar que lo acompañan desde los años todavía más mozos en Puente Piedra. Para toda su familia y sus mejores amigos, es 'Coco'; pero por designio de ese mentor indiscutible que tiene al lado llamado Pedro Pablo León, es su 'Nene', su protegido. Uno al que 'Perico' siempre quiso cuidar para que cuando llegara a grande ofreciera lo mejor de su talento para beneficio de Alianza Lima y ahora de todo el fútbol peruano.
Se llama Teófilo Juan Cubillas Arizaga (Lima, 8 de marzo de 1949) y lleva puesta la número '10' de la selección peruana. Tiene apenas 21 años cumplidos y un futuro enorme por delante. Tiene capacidad de sortear obstáculos: desde que empezó el partido en León los fue eludiendo, dribleando, amagando. Se adueñó de la zona central del campo y ni siquiera con uno o dos goles en contra se amilanó: lo suyo era eludir búlgaros e intentar patear al arco. Lo intentó en el primer tiempo; insistió en el segundo, mucho mejor acompañado por su compadre Hugo Sotil, ese compañero de las divisiones menores que era inseparable hasta que se fue a seguir su destino en el Galliard de La Victoria y ahora lo consagra con camiseta de Municipal. Pero se comprenden, y causan mucha zozobra a partir de eso.
El minuto 73 del debut peruano en la Copa del Mundo México 1970 quedará inscrito como un momento sublime en la historia del deporte nacional. Pasarán, quién sabe, quizá cincuenta años y se seguirá hablando del golazo de Cubillas a los búlgaros, como expresión de coraje de un país golpeado por la naturaleza pero siempre salvaguardado por su raza incaica, por el amor por la bandera. Ramón Mifflin fue el socio imprescindible para consumar la hazaña con una pared milimétrica. Del resto se encargó 'Coco' para la familia, el 'Nene' para los compañeros, Cubillas para todo el mundo a partir de ahora como apellido sinónimo de la peruanidad.
Ilustración: Lenin Auris / DeChalaca.com
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