Foto: Luis Padilla / DeChalaca.comLa San Martín sacó fuerzas de flaqueza en Cajamarca y revirtió un partido muy complicado ante Llacuabamba, que se había puesto en ventaja con un golazo de chalaca del salvadoreño Santamaría. En 4 minutos, Figueroa y Schüler sellaron el 1-2 santo.
Lenin Auris | @Lenin_Auris
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¿A qué se denomina aburrido? A lo previsible, a lo soso, a lo que no genera alegrías, a la apatía y a un largo etcétera que causa tedio enumerar. No es el caso de una película con una introducción manida, seguida de un conflicto inverosímil, que continua con un clímax para el bostezo pero con un gran final -sorprendente e intenso- que aparenta ser de otro largometraje. Todo eso pasó en el Héroes de San Ramón, testigo de ocasión de un trámite en el que Deportivo Llacuabamba y la Universidad San Martín pasaron de un inenso sopor a una breve emotividad y acabaron protagonizando un filme digno de ser titulado El Oro es la Educación, por el protagonismo que ambos -desde sus aciertos y errores- alcanzaron en el encuentro.

La Pizarra: El toque corto quedó corto, el largo quedó largo

Llacuabamba: Los dirigidos por Néstor Clausen ingresaron al campo con un 4-2-3-1. En el arco Mario Ovando tuvo altibajos que recargaron la labor de Álvaro Olaya y Manuel Calderón en la zaga central; los laterales, por su parte, afrontaron complicaciones en las salidas. Si bien el juego de los de Pataz se centró en el mediocampo, ni Alexander Sánchez -quien solo ofreció chispazos- ni Junior Viza -acabó cambiado- alimentaron con acierto a la delantera, pues Álex Valera tuvo que retrasarse para fabricar situaciones de peligro y fue el hombre más incisivo frente al arco de Diego Penny. Un oasis en ese rendimiento árido fue el golazo de chalaca del seleccionado salvadoreño Kevin Santamaría, quien en su debut puso adelante a un cuadro "local" que no fue capaz de sostener esa diferencia.

San Martín: El cuadro de Héctor Bidoglio entró al campo con su habitual 4-3-3 y ganó metros a partir de toques cortos que se desvanecieron al ingresar a la mitad del campo rival. Jairo Concha pretendió dañar a Llacuabamba por el lado izquierdo y por el centro sin éxito; más bien resaltó por la banda Nicolás Figueroa, quien en el complemento consolidó su actuación con un tanto y con frecuentes ímpetus ofensivos. Cerca del final, las conexiones de las líneas del elenco de Santa Anita parecían aceitarse en pro de ensayados y efectivos ataques, que alcanzaron para revertir el marcador y llevarse los tres puntos.

El Capo: Algo de claridad

Guivin fue el más claro del mediocampo santo. Aquí observa a Figueroa cerrarle el paso a Níger Vega. (Foto: Luis Padilla / DeChalaca.com) 

Dentro de lo nebuloso del partido, los intentos en salida de Jordan Guivin -sobre todo en la primera parte- se perdieron en malas definiciones al pisar el área del cuadro de Parcoy. Luego el volante abrió el camino de recuperación de los santos con disparos de larga distancia que complicaron al arquero Ovando; además, Guivin edificó buenas combinaciones, sobre todo con Nicolás Figueroa, otro valor destacado en la visita.

Kazuki Ito: La polémica ausente

La cuarteta dirigida por Joel Alarcón estuvo apartada de controversias y condujo el juego con acierto. Le bastaron dos tarjetas amarillas para controlar un juego fuerte que coincidió con el levante del ritmo sobre el final. Solo cupo notar los reclamos de los jugadores de Llacuabamba tras el tanto de empate parcial San Martín por una inexistente falta.

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#Liga1 #Llacuabamba 1-2 #SanMartín 📸 Luis Padilla / @dechalacaperu

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La ficha del Llacuabamba 1 - San Martín 2

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